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El PP ofrece un pacto contra el secesionismo que el PSOE rechaza
La dirección nacional del PP se mueve después de que Ciutadans plantease un acuerdo entre partidos nacionales en Cataluña. Ayer, el Comité de Dirección de los populares decidió recoger esa «pelota», que en el PP dicen que ellos lanzaron primero, para ofrecer un gran pacto en respuesta a la deriva independentista. Quieren unir a empresarios, intelectuales, entidades sociales y otros representantes de la sociedad civil. Una especie de plataforma contra el proceso independentista y que defienda «una Cataluña en España». Esta música tiene acordes que recuerda al pacto constitucionalista que en su día defendieron en el País Vasco el ex ministro y hoy portavoz en el Parlamento Europeo, Jaime Mayor Oreja, y el socialista Nicolás Redondo Terreros. Con distintos objetivos, en cualquier caso, ya que ahora no se trata de un acuerdo con perspectivas electorales, sino más bien de un movimiento dirigido a retomar la iniciativa y contestar a las voces que cuestionan que no se dé con más firmeza la batalla ideológica en Cataluña.
Como mecanismo preventivo ante la más que esperada airada reacción nacionalista a esta propuesta de acción conjunta, crítica que copió el PSC, Génova precisó que su oferta no es un «frente contra nadie», sino una apuesta por la integración y por políticas centradas en la economía, en la lucha contra el paro y para afianzar la recuperación económica. Este movimiento se produce después de que la pasada semana el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, presidiese por primera vez en esta Legislatura una reunión del Comité de Dirección, convocado de manera excepcional en Moncloa. Rajoy tomó así las riendas de un partido afectado por el desgaste derivado de los ajustes obligados por la crisis y del «caso Bárcenas». En aquel Comité de Dirección estuvo presente la estrategia del PP ante el delicado problema catalán.
Ayer, la secretaria general, María Dolores de Cospedal, explicó que su partido contactará con otras formaciones no nacionalistas, como Ciutadans, pero también el PSC y Unió Democrática de Cataluña (UDC), para buscar sinergias en la actuación para frenar la «huida hacia adelante» del presidente de la Generalitat, Artur Mas, con ERC, y «el aislamiento» de Cataluña. En el caso de Unió, el PP abunda así en su ofensiva para que los democristianos les ayuden a presionar a Mas, con quien están coaligados, para que rectifique su apuesta por la secesión. Será la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, quien lidere el diálogo para aunar fuerzas frente a la independencia, «por encima de diferencias políticas e ideológicas». El PP catalán ya ha creado un grupo de trabajo para dialogar con intelectuales, representantes del mundo académico, de la cultura o del deporte para dar contenido a la plataforma. «No sería una plataforma del PP», puntualizan para diluir el componente ideológico que sirve de coartada para dificultar acuerdos. También han enviado ya cartas a otros partidos para acordar reuniones y conversaciones. «Hay que unirse por encima de intereses partidistas en una plataforma por la convivencia y que ayude al diálogo para solucionar el desafío independentista», sentenció Sánchez-Camacho.
La respuesta del PSC no se hizo esperar: un «no» categórico porque dicen que la propuesta del PP es una «declaración retórica sin contenido». Ellos siguen con lo que llaman la «tercera vía», el federalismo sobre la base del «derecho a decidir». En esta línea, la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, aseguró que su partido no se va «a sumar a un pacto por el inmovilismo en Cataluña» y afirmó que ellos han planteado «no un pacto vacío sino un proyecto concreto».
También UDC se desmarcó de cualquier fuente antisoberanista. Su secretario general, Antoni Font, fue tajante: «Lo podemos decir más alto, pero no más claro. UDC es y será un partido nacionalista catalán». Ciutadans sí aceptó negociar con las cúpulas de PP y PSOE, informa Ep.
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