Resultados Elecciones Generales 2016
El PSOE abre la vía de la «abstención mínima»
Se plantean, a «última hora», permitir que el número de diputados imprescindible para hacer presidente a Rajoy facilite su investidura.
Se plantean, a «última hora», permitir que el número de diputados imprescindible para hacer presidente a Rajoy facilite su investidura.
El PSOE nada a contracorriente. Mientras desde la dirección se afanan en alejar el foco mediático del partido y trasladarlo a Mariano Rajoy, al que –como candidato de la fuerza más votada– le corresponde recabar los apoyos, desde diversos sectores socialistas se coquetea ya abiertamente con la tesis de la abstención al PP y se buscan, en público y en privado, las fórmulas que generen el menor coste posible para el partido. En este estudio de riesgos se impone la vía de la «abstención mínima», una posibilidad que supondría que sólo facilitaran la investidura de Rajoy el número de diputados socialistas necesario para superar el trámite, y no el grupo parlamentario en su totalidad.
El movimiento lo adelantó ayer el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, al reconocer que no contempla otra opción que «una mínima abstención a última hora» del PSOE para facilitar la formación de Gobierno. «No contemplo otra y cuando digo mínima, digo la estrictamente imprescindible, porque a nosotros la gente nos ha mandado a la oposición, pero es que además debemos reconstruir un proyecto político», destacó en una entrevista en el programa «Espejo Público» de Antena 3.
La estrategia no es nueva. La llevó a cabo la CUP en Cataluña para investir a Carles Puigdemont, cuando permitió que dos de sus diputados votasen bajo la disciplina de Juntos por el Sí a favor del hoy president de la Generalitat. En el caso del PSOE, sus diputados no votarían con el PP sino que simplemente se abstendrían, en lugar de oponerse como el resto del grupo socialista. Los tiempos que maneja el partido tampoco son baladíes. En todo caso se trata de un movimiento de «última hora», cuando no quede otra vía por explorar, antes de que se convoquen unas terceras elecciones.
«El camino no es darle señales al PP de una eventual abstención de forma gratuita y sin debates», se lamenta un dirigente territorial a LA RAZÓN, que ve en estas «pistas» una «nefasta estrategia negociadora» por parte de los compañeros que las desvelan. «La abstención no será gratis y mucho menos en bloque», detalla, confirmando la tesis de que el grupo parlamentario diversificará su voto. No obstante, estas mismas fuentes señalan que, en todo caso, se tratará de la última opción –una suerte de «plan Z»– que no se explorará hasta que la situación sea insostenible y directamente dirigida hacia una nueva convocatoria electoral. Hasta entonces, –casi– todas las líneas discursivas se enfocan en que sea Rajoy quien se «esfuerce» por aglutinar apoyos y se le marca el camino hacia sus «afines ideológicos». Ayer, el presidente en funciones comenzó a tantear estos avales y, para alivio de Ferraz, lo hizo de menor a mayor representación parlamentaria, dejando al PSOE para el final, a pesar de reconocer abiertamente que es el principal apoyo que buscará.
Desde otros territorios, como Andalucía, sólo se prevé la tesis de la «abstención mínima» si Ciudadanos vota a favor de Rajoy y, en tal caso, sólo fueran necesarias –como máximo– una decena de abstenciones socialistas. Si C’s sólo ofreciera la abstención al PP, sería necesario que medio grupo parlamentario del PSOE –43 diputados– se posicionaran. Un escenario que fragmentaría al partido, más allá de la imagen de división que proyectaría.
En todo caso, los barones prefieren rebajar el tono sobre los posibles escenarios a valorar y muestran su total disposición a acatar las directrices que les otorgue su secretario general. Este repentino cierre de filas con Sánchez no es fortuito. En un partido de tradición insumisa, esta nueva actitud responde a que los territorios críticos ven en la decisión de que el PSOE se abstenga una posición de desgaste para el líder del partido, que tendrá que asumir en solitario. De ahí que eviten, excepciones aparte, animarle en exceso para que tome la determinación. «La abstención es una decisión que tiene que caer por su propio peso y con la que tendrá que acarrear Pedro», sostienen. Sin embargo, el líder del PSOE mantiene su as en la manga de consultar los pactos a la militancia, una maniobra que no cuenta con el apoyo de quienes demandan la abstención, porque «no todo puede someterse a consulta y España no puede ir a unas terceras elecciones».
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