Bildu

El nuevo mediador de los etarras

El lehendakari, Íñigo Urkullu (d), durante la conferencia inaugural que ha impartido en la localidad madrileña de San Lorenzo de El Escorial
El lehendakari, Íñigo Urkullu (d), durante la conferencia inaugural que ha impartido en la localidad madrileña de San Lorenzo de El Escoriallarazon

Familiares de presos vascos se han dirigido al PNV y al Gobierno vasco para pedir que aprovechen las negociaciones y busquen una «solución» para los reclusos.

Familiares de presos vascos se han dirigido en las últimas semanas a miembros del PNV y del Gobierno vasco para pedirles que aprovechen las negociaciones para la formación de Gobierno y se busque una «solución» para los reclusos de la banda, que en estos momentos suman 377 en Francia y España, más tres que cumplen pena en su domicilio y dos más en cárceles de Portugal y Suiza.

Según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas, los citados familiares han transmitido a los nacionalistas que no ven ningún tipo de solución a través de la llamada izquierda abertzale, que lidera Arnaldo Otegi, secretario general de Sortu, cuyo poder político está bajo mínimos por el avance de Podemos, que le ha arrebatado gran parte de su electorado.

En unas declaraciones realizadas ayer, el lendakari, Iñigo Urkullu, dijo que el PNV sólo baraja el apoyo a un futuro Gobierno si negocia y avanza en la «agenda vasca».

En un comunicado emitido en abril, el colectivo de presos de ETA (EPPK) señalaba que «Urkullu no sólo tiene responsabilidad, sino también capacidad a la hora de acabar con la deportación de los presos». Eso así, el EPPK le pide a Urkullu, que en la medida en la que es lendakari, «haga todo lo que esté en su mano, que nos lleve a una cárcel de Euskal Herria a todos los ciudadanos vascos que España, a lo largo de tantos años, ha deportado (y dispersado). La misma petición le hacemos a Uxue Barkos, presidenta del Gobierno foral de Navarra». «Los miembros del EPPK queremos que nos lleven a la cárcel de Zaballa, tal y como lo hemos pedido a las autoridades españolas; que tengan en cuenta nuestra voluntad y que hagan todo lo que esté en sus manos, por consiguiente, tanto a Urkullu como a Barkos, si no es por nuestros derechos, que sea para terminar con el sufrimiento de nuestros hijos y como paso para colaborar en la consecución de la paz de Euskal Herria», agregaban.

Es decir, que Urkullu tiene el «mandato» para negociar, algo que él sabe que es innegociable ante Mariano Rajoy, por más que esté necesitado de los votos nacionalistas. Otra cosa es cómo de cara a las autonómicas vascas de otoño se pueda vender el asunto. Si el PNV logra transmitir al electorado tradicional abertzale que está poniendo sobre la mesa el tema de los presos, es más que probable que pueda atraer sufragios de ese sector.