Elecciones generales
El PP se afianza como primera fuerza y Podemos se desploma
La formación de Iglesias compensa su caída con la suma de las confluencias e IU y lograría adelantar al PSOE en votos.
La formación de Iglesias compensa su caída con la suma de las confluencias e IU y lograría adelantar al PSOE en votos.
El sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) –realizado entre el 1 y el 10 de abril–vaticina un desplome de Podemos, que perdería hasta tres puntos con respecto a las elecciones del 20 de diciembre. Todos pierden un poco, menos Ciudadanos, pero la caída más fuerte es para la formación de Pablo Iglesias. Los ciudadanos penalizan en esta encuesta sus empujones al PSOE, su negativa a abstenerse ante el acuerdo de investidura entre Pedro Sánchez y Albert Rivera, el exceso en sus formas y también las disensiones internas. En concreto, Podemos y sus marcas blancas pasan del 20,66 por ciento del 20-D al 17,7 por ciento que le concede el CIS en abril. El descenso de la formación morada se reproduce en todas sus confluencias, salvo en la catalana, En Común Podemos, que es la única que mejora posiciones con respecto a diciembre. Mientras que Compromís, el socio de Podemos en la Comunidad Valenciana, desaparece prácticamente del mapa, quedándose casi sin representación parlamentaria –en diciembre obtuvo 9 escaños–. El partido de Mónica Oltra, que gobierna en coalición con el PSOE de Ximo Puig, perdería más del 80 por ciento de su apoyo electoral. En Marea (Galicia) y la marca catalana prácticamente obtienen los mismos resultados.
Es la radiografía de un sondeo que, en cualquier caso, se ha quedado viejo ante los nuevos acontecimientos que están marcando el tablero político. Ya se ha apagado definitivamente la expectativa de un Gobierno de Pedro Sánchez, la encuesta se celebró con la fallida reunión a tres entre PSOE, Podemos y Ciudadanos en ciernes, y en escena ha entrado ahora el acuerdo entre Podemos e IU, diseñado expresamente para corregir los efectos de la Ley Electoral en los partidos con menos votos en las circunscripciones más pequeñas, que castiga a IU, y para intentar corregir también, precisamente, el coste de estos cuatro meses en las expectativas de la formación morada. Dar un vuelco al tablero político y consolidar el adelantamiento al PSOE. La percepción en el votante de izquierda de esa plataforma no está medida en el barómetro, pero si se suman los votos de Podemos e IU, aunque no sea lo mismo, sí se confirmaría el «sorpasso». Los dos juntos suman el 23,1 por ciento, y este CIS le da a Sánchez un 21,6 por ciento de los apoyos.
No obstante, la imagen que deja el sondeo coloca al PSOE en una situación en la que consigue salvar los muebles, más por mérito del adversario que por el hacer propio. El PSOE aguanta con un 21,6 por ciento, apenas medio punto menos que el 20-D. Conservando así en teoría el segundo puesto en las próximas elecciones, siempre y cuando no se sumen los votos de las otras dos marcas de la izquierda.
El PP, por su parte, sigue como primera fuerza, pero pasa del 28,72% al 27,4 por ciento. Pierde, por tanto, 1,3 puntos. Ahora bien, volvería a ganar las elecciones con una distancia de casi seis puntos sobre los socialistas. Esa caída del PP es compensada con el ascenso del partido de Albert Rivera, el único que mejora posiciones, al pasar del 13,93 por ciento al 15,6%. Pero en la suma de estas dos formaciones, la balanza se queda prácticamente igual que ahora, lo que deja en el aire la expectativa de que unas nuevas elecciones sirvan para reforzar al PP como lista más votada y acercar la investidura de la mano de Rivera. En diciembre, juntos, sumaban el 42,6 por ciento de los votos. Y ahora alcanzan el 43 por ciento.
De este sondeo, es significativo que el PP sigue siendo el partido con más fidelidad entre sus votantes, mientras que el que tiene menos fidelidad entre su base electoral es Podemos. El estudio recoge la ruptura de las negociaciones entre Podemos y el PSOE, que se confirmó el 8 de abril. Los datos confirman, asimismo, que Ciudadanos fue el gran beneficiado de la negociación, aunque ahora también se enfrenta al reto de recolocar su posición ante una segunda vuelta en la que su discurso, centrado en presentarse como eje de la negociación, corre el riesgo de ser descolocado por el voto útil, una vez que se ha visto que no ha sido suficiente para evitar el bloqueo político. Y, además, ha obligado a Rivera a rectificarse sobre algunos de sus compromisos de la campaña electoral. El PSOE se apresuró ayer a sacar pecho por esta encuesta, mientras que desde Génova sostienen, fuera del círculo oficial, que ha sido superada por la realidad. Al PP no le conviene tampoco generar altas expectativas que hagan que su electorado se confíe. La idea de que el partido está muy ajustado creen que puede ayudarlos a ganar más votos de la abstención y de votantes suyos que en diciembre se fueron a Ciudadanos.
En cuanto a los líderes, ninguno aprueba, aunque el de IU-UP, Alberto Garzón, sigue siendo el mejor valorado por los españoles (4,69). Le siguen Albert Rivera (3,99), Pedro Sánchez (3,74), Pablo Iglesias (3,16) y Mariano Rajoy (2,89).
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