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El PSC castiga a los diputados rebeldes pero no los expulsa
Los tres diputados «críticos» del PSC que la semana pasada votaron en el Parlament en favor del traspaso de la competencia de referendos han sido hoy suspendidos de todos los cargos de representación del grupo socialista, pero continuarán formando parte de él.
El serial del PSC continuó ayer en el Parlament de Cataluña. Un día después de que la comisión de garantías de los socialistas catalanes expulsara temporalmente a los tres diputados rebeldes de los órganos de dirección del partido, la dirección tenía que dirimir qué futuro deparaba a Joan Ignasi Elena, Marina Geli y Núria Ventura en el grupo parlamentario del PSC. Pere Navarro, primer secretario de los socialistas catalanes, quería un castigo ejemplar para que su autoridad no se viera cuestionada, después de que los tres críticos rompieran la disciplina de voto para apoyar la consulta soberanista de Artur Mas. Los disidentes actuaron en contra de un acuerdo del consejo nacional del PSC, que fue respaldado por un 84 por ciento de los socialistas.
La dirección del grupo parlamentario socialista se reunió ayer a primera hora de la mañana. Estuvo dos horas encerrada. A las 13:00 horas, Navarro abandonaba el Parlament sin hacer ninguna declaración. Una vez más fue el portavoz del grupo parlamentario del PSC, Maurici Lucena, quien hizo de intermediario entre los tres diputados díscolos y la dirección del partido. Lucena les llamó por teléfono para informarles del castigo. Se les retiran todas sus responsabilidades en las comisiones parlamentarias, pero no se les expulsa del partido. Seguirán como diputados rasos hasta que la comisión de garantías del partido concluya el expediente que les abrió este lunes a petición de la dirección.
Si la comisión dictamina que se les ha de expulsar del partido, también se les acabará echando del grupo parlamentario. Mientras se decide el desenlace, los tres afectados pueden presentar alegaciones.
Consecuencias
¿Qué pasa ahora? La decisión de la dirección del grupo parlamentario de los socialistas catalanes se traduce en que Elena dejará de ser el portavoz de la comisión de cultura en el Parlament. Geli será apartada de la comisión de Salud –había sido consejera de esta cartera durante los dos gobiernos tripartitos, con Pasqual Maragall y José Montilla–. Mientras que Ventura no participará en la comisión de infancia. Esto implica que se les retirarán las atribuciones extra que podían tener como diputados. Mantienen el sueldo base y pueden participar en las votaciones del Parlament, aunque tal y como admitía ayer un dirigente del PSC para ilustrar el malestar con Elena, Geli y Ventura «que voten lo que quieran», porque pese a que siguen siendo diputados socialistas «sólo lo son formalmente».
El jueves pasado, después de que los tres críticos consumaran su desafío a la dirección del partido, Lucena les pidió que entregaran sus actas de diputado. Pero los tres se negaron y siguen negándose. Elena, que admitió estar «tocado», acata la decisión, pero no la comparte, porque quiere seguir formando parte del socialismo catalán. Geli tampoco tiene intención de abandonar el partido. Alega que es fiel al programa electoral del PSC –que defiende una consulta legal y acordada–, y que su decisión de apoyar el referéndum del 9 de noviembre representa la voluntad de muchos alcaldes y concejales socialistas. Por ejemplo, al alcalde de Flix (Tarragona), Marc Mur, que dimitió de sus cargos en el PSC por el trato a los díscolos.
El concejal de la comarca de Ribera d'Ebre argumenta que en su municipio «los mal llamados diputados críticos son los diputados oficiales». Mur abandona la comisión ejecutiva nacional y la primera secretaría del PSC en la Ribera del Ebro.
El PSC teme un degoteo de dimisiones en el territorio, pero la dirección ha apostado por el «mejor pocos y bien avenidos». De hacerse efectivas las expulsiones de los tres diputados críticos, el PSC pasará a ser la cuarta fuerza política del parlamento catalán, por detrás del PP que cuenta con 19 escaños. Pasaría de tener 20 a 17 diputados.
El alcalde de Lérida, Àngel Ros, que renunció a su escaño antes de la votación de la consulta soberanista, precisamente, para no romper con la disciplina de voto, fue sustituido por Òscar Ordeig. El concejal del Ayuntamiento de la Seu d'Urgell, fiel a la línea oficial del partido, fue nombrado ayer nuevo diputado por Lérida.
Con la incorporación de Ordeig, el PSC volverá a contar con sus 20 diputados en el Parlament. Hoy se votan los presupuestos de la Generalitat para 2014, que saldrán adelante con los votos de CiU y de sus socios de ERC. El PSC contó con un diputado menos, 19 en lugar de 20, en la polémica votación del jueves pasado para solicitar al Congreso la transferencia de competencias para que Cataluña pueda convocar una consulta soberanista.
Navarro y los críticos se verán hoy las caras en el pleno de los presupuestos, tras días sin hablarse. Mientras, la comisión de garantías decide su futuro. En unas semanas, tendrá la respuesta.
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