
Entrevista
García-Page: "El PSOE está en uno de sus momentos más delicados de toda la democracia"
La impresión del presidente de Castilla-La Mancha es que por delante hay "un pozo sin fondo" de escándalos. Señala al aparato que controla Pedro Sánchez y llama a salvar las siglas del partido y sus señas de identidad
En plena tormenta interna del PSOE, y tras conocerse los mensajes en los que Pedro Sánchez calificaba de «vomitiva» la última entrevista de La RAZÓN con Emiliano García-Page, el presidente de Castilla-La Mancha vuelve a sentarse con este diario. Sin eufemismos, Page analiza la crisis del PSOE, los escándalos de corrupción y se coloca y coloca a cada uno en su sitio.
¿Qué opinión le merece el escándalo de la militante socialista Leire Díez?
Tristeza. Y también repugnancia ante tanto cutrerío.
¿Se cree que es una militante que iba por libre?
Ojalá, porque personas como esta no pueden tener el amparo de la dirección. Esto convertiría a un partido político en un inmenso vertedero. Y esto es lo último que podemos consentir.
Entiendo que el expediente que se le ha abierto, después de varios días de polémica, no le despeja las dudas sobre que no era una enviada del PSOE.
Desde que se conocieron las primeras informaciones ya dije con claridad que debían adoptarse medidas disciplinarias de alcance, e incluso legales. Además, se han conocido denuncias concretas contra el presidente del Gobierno y contra el secretario de Organización del partido, y la reacción debe incluir acciones legales. No hay otra alternativa para poner a salvo la honorabilidad personal de ambos y también de la organización que representan.
"Personas como esta [Leire Díez] no pueden tener el amparo de la dirección porque nos convierte en un inmenso vertedero"
Si no se hace, ¿la impresión que trasladan a la ciudadanía es que ella no es una excepción, sino una forma de hacer política?
No querellarse no presupone una complicidad, pero es evidente que no tomar medidas contribuye a generar incertidumbre y a levantar sospechas.
¿Se siente usted cómodo militando en un partido por el que se mueven figuras como la de esta «fontanera»?
Siempre he distinguido el partido y sus principios de las direcciones de turno. Soy uno de los más veteranos, y he visto pasar muchas direcciones nacionales y he vivido muchas cosas, aunque le reconozco que estamos en uno de los momentos más delicados para el PSOE de toda la democracia.
"Hay que aclarar la situación y explicarla, algo que aún no se ha hecho. Y la reacción debe incluir acciones legales"
¿Por qué?
Tenemos que hacer un gran esfuerzo por diferenciar lo que representa un partido centenario como el PSOE, con unos valores que son señas claras de nuestra identidad, de nombres y apellidos concretos, por muy importantes que sean. Los delitos no los cometen los despachos ni los teléfonos, sino los que están al otro lado del teléfono.
¿Le había llegado algo sobre la existencia de emisarios que actuaban en nombre del Gobierno y del partido y que se dedicaban a buscar material contra la UCO, los jueces, la oposición...?
No. Y no puedo creerme que un partido se dedique a esto. En cualquier caso, lo más importante es aclarar la situación y explicarla, algo que todavía no se ha hecho. Además, el problema se hace mayor en la medida en que da la impresión, por todo lo que se mueve, de que estamos solo al comienzo, no al final, del proceso. Si este fuera el final del escándalo, al menos podríamos ir sacando conclusiones. Hace mucho tiempo dije, y lo mantengo, que la parte más delicada de la actividad pública es la de saber identificar a la gente con la que te relacionas. Hoy Aldama es una bomba de racimo. Está ligado de una manera u otra a todos los elementos que están apareciendo y, además, la mayor parte de la información que se está filtrando, por arriba y por abajo, procede de las mismas personas. Estamos teniendo conocimiento de un mismo «modus operandi», en el que el señor que acompañaba en viajes o fiestas a altos cargos, al mismo tiempo les estaba grabando. Y que quien recibía mensajes del presidente del Gobierno, en plena confianza política y personal, los archivaba y los metía en un pendrive.

Está describiendo comportamientos «mafiosos». No sé si, aun así, a usted le parece un exceso que el jefe de la oposición llame «capo» a Pedro Sánchez.
Como ya he dicho antes, deben darse las explicaciones que todavía no se han dado, y hay que tomar medidas que aún no se han tomado. De momento, estamos ante un cúmulo de hechos que nos dejan la impresión de que delante hay un pozo sin fondo. Y por lo que estamos leyendo, todavía quedan muchos mensajes y algunos de ellos, según lo que dicen algunos periodistas, podrían tener presuntamente un sesgo delictivo. También nos falta conocer los informes que está preparando la Guardia Civil a instancias de los jueces. A mí me preocupa lo que conozco, pero mucho más lo que intuyo que queda por conocer.
¿Aldama es el chantajista del tinglado?
Los jueces deben empezar a tenerlo claro porque, en otro caso, no estarían procesando ni pidiendo suplicatorios. Ahora, no sé si, más que chantajear, lo que hay es una labor de intoxicación que, a la postre, tiene valía procesal. En primer lugar, porque puede contar con beneficios procesales. Y, en segundo lugar, porque realmente un pleito que podría durar cuatro años, de esta manera, a base de expedientes y expedientes, puede prolongarse una década. Ante un caso como este, lo primero es esclarecer los hechos y sobre ellos llegar a conclusiones. Y no hay que tener prisa ni ansiedad, porque los jueces están haciendo su trabajo y requieren de todo el apoyo, igual que lo requiere la Guardia Civil y la Policía Nacional. No son tiempos para buscar excusas ni tampoco para cacerías. Es evidente que el PP busca acabar con el PSOE democráticamente, y que el PSOE tiene como principal adversario al PP. Pero también es evidente que en el origen de todos los problemas están las amistades en el Parlamento, las amistades con los que se pactan y las amistades para el negocio.
