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Elecciones generales

El veredicto de los politólogos: Hasta un 5% del voto en juego

El veredicto de los politólogos: Hasta un 5% del voto en juego
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El papel clave de los debates televisivos ha crecido exponencialmente en los últimos cinco años en nuestro país. Dos factores se han alineado para que esta tendencia se confirme: el sistema de partidos ha cambiado dramáticamente, lo que provoca que ahora la oferta política es mayor y, por lo tanto, las filas de los indecisos nunca hayan sido tan amplias. «Por esta misma razón la decisión sobre a qué siglas se va apoyar cada vez se toma más tarde», explica el politólogo Jorge Vilches en referencia al segundo factor. En este sentido los debates televisivos han sido muy importantes en las carreras electorales de 2015 y 2016 y en las tres autonómicas que se han celebrado desde entonces. Los expertos cifran entre un 4 y un 5 por ciento el electorado que se moviliza durante estas trascendentales citas en televisión, máxime si se celebra, como fue el caso del debate de ayer, a tan solo cinco días del día de las elecciones.

Esta es la razón que explica por qué Pedro Sánchez no quería que hubiera debates: lo único que puede hacer es perder mientras que los que tiene detrás en las encuestas tienen el reto de hacerse valer y ganarse al indeciso o, al menos, atacar al presidente y dejarle mal. Vilches recuerda que los fieles a cada opción política no cambian de opinión en los debates: solo los indecisos se dejan influir. «Esto marca el perfil que cada candidato decide proyectar. Los indecisos dan la victoria en circunscripciones pequeñas y medianas de cinco o menos diputados. Por eso Casado estuvo contenido y sólido, porque quería apelar al electorado conservador de provincias como Valladolid, Álava, Guadalajara, Cáceres, etc...», un electorado que quiere «que le devuelvan la vida tranquila», subraya este experto.

Eduardo González Vega, experto en márketing y comunicación política, coincide en la importancia que han tenido las dos citas para movilizar el voto de los indecisos. Desde su punto de vista, solo una cosa puede hacer cambiar a los expertos: que Vox, sin participar en ellos, logre un gran resultado.

Por su parte, el sociólogo Amando de Miguel muestra su escepticismo sobre el concepto mismo de «indeciso». Para él lo que se da no es verdaderos indecisos sino personas que no quieren decir al encuestador el sentido de su voto. «¿Si no cómo es posible que haya indecisos en encuestas a pie de urna?». Sin embargo no duda respecto a lo clave que son los debates, especialmente en el formato del cara a cara como sucede en Estados Unidos, un formato que ha quedado obsoleto tras la irrupción de Podemos y Ciudadanos en el anterior ciclo electoral. Para este sociólogo la «legitimidad» del debate quedó seriamente dañada por la audiencia de Vox, significativamente ignorada por el resto de partidos nacionales. Sea cómo fuere, según los expertos Rivera tenía en mente a sus indecisos cuando decidió encarar los dos debates como el campeón del «antisanchismo» y del «antiindependentismo». Sánchez es el que menos votos ganó en el acumulado de las dos citas televisivas; lo contrario que Pablo Iglesias que con el truco de sus llamadas a la calma supo contrastar su imagen con la del presidente a su favor.