Asturias
El gasto del desfile del 12 de octubre cae un 77,8% debido a la crisis
Como viene siendo habitual en los últimos años, los recortes vuelven a las celebraciones de las Fuerzas Armadas. «Austeridad», dice el ministro de Defensa, Pedro Morenés, quien asegura que pese a ello el desfile del próximo sábado con motivo del Día de la Hispanidad mantiene su «dignidad». Y será más austero incluso que el del año pasado, cuando el presupuesto ya cayó de los 2,8 millones de 2011 a algo menos de 900.000 euros. Entonces no hubo ni desfile aéreo ni la bandera llegó desde el cielo portada por un paracaidista y apenas desfilaron vehículos, sólo 50 entre blindados ligeros y vehículos de transporte. Este año, el formato sera prácticamente calcado al del anterior: contará con una dotación económica que ronda los 825.000 euros y con la presencia de 2.632 efectivos, cuando en 2012 fueron unos 2.700.
Y es que, desde 2008, el presupuesto destinado a esta parada militar ha ido cayendo año tras año. Entonces el gasto ascendió a 3,7 millones y se redujo en 2009 hasta los 3,3. En 2010 apenas superó los 3, para en 2011 situarse en esos 2,8 millones. A partir de dicho año la reducción fue drástica. En todo este tiempo la caída ha sido de un 77,8%. Eso, en lo que se refiere únicamente al desfile, pues además de este gasto hay que hacer frente a la instalación de tribunas, pantallas y demás infraestructuras necesarias para la celebración. De media suponía una inversión de unos 400.000 euros, una partida en la que en esta edición también habrá ahorro: unos 60.000 euros.
De esta forma, todo lo que implique gasto de combustible, transporte o suponga una inversión se vuelve a suprimir. Por ello, los únicos aviones que podrán observar los asistentes serán los siete de la Patrulla Águila, que como todos los años dibujarán la enseña nacional sobre el cielo de Madrid. Su pasada forma parte de sus entrenamientos, por lo que no habrá gasto extra.
Atrás quedan otros desfiles en los que unas 150 aeronaves sobrevolaban la capital, como en 2011, el último, cuando el público pudo disfrutar del paso de los helicópteros «Tigre», los «Chinook», los aviones de transporte «Hércules» o los ya retirados cazas «F1». Lo mismo ocurrirá con los vehículos. El asfalto de la capital tampoco soportará el peso, por ejemplo, de los carros de combate «Leopardo». Este año, al igual que el anterior, sólo habrá medio centenar, la mayoría ligeros y de transporte, y entre ellos estarán los Venículos de Alta Movilidad Táctica (Vamtac).
La parada militar, que mantiene su recorrido entre Atocha y la plaza de Colón, se prolongará durante prácticamente dos horas y al mando de la misma estará el general jefe de la Brigada Paracaidista, Juan Cifuentes Álvarez, cuyos efectivos han tenido un papel destacado en Afganistán desde que llegaron en 2004 hasta el pasado año. En realidad, el mando debía recaer en esta edición en el general jefe de la Brigada de Infantería Acorazada «Guadarrama XII», Fernando López del Pozo, pues cada año se van turnando entre ambas y en 2012 le tocó a la Paracaidista. Sin embargo, al encontrarse tanto el general López del Pozo como sus hombres desplegados en Líbano el turno ha corrido a favor de la BRIPAC.
Cambios en protocolo
Pero la novedad de este desfile será la ausencia del Rey Don Juan Carlos. Su lugar lo ocupará el Príncipe, quien irá acompañado de Doña Letizia, lo que implica un cambio tanto en el protocolo como en los honores, informa Ep. Si bien la tribuna prinicipal tendrá la misma apariencia que en años anteriores, presidida por el escudo de la Casa Real, no ocurre lo mismo con el guión que llevará la Guardia Real, que será el del Príncipe de Asturias. Una vez Don Felipe y Doña Letizia lleguen a la Plaza de Neptuno, el Príncipe recibirá los honores militares, pero, según el Reglamento de 2010, al Heredero de la Corona se le rinden «honores militares de arma presentada e himno nacional en versión breve» y le corresponden «salva de 19 cañonazos y cinco voces de ¡Viva España!». Los cambios también se podrán percibir durante el desfile, en el que las banderas que acompañarán a las grandes unidades de las Fuerzas Armadas no responderán al saludo del Príncipe, ya que está establecido que sólo lo hacen al del jefe del Estado, inclinándose a su paso hacia el lugar donde se encuentra.
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