"Los jueces están haciendo su trabajo y requieren de todo el apoyo, igual que lo requieren la Guardia Civil y la Policía Nacional"
¿Y Ábalos? De él se habla como el otro presunto chantajista.
Ábalos parece que tiene un papel decisivo, pero no creo que sea el final de la pirámide. Hace mucho tiempo que esto no es el «caso Koldo», sino el «caso Ábalos». Vamos a ver cómo termina, pero yo quiero confiar en que los miembros del Gobierno y de la dirección de partido hayan sido más víctimas de los tejemanejes que responsables. Esta es mi expectativa, y mi deseo, porque, si no fuera así, se abriría una situación terrorífica.
Si se confirma que la cúpula socialista impulsó una campaña para desactivar a la UCO, a jueces y hasta a compañeros, ¿qué debe hacer el PSOE?
En el PSOE asistimos a una campaña destructiva contra Susana Díaz. Pero, también le digo, ni se imagina los insultos que tuvimos que soportar todos los presidentes autonómicos en el comienzo de esta etapa. Y aquello venía de una dirección y de un aparato que estaba controlado por Pedro Sánchez.
Por eso le preguntaba por cómo hacer la regeneración.
Mi opinión, como veterano militante, es que el PSOE debe reflexionar sobre lo que pasa y ofrecerse a sí mismo una solución. Si los cambios no vienen desde dentro, sino que se refuerzan desde fuera, bien porque hay casos de corrupción u otro tipo de atropellos, ya no estaríamos hablando de cambios, sino de crisis o de revoluciones. El PSOE tiene una enorme papeleta, pero, para entendernos, el médico que tiene que ofrecer las soluciones hoy está también señalado. La solución la tiene que aportar la dirección del partido y precisamente es quien está en la diana. Y si la solución no la puede ofrecer la dirección, ¿de dónde puede salir? En mi opinión, el PSOE debe estar por encima de eso, y como partido, en términos históricos, lo está. Es verdad que en la coyuntura actual no hay ningún militante que se mueva, y esto no es bueno. Pero también le digo que esto mismo pasa en todos los partidos. Mire el caso del PP con Gürtel o Bárcenas.
"El PSOE debe reflexionar sobre todo lo que está pasando y ofrecerse a sí mismo una solución que venga desde dentro"
Entonces, para esta «crisis interna», ¿no hay solución?
Demos tiempo al tiempo. No tenga ninguna duda sobre que, si en un momento determinado se tiene que producir una reacción, o hay que plantear una solución, se hará. Lo verdaderamente significativo es no confundir a las personas con la organización. Todos los acusados tienen nombre y apellido. Y tampoco se puede confundir a los dirigentes, por muy importantes que sean, con el partido. Ojo, además, con caer en el error de pensar que aquí hay un ataque contra todo el PSOE, porque no es verdad. Como tampoco veo una operación de la derecha o de la judicatura o de los medios de comunicación. Este Gobierno llegó al poder sobre la base de una sentencia muy dura contra el PP por corrupción por parte de los mismos tribunales a los que ahora algunos señalan. Y PSOE y PP acaban de pactar el CGPJ y hasta la composición del Tribunal Constitucional. Las acusaciones hay que particularizarlas y sostenerlas en base, pero una acusación contra todo el estamento judicial no conduce a nada.
Después de escucharle, me queda la duda de si su partido vive un momento de crisis existencial o solo de liderazgo.
Nos lo jugamos todo en una crisis de credibilidad. Cuando termine esta etapa, seguro que habrá palabras que la resumirán muy bien, pero todavía no es el momento de usarlas porque no ha acabado.
¡Qué enigmático! Aunque entre líneas no deja de venirme a la cabeza, con cada una de sus reflexiones, el nombre de Pedro Sánchez.
En la política española se ha impuesto un modelo de relativismo, ese del todo vale. Y el que tiene por estrategia el todo vale, con tal de salirse con la suya, acaba llevando a una situación en la que nada vale. Y esto, obviamente, se paga caro. Me consta que los militantes están sufriendo mucho.
¿El problema del PSOE es solo Pedro Sánchez?
Esta difícil situación me duele por España y por el PSOE. Al partido hay que protegerlo, igual que se debe hacer con el PP, porque en cierta forma somos partido de Estado, vertebradores de la voluntad nacional. Como he dicho antes, el PSOE es hoy motivo de preocupación para mucha gente, incluso de aquellos que no nos han votado ni lo van a hacer, pero que consideran que el solar de la socialdemocracia hay que protegerlo. De hecho, muchos estamos alzando la voz para protegerlo porque, si nos quedáramos callados, seguramente que ya estaría ocupado.

¿Por quién?
Desde que comenzó, esta legislatura ha sido a la defensiva, de achique de agua. Y esto es doloroso porque es una especie de sinvivir constante. Por delante tenemos un laberinto sin salida, y no es por darme la razón, pero desde el primer momento dije que esta era una legislatura absolutamente inviable. Además, en la actualidad el margen de reacción del Gobierno es cada vez menor, incluso para convocar elecciones. ¿Cómo lo haces cuando sabes que los 55 días de precampaña que marca la ley van a estar trufados de vídeos, mensajes o acusaciones?
¿Y