Felipe VI

El otro mensaje: el salón del trono

El discurso de Don Felipe fue grabado en la tarde del martes, y el Palacio de Oriente permaneció cerrado al público
El discurso de Don Felipe fue grabado en la tarde del martes, y el Palacio de Oriente permaneció cerrado al públicolarazon

Si hay un escenario que representa en todo su esplendor a la Monarquía, el lugar que viene a ser la quintaesencia misma de la institución de la Corona, ése es el Palacio Real de Madrid. Y dentro de ese monumental escenario, elegido este año por el Rey para pronunciar su mensaje navideño dirigido a los españoles, fue el Salón del Trono el lugar escogido por considerarlo el más representativo de lo que significa el régimen monárquico. La estancia fue el lugar clave desde el que emanaba en siglos anteriores el poder absoluto de los Reyes, reconvertido hoy al limitado margen de maniobra que atribuye en la actualidad la Constitución a la Monarquía parlamentaria.

La decisión inédita de Felipe VI de utilizar esa estancia para lanzar por primera vez, después de la restauración de la Monarquía en España, el mensaje considerado como el más importante del año ha sorprendido a la mayoría de los ciudadanos. Nunca fue usado por su padre, el Rey Juan Carlos, en sus 39 años de reinado, ni siquiera en los momentos más delicados de la institución, sino que prefirió pronunciar siempre su mensaje navideño en su residencia familiar del Palacio de la Zarzuela. La razón del cambio la explicó el propio Rey Felipe al inicio de su discurso como un gesto con el que deseaba expresar, con la mayor dignidad y solemnidad, la grandeza de España.

Pero también para recordar que el Palacio es de todos los españoles, que es un símbolo de nuestra historia abierto a todos los ciudadanos que quieran conocer y comprender mejor nuestro pasado y que conocer y recordar esa historia nos ayudaría a entender nuestro presente y orientar nuestro futuro.

No se trata, pues, de un gesto de ostentación del Jefe del Estado español el dirigirse a los españoles desde un conjunto monumental del que Carlos III fue el primer monarca en habitarlo en la segunda mitad del siglo XVIII, sino más bien un mensaje dentro del mensaje de que los españoles debemos conocer nuestra historia, sentirnos orgullosos de ella y, entre otras cosas, no volver a repetir errores cometidos en el pasado.

La duración del mensaje fue de 12 minutos y dos segundos y, aunque se pensó que el Rey podía aparecer de pie e incluso andando a lo largo de la amplia estancia, coronada por una bóveda de Tiepolo que lleva el significativo título de «La grandeza y el poder de la monarquía española», se optó por que apareciera sentado y vestido con un traje azul marino y camisa blanca de rayas finas. La nota de color estuvo en la corbata, en la que sobre el azul de fondo destacaban pequeños topos de color rosa y carmesí, tonos del guión del Rey. En la cabecera del mensaje, el himno nacional, sobre unas imágenes aéreas del Palacio Real, planos frontales de la fachada de la Plaza de Armas e imágenes interiores del Salón de Alabarderos en donde se podía contemplar un belén napolitano adquirido por Carlos III para su hijo y formado por más de 200 figuras y casas de la ciudad italiana, junto con escenas genovesas y españolas. También se recogieron imágenes del Salón de Columnas, escenario de ceremonias oficiales tan importantes como la firma de adhesión de España a las Comunidades Europeas y el acto de abdicación del anterior Monarca en junio de 2014, y donde está situado este año el árbol de Navidad.

En las imágenes posteriores al mensaje, se mostraron secuencias familiares de la Familia Real en el Palacio de Marivent el pasado verano, el Rey y la Princesa de Asturias entrando en su residencia de La Zarzuela, la Reina Letizia en un acto en Valladolid con un grupo de niños y el Rey con ciudadanos asturianos en actos de la entrega de los Premios Princesa de Asturias. Como fondo, para el cierre, de nuevo el Himno Nacional.