El desafío independentista
El polemista que terminó por colgar las botas
Joan Ignasi Elena defiende que la solución a la situación tan enquistada que vive Cataluña «sólo puede venir desde la política»
Joan Ignasi Elena defiende que la solución a la situación tan enquistada que vive Cataluña «sólo puede venir desde la política».
Todo el mundo daba por hecho que se iba a presentar en estas elecciones, excepto sus cercanos. Sabían que no lo haría porque profesa la política no como un medio de vida, sino por convicciones. «No me presento, y esta es la conclusión», responde sin entrar en más detalles, dejando entrever que sí recibió una propuesta, que no aceptó.
Natius –Barcelona 1968– como le conocen en el PSC, su partido desde los 14 años, ha colgado las botas, aunque sigue siendo un gran polemista «reivindico la política, y ahora más que nunca». Tras abandonar el Parlament volvió a ejercer de abogado y no se dejó encandilar por los cantos de sirena que le lanzaban desde el mundo soberanista, aunque su transición desde el socialismo al independentismo ofrece pocas dudas. Dice que es optimista con respecto al futuro, aunque de sus opiniones se desprende lo contrario «se podían haber hecho las cosas mejor, pero hay algunas personas que están en la cárcel y esto sitúa el grado de beligerancia en una de las partes». Considera que ha faltado diálogo en todo este proceso y es muy duro con el gobierno de España, PSOE y Ciudadanos a los que echa en cara que «nunca se quisieron reunir conmigo, como presidente del Pacto Nacional por el Referéndum. No sólo se negaron, hubo desprecio, y eso que representábamos una amplísima mayoría de diputados del Parlament de Cataluña». «Reivindico el diálogo», que a su parecer ha sido inexistente en estos años.
Empezó en política muy joven de la mano de Raimón Obiols, entonces primer secretario del PSC. Fue diputado y, sobre todo, alcalde de Vilanova i la Geltrú. Se enfrentó a Miquel Iceta y formó la corriente Avancem, ahora integrada en la lista de Esquerra Republicana. En toda la entrevista se niega a ser crítico con los socialistas «lo que tenía que decir lo dije cuando era militante. No me gusta criticar a un partido en el que has estado. Eso sí, con todo respeto no comparto su línea política». No cree que el PSOE tenga planes específicos para Cataluña, pero deja una puerta abierta «veremos si en el futuro evoluciona».
«La solución a esta situación enquistada sólo se puede hacer desde la política. La solución no vendrá de la vía judicial o penal», afirma convencido porque «lo que estamos viviendo ahora con personas en prisión provisional es toda una anomalía democrática. La persona que puede ganar estas elecciones está en la cárcel»..
Firme defensor de la consulta para decidir el futuro de Cataluña, aceptó ser presidente del Pacto Nacional por el Referéndum auspiciado por Puigdemont y los partidos independentistas. Sus conclusiones no gustaron al independentismo, al menos a una parte «porque hay miradas para todos los gustos, pero unió a la mayoría de la gente». No quiere entrar a valorar si el independentismo apretó el acelerador con la vía unilateral «no opino sobre esto», y espera «un resultado en las urnas que sea bien leído por todos», sobre todo, «por parte de la izquierda española». Resume la situación actual, citando al líder comunista italiano, Antonio Gramsci «pesimismo de la razón, optimismo de la voluntad».
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