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Rajoy apuesta por un acuerdo para gobernar y no pactos puntuales

Los populares no contaban con que Sánchez atacaría con tanta agresividad y llegara al insulto

Mariano Rajoy, durante el mitin de campaña que ha ofrecido en el Palacio de Festivales de Santander, esta tarde en la capital cántabra.
Mariano Rajoy, durante el mitin de campaña que ha ofrecido en el Palacio de Festivales de Santander, esta tarde en la capital cántabra.larazon

Rajoy se subió ayer por la tarde al autobús de los medios que cubren su campaña para dejar su sentencia sobre el debate televisivo del lunes con Sánchez. Con buen humor, Rajoy dijo que quien había ganado fue «la buena educación». A su juicio, debate como tal «no hubo demasiado» y repitió que el líder del PSOE fue «ruin, mezquino y miserable» y que él nunca esperaba de un contrincante un comportamiento así. «De todos hay que extraer consecuencias y ganó la buena educación», precisó. Tras recordar los otros debates que ha mantenido con líderes del PSOE, dos con Zapatero y uno con Rubalcaba, destacó que «no hay color» porque con ellos se debatía, argumentaban, daban sus ideas. «Defiendo mis posiciones, puedo hacer crítica política, pero no agredo a las personas», precisó. Rajoy prefirió no hacer quinielas. Dijo que no sabe quién será la segunda fuerza política, pero lo que tiene claro es que el PP será la fuerza más votada. El candidato popular no sabe tampoco a quién le puede pasar factura el debate porque «generalmente» no suelen cambiar las cosas, a no ser que en ellos ocurran «cosas excepcionales» como sucedió el lunes.

Respecto a los pactos con otras formaciones, Rajoy defendió que «España necesita un acuerdo político después del 20-D.», ya que aseguró que es importante para la estabilidad. Pese a que no citó de manera expresa a C’s, se mostró partidario de un acuerdo de gobernabilidad en aras de la estabilidad.

Fuera del circuito oficial, el balance entre la opinión publicada del cara a cara ha generado cierta inquietud en las filas populares. La primera conclusión interna es que estuvo mal negociado, y en este punto miran hacia la dirección de la campaña y también al sociólogo Pedro Arriola. Pero más allá, la sensación dominante es que el debate no salió del todo bien para Rajoy, pero tampoco para Sánchez.

El PP confía, en todo caso, en que la dureza «excesiva» de Sánchez pueda servir para afianzar voto tradicional suyo que pueda estar barajando la abstención. La importante bolsa de abstención entre sus votantes de 2011 ha sido un problema en todas las citas electorales a las que se ha enfrentado el PP en esta legislatura. Y de su movilización, y de la contención de la fuga de votos a C’s depende la meta de alcanzar el 30 por ciento de los votos, y, en consecuencia, acercarse a la cifra mágica de los 130 escaños.

La estrategia del PP se ha dirigido en la resaca del debate a acentuar la agresividad del candidato socialista y a vincular esa agresividad con su «debilidad». Admiten en el PP que su candidato tuvo que ir a la contra, pero en su favor alegan que no tenía margen de actuar de otra manera cuando delante tenía «un perro de presa que mordía a la desesperada para ganar tiempo hasta su defunción el 20 de diciembre».

Fuentes de la dirección del PP sostenían ayer que el resultado del cara a cara no va alterar su estrategia. De aquí al viernes el candidato popular intensificará los mensajes dirigidos a apelar al voto útil ante el «frente PSOE-Podemos-Ciudadanos». Sus trackings internos le han sido hasta ahora favorables, confirmando una ligera tendencia al alza. Pero en Génova admiten que tienen que hacer un esfuerzo extra porque esa distancia puede no ser suficiente para mantener el poder. Síntoma de la intensidad que el comité de campaña quiere imprimir a la recta final hasta las urnas es el hecho de que desde el debate Rajoy no vuelve a pernoctar ningún día en La Moncloa, a diferencia de la semana pasada en la que pasó prácticamente todas las noches en familia. Una agenda completa, en la que el presidente del Gobierno seguirá insistiendo en salir a la calle, «más en el paseo que en el mitin».

La incógnita en el cuartel general de Génova, como posiblemente también en el de Ferraz, es si el duelo televisivo del lunes ha podido sumar algo a los nuevos partidos porque en la opinión pública haya calado el mensaje, «bajo el tono bronco forzado por Sánchez», de que es «más de lo mismo». «Pero eso a ciencia cierta no lo sabremos ya hasta la noche del domingo», precisan.