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Fernández Díaz: «No vamos a aceptar un desarme por entregas»

La Razón
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El Gobierno marca una profunda distancia con la última «escenificación» por parte de ETA y contestó ayer al último movimiento de los verificadores con un contundente mensaje: para entregar las armas no hacen falta verificadores internacionales porque para eso ya están la Guardia Civil y la Policía, y tampoco están dispuestos a jugar a «desarmes por entregas». Para el Ejecutivo, lo importante es la disolución de la banda terrorista, sin propagandas políticas ni presiones sobre los presos etarras.

Ayer, poco después de que los verificadores, bajo el patrocinio del PNV y de la izquierda abertzale, hicieran su puesta en escena, el Gobierno se ratificó en el principio de que no hay ningún margen para negociar paz por presos. La ley penitenciaria es muy clara y para acceder a los beneficios penitenciarios «hay que cumplir la ley, caso por caso, de manera individualizada».

Por tanto, desde el Ejecutivo rebajan las expectativas, aunque toda entrega de armas «sea algo positivo». ETA ha sido derrotada por la labor de las Fuerzas de Seguridad del Estado (FSE) y de la Justicia; sus zulos están localizados por los servicios de inteligencia; y sus «pistoleros, acorralados». «Cuando uno ha sido derrotado no está en condiciones de exigir nada. Lo importante es la disolución, y que a partir de ahí entren en un proceso de liquidación de activos. Dejar las armas no requiere de grandes montajes ni de observadores», sentencian en el Gobierno.

Con el apoyo de la información de las FSE, advierten de que toda organización terrorista tiende a mentir en la entrega de armas, y recuerdan, al respecto, cómo el IRA hizo caja vendiendo parte de su armamento a ETA. Ese IRA en el que ETA se mira y cuyo desarme tardó años y dio lugar a varias escisiones. El Gobierno está además convencido de que ETA quiere seguir teniendo protagonismo y de que «no ha renunciado a la independencia ni a la salida progresiva de sus presos».

Ayer, tras el Consejo de Ministros, el titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, anticipó que lo que esperan del comunicado de ETA es «más de lo mismo», un «ejercicio de teatralización». «Estamos ante una etapa más de un ejercicio de tramitación, de escenificación, en el que ETA está instalada desde el 20 octubre de 2011 cuando anunció el cese efectivo de su actividad terrorista, porque estaba derrotada», argumentó. En la misma línea se manifestó el director general de la Policía, Ignacio Cosidó. Tras subrayar las palabras del ministro sobre la «farsa» del desarme, sentenció: «Los mejores verificadores sobre el fin de ETA son la Policía y la Guardia Civil».