Cataluña
Sánchez busca una moción de censura para retar a Rivera
Desde algunas federaciones socialistas creen que ha llegado el momento de plantear una moción de censura contra Rajoy, que tendría el apoyo de Podemos
El líder socialista sondeó ayer a los barones y la Ejecutiva decidirá hoy su presentación.
La oposición salió ayer en tromba para valorar la sentencia del «caso Gürtel». La oposición, a excepción del PSOE. Los socialistas midieron los tiempos hasta tal punto que su falta de reacción se tradujo en una reacción en sí misma. Reuniones y contactos al más alto nivel se sucedieron durante todo el día con el único fruto de un escueto comunicado que señalaba la «implicación política» del presidente Mariano Rajoy y que calificaba de «inaceptable» la respuesta del PP y el Gobierno ante la sentencia. Sin embargo, al rumor de este silencio se estaba fraguando una decisión de mayor calado. Según fuentes consultadas por LA RAZÓN, los socialistas avanzan en el camino de la moción de censura. Con este objetivo, el líder socialista sondeó ayer a las distintas federaciones y hoy reúne a su Ejecutiva de manera «extraordinaria» para materializar la iniciativa. El entorno del secretario general llamaba a la cautela, a ir «paso a paso» hasta que se produzca la cita de hoy, pero desde los territorios se apelaba a la «trascendencia» y lo «dramático» de la situación para defender «dar un paso al frente». «No queda más remedio», señalaba lacónico un dirigente nada sospechoso de ser proclive a estos intentos para los que siempre sostuvo que «no daban los números».
Y con la calculadora en la mano siguen sin dar, a menos de que el PSOE cuente con el aval de Ciudadanos. En un momento de conflicto en Cataluña y máximo desafío del presidente de la Generalitat, Quim Torra, al Estado, los socialistas no quieren sacar adelante la moción de censura con el apoyo de los independentistas. Este deseo se explicitará públicamente, según apuntan las citadas fuentes, aunque no exime al PSOE de acabar recibiendo el voto favorable de ERC y PDeCAT, que ya han anunciado que apoyarían una eventual censura a Mariano Rajoy.
La estrategia de Sánchez pasa obligatoriamente por el sentido del voto del partido naranja. «Queremos que Rivera se retrate», comenta un socialista. Una forma de seguir desgastando el perfil regenerador de Ciudadanos, que –en caso de no apoyar al PSOE– se visualizaría una vez más como el «sostén de un PP en descomposición en el poder». Otros no ven visos de que la moción prospere y la consideran «una pérdida de tiempo». El modelo a seguir es el que se impuso en la Comunidad de Madrid contra Cristina Cifuentes. Una iniciativa gestada íntegramente desde Ferraz y que algunos ayer recordaban en privado para evitar incurrir en una «contradicción» si no se actuaba ahora del mismo modo. «Si impulsamos una moción contra Cifuentes por el ''caso del Máster'', cómo no lo vamos a hacer ahora por un tema mucho más grave», se cuestionaban. «Desde el punto de vista del discurso debería presentarse», señala otro dirigente tradicionalmente crítico con Sánchez.
No hacerlo supondría, además, dotar de munición política a Unidos Podemos contra el PSOE y el debate de la moción de censura sería positivo para el partidos, ya que devolvería a Sánchez al centro de la escena política nacional, de la que se ha visto desplazado por su ausencia en el Congreso.
En su ronda de contactos con las federaciones, el líder socialista se encontró con territorios más proclives a poner en marcha la maquinaria de la moción y otros que le trasladaron sus cautelas sobre el tiempo y forma en la que impulsar una entente con Unidos Podemos y los partidos independentistas para sacar a Rajoy de La Moncloa. Del primer parecer son federaciones como Navarra o Baleares. María Chivite, líder de los socialistas navarros comunicó a través de Twitter el contenido de su conversación con Sánchez: «Es inasumible en un sistema democrático tener al frente del gobierno a un partido condenado por corrupción. Necesitamos represtigiar las instituciones, fortalecer la democracia #MociondeCensura». Del mismo modo, Francia Armengol, presidenta de Baleares, apuntaba que «España no merece ser gobernada por un partido condenado por corrupción». Hoy, el desenlace.
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