Ofensiva abertzale
El último órdago proetarra: un «muro popular» en San Sebastián
La izquierda abertzale, a través de una de sus organizaciones, «Eleak», va a organizar hoy un «muro popular» en el puerto de San Sebastián, para aprovechar la gran afluencia de público en la celebración de la prueba de las traineras. Se trata, según fuentes antiterroristas, consultadas por LA RAZÓN, de escenificar la desobediencia civil contra las instituciones del Estado, en este caso la Justicia, por la celebración en octubre del juicio de las «herriko tabernas» (sedes de Batasuna y de sus grupos, algunos de ellos legalizados), consideradas como una de las fuentes de financiación de ETA y su entramado. Tal y como adelantó este periódico en su edición del pasado jueves, los «muros populares», que forman parte de la estrategia global de ETA y su entorno, tienen como objetivos las instalaciones de la Policía y de la Guardia Civil. Constituye un salto cualitativo, que demuestra la nula voluntad de la banda y los suyos de ceder ante las exigencias que formularon cuando anunciaron el supuesto fin de actividades, entre ellas la expulsión de las Fuerzas de Seguridad del País Vasco y Navarra. En el «manual de actuaciones» sobre los «muros populares» figuraba, entre aprovechar determinadas celebraciones que reúnen a gran número de personas, en este caso las pruebas de traineras de San Sebastián. Llama la atención que el Gobierno vasco permanezca como mero espectador ante unos hechos en los que se intenta poner en cuestión a una de las instituciones del Estado. El dirigente «batasuno», Joseba Permach, al que algunos nacionalistas se han referido en ocasiones como el «general», por su capacidad de mando dentro de la izquierda abertzale, hizo un llamamiento el viernes al Partido Nacionalista Vasco para unir esfuerzos contra España dentro de la estrategia secesionista. Uno de los dirigentes de «Eleak», Txerra Bolinaga, anunció días pasados el levantamiento del «muro popular» hoy domingo, en el puerto de San Sebastián, por lo que calificó de «bochorno represivo» que, en su opinión, suponen procesos judiciales como el de la financiación de ETA a través de «herriko tabernas». Procesos como el que comienza en la Audiencia Nacional el próximo octubre y en el que están imputados más de cuarenta individuos.
El carcelero de Ortega Lara, Josu Uribetxeberria Bolinaga, en libertad condicional desde hace un año por el cáncer que padece, no ocultó que lo que van a hacer forma parte de la estrategia general de desobediencia civil: «Nuestro camino es profundizar en la desobediencia, pero también en su carácter popular, público y masivo para que cada nuevo golpe represivo se transforme en catalizador de pasos más desobedientes y masivos», subrayó. Asimismo, anunció medidas similares en los procesos, o detenciones para cumplimientos de condena, de miembros de Segi (juventudes), que calificó de «injusticias».
El etarra Bolinaga, sin dar más detalles, aseguró que el «muro popular» de hoy en San Sebastián va a ser «impenetrable mediante la autorganización, desobedeciendo, organizando nuestros odios y nuestros cariños y haciendo uso de la imaginación». Aventuró que «piedra a piedra y pueblo a pueblo, a partir de septiembre se multiplicarán» las acciones. En la presentación en su día de «Eleak» ya se dijo que había llegado el momento de «pasar de las palabras a los hechos», con el fin de «superar la imposición de los dos estados» (España y Francia).
Interior frena los actos previstos por los radicales en Alsasua
Noventa guardias civiles blindaron ayer el municipio navarro de Alsasua, gobernado por la alcaldesa de Bildu, Garazi Urrestarazu, para evitar que en el día del «Ospa Eguna» (día de la huida, del fuera de aquí) se cometieran actos injuriosos contra los agentes, las víctimas o la Ley.
El municipio que parodió al Rey hace dos años y que simuló un cuartel de cartón, a modo de burla, el año pasado suspendió el resto de actos organizados para ayer debido al fuerte despliegue policial impuesto desde el Ministerio del Interior.
Dos días antes, la delegada del Gobierno de Navarra, Carmen Alba, había instado a la alcaldesa del municipio, Garazi Urrestarazu, adoptar las medidas oportunas encaminadas a cumplir la Ley. En concreto, se refería a la celebración de una manifestación donde pretendían exhibir fotografías de presos de ETA, así como la presentación de una «falla» que quemarían a las ocho de la tarde en la plaza de Alsasua a modo de «ninot». Los carteles que anunciaban el acto dejaban ver las intenciones de la falla y pedían la marcha de los Cuerpos y Fuerzas de seguridad con el dibujo de dos perros vestidos de guardia civil y policía foral donde se podía leer el programa de actividades de dicho día. Tras los controles y la presencia de los agentes (GAR, GRS, un helicóptero y policía ciudadana) lograron que el día transcurriera sin incidentes. La comida popular se desarrolló con normalidad en el centro de la plaza, como estaba autorizado. La Guardia Civil tuvo que retirar la fotografía de un preso de ETA situada también en la plaza mientras algún vecino se quejaba del fuerte dispositivo policial. Berria.net anunciaba que la manifestación y la falla de momento quedaban suspendidas. Interior logró frenar la burla, informa C. S. Macías.
✕
Accede a tu cuenta para comentar