Proclamación de Felipe VI
El símbolo de la mesa de las esfinges
Ha sido muy bien elegido para la abdicación el Salón de Columnas del Palacio Real. Un lugar que se utilizaba como comedor de gala de palacio cuando aún no existía el que se hizo en época de Alfonso XII. En este magnífico salón, cuyas columnas están coronadas con representaciones de la Orden del Toisón de Oro, se realizó el velatorio tras la temprana muerte de su primera esposa, la reina Doña María de las Mercedes en 1878. Un lugar también donde se instaló la capilla ardiente del anterior Jefe del Estado, don Francisco Franco en 1975, donde se firmó el Acta de Adhesión de España a las Comunidades Europeas el 12 de junio de 1985, y donde se celebraron la Conferencia de Paz entre israelitas y palestinos en 1991 y la Cumbre de la OTAN en 1997.
En esta ocasión cobraba especial sentido la imponente estatua de León Leoni que representa al emperador Carlos V dominando al Furor. Este Rey, Carlos I de España, ostenta en esa estatua el Toisón de Oro, la Orden más importante que otorga el Monarca, cuya miniatura llevaban Don Juan Carlos y Don Felipe en la solapa del traje oscuro, apropiado para este acto. Don Felipe VI tendrá que aplicarse a fondo para ayudar a dominar, no ya el Furor, pero sí las fuerzas centrífugas que amenazan España.
Corrado Giaquinto pintó los frescos de la bóveda con el tema de La aparición del sol. Un nuevo sol aparece en el firmamento de nuestra Monarquía, que habrá de iluminar con luz potente todas las tierras de España. En ese salón se celebraba el lavatorio de pies y comida de pobres el Jueves Santo, cuando los monarcas realizaban esa piadosa ceremonia. Es precisamente la solución de las carencias de los más necesitados la que podrá impulsar y estimular desde su trono el nuevo Rey, que sin poder ejecutivo sí tendrá el moderador y arbitral y, sobretodo, poseerá la influencia derivada de su «auctoritas». En ese salón se celebran los conciertos con los maravillosos Stradivarius de la colección real. La promoción de las artes y también de las ciencias, deberá ser labor constante de los nuevos Reyes. El vino de honor de la Pascua Militar tiene asimismo ese salón como escenario. Don Felipe VI, como nuevo Jefe de las Fuerzas Armadas, sabrá liderar la misión del Ejército como garante de la soberanía, independencia y unidad territorial de España y de la Constitución. En este lugar se recibe al Cuerpo Diplomático, que representa a todos los países donde el nuevo Monarca ejercerá del mejor embajador que tiene nuestro país.
Guardia de alabarderos flanqueando la puerta, aplausos y entrada del Rey Don Juan Carlos para sentarse en una silla igual que las que ocupaban Doña Sofía, Don Felipe y Doña Letizia, pero algo más elevada y centrada con la citada estatua del emperador Carlos V. Aún Rey reinante en ese momento, era lógico que así se destacara esa condición, aunque naturalmente, esa elevación haya ayudado también al monarca, aún en rehabilitación tras su última intervención de cadera, a sentarse mejor.
Banderas de España y de la Unión Europea, pero también las de todas las comunidades autónomas, y primero las del País Vasco, Cataluña y Galicia. Marcha Real de 52 segundos. Mesa de las esfinges: la misma usada en 1985. Importante la presencia de todos los infantes presentes en España: Doña Leonor, Doña Sofía, Doña Elena, Doña Pilar, Doña Margarita, Doña Alicia y Don Carlos.
Y finalmente, el cambio de silla, el nuevo Don Felipe VI ocupó la más alta que su padre le había cedido, símbolo máximo de la entronización.
¡Viva el Rey!
✕
Accede a tu cuenta para comentar