Elecciones municipales
El PSOE y Ciudadanos necesitan a Podemos para gobernar
El binomio Sánchez-Rivera sólo sumaría en Extremadura.
A dos días de los comicios, se abre un nuevo frente en la política de alianzas postelectorales, que tendrían al PSOE como principal interlocutor. Ciudadanos, que hasta ahora era percibido como el instrumento del PP para granjearse aquellas comunidades o municipios en los que ser la fuerza más votada no aseguraría el gobierno a los populares, ha virado tu estrategia, reconociendo sentir «más afinidad» con los socialistas de cara a las negociaciones que surgirán una vez escrutados los votos.
La dirección de Albert Rivera se alinea, con este movimiento, del lado de Pedro Sánchez por considerar que el secretario general aporta un impulso regenerador que casa con las pretensiones de la formación. De producirse semejante alianza, Ciudadanos, que está llamado a ser decisivo en estos comicios, efectivamente lo sería, pero no en positivo sino en negativo, pues sus apoyos se medirían por las plazas que evita entregar al PP y no por las que favorece al PSOE, ya que de su coalición sólo resultaría una mayoría absoluta, la de Extremadura, y necesitarían a Podemos para alcanzarlas en feudos tan importantes como la Comunidad de Madrid o la Comunidad Valenciana.
Así se deduce del último sondeo de NC Report para LA RAZÓN, en el que el binomio PSOE-Ciudadanos sería la coalición más votada –sobre el PP– en Asturias, Aragón, Baleares y la Comunidad de Madrid, aunque necesitaría formar un tripartito con la formación de Pablo Iglesias para lograr la mayoría absoluta. Asturias es, junto a Andalucía, el único feudo en el que gobiernan los socialistas. Los pronósticos de cara al 24-M son buenos, pero no suficientes. Javier Fernández revalidaría su posición como fuerza más votada pero con sus entre 12 y 13 escaños quedaría lejos de los 23 que requiere para gobernar en solitario. En este escenario, si C’s decidiera prestarle apoyo, sus 6-7 diputados acortarían distancias pero no les permitirían superar la barrera de la mayoría absoluta, que sólo alcanzarían con Podemos (6-7).
Esta situación se reproduce en otros territorios en los que el PSOE ni siquiera parte con la ventaja de ser la fuerza más votada. Así sucede en Aragón, donde para desbancar del poder a los 23-24 diputados de Luisa Fernanda Rudi, el PSOE (19-20) tendría que alinearse con Ciudadanos (8-9) y con Podemos (7-8). También necesitaría apoyarse en ambas formaciones en Baleares, donde los socialistas (14-15 diputados) empatarían con José Ramón Bauzá si se asociasen con la formación de Albert Rivera (8-9), pero sin ser capaces de superar los 30 diputados en los que está establecida la mayoría absoluta. Para ello, necesitarían, de nuevo, a los de Iglesias. La ansiada Comunidad de Madrid también pende del hilo del imprescindible entendimiento entre las tres formaciones. A Ángel Gabilondo le bastaría contar con el apoyo de Ciudadanos para vencer a Cristina Cifuentes, pero tendrá que desplegar todo su poder de convicción para que Podemos se sume al frente popular.
Existen seis comunidades en las que la hegemonía del Partido Popular puede o no imponerse. En Castilla y León, la mayoría absoluta que obtendría Juan Vicente Herrera podría ser contrarrestada por una triplea alianza PSOE-C’s-Podemos que acabaría en un empate ((43-43)superado por el PP gracias a un voto. En Castilla-La Mancha, donde María Dolores de Cospedal roza la mayoría absoluta, un frente popular tendría a mano un empate que rompería Podemos. En Murcia, el binomio PSOE-C’s podría empatar con el PP y tendría que pactar con Podemos para imponerse y obtener la mayoría absoluta. En la Comunidad Valenciana peligra el Gobierno popular con PSOE y C’s, aunque Podemos sería la llave. Los casos de Canarias, donde PSOE y Coalición Canaria revalidarían el escenario de poder actual, y Navarra, donde el PSOE será clave para frenar la amenaza abertzale, cierran el balance global de autonomías.
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