Política

Estado Islámico

El primer juicio a una red de captación del EI arranca el 25-M

Marcará el camino de la lucha contra el yihadismo «virtual»

La Razón
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El próximo día 25 comenzará en la Audiencia Nacional el primer juicio que se celebre en España contra acusados de reclutar y captar yihadistas que posteriormente se trasladaban a Siria para combatir junto a la organización terrorista Estado Islámico. Serán once los acusados que se sienten en el banquillo, para los que el fiscal solicita penas que superan los 120 años de cárcel. El juicio está previsto que se prolongue durante tres meses. Todos ellos fueron detenidos en una operación contra el terrorismo yihadista en junio de 2013.

En el escrito de la Fiscalía, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, se destaca que los acusados pertenecen a una red «cuyo objetivo final es alcanzar el Califato Mundial», y, con distintas funciones, han realizado «actividades de captación de personas y de coordinación con los individuos en Siria para el viaje a dicho país y su incorporación», bien ocupándose de los preparativos del viaje entre España y/o Marruecos a ciudades fronterizas con Siria, donde ya se incorporaban a campos de entrenamientos y posteriormente «a la lucha armada»; o bien, «incorporándose directamente a las actividades de dichas organizaciones» terroristas en Siria. Karim Abdeselam Mohamed, «Marquitos», e Ismael Abdellatif Al Lal, «Stifo», son los considerados dirigentes de esta presunta célula terrorista, que comenzó su actividad después de que sus «contactos» recibieran el visto bueno del líder de Al Qaeda Al Zaeahiri, mediante un correo en el que autorizaba el incio de la operación de envío de yihadistas mediante la fórmula «Adelante, leones de Sham». Para cada uno de ellos, solicita 12 años de prisión por pertenencia a organización terrorista en grado de dirigente. Para el resto de acusados, la pena reclamada es de 10 años de cárcel.

«Marquitos», señala el fiscal, era el principal responsable de la coordinación del grupo en materia de adoctrinamiento y preparación de viaje a Siria y financiación de los mismos. Así, acompañó en todas las gestiones a varios islamistas que se incorporaron a la lucha del Estado Islámico; mantuvo contactos con dirigentes yihadistas en Siria y trasladaba a las familias de los que se incorporaban el «testamento vital», por si fallecían, como así sucedió en distintos casos, de quienes se incorporaban al Estado Islámico.

El otro dirigente de la célula, señala el Ministerio Público, era Ismael Abdellatif Al Lal, «Stifo», el cual «tenía una función esencial en la red respecto a las personas que se desplazan a Siria». Así, viajó a Turquía para «acompañar y controlar» el envío de muyahidines a Siria», jugando un «papel esencial» en el viaje de al menos tres islamistas de España a Turquía, acompañándoles posteriormente a la frontera con Siria.

El «referente ideológico de los radicales que viajaron a Siria» sería Abdelah Abdeselam Ahmed, «El Cojo», quien, además, se dedicaba al «adoctrinamiento y captación de personas para combatir en Siria» y del control del desplazamiento a dicho país. Otro papel relevante lo desempeñaría Tarik Mustafá Hamed, «Conejo», toda vez que era el «punto de contacto entre los yihadistas que se han desplazado a Siria y la organización. Así, señala el fiscal, era quien ejercía «funciones para facilitar las comunicaciones con los familiares de los incorporados a la Yihad, así como entre los miembros de la red».

Envío de «combatientes»

En el escrito de acusación del Ministerio Fiscal se hace referencia también a las causas que han propiciado que en los últimos años se haya producido un elevado número de «combatientes» yihadistas que se hayan trasladado desde España y Marruecos a Siria. En concreto, alude el Ministerio Público a tres factores que han incidido en ello: la actividad desplegada por el denominado Comité Conjunto para la Defensa de los Detenidos Islamistas, las actividades proselitistas desarrolladas por predicadores salafistas marroquíes y la existencia de un frente social salafista en Marruecos.

En las filas del Comité Conjunto para la Defensa de los Detenidos Islamistas hay yihadistas marroquíes veteranos de los «conflictos» de Afganistán e Irak, así como militantes que se incorporaron a las «actividades» de ISIL en Siria; mientras que entre los predicadores salafistas hay «individuos puestos en libertad en Marruecos por indulto real tras haber sido condenados por instigar los atentados terroristas llevados a cabo el año 2003 en Casablanca, uno de cuyos objetivos fue la «casa de España» de Casablanca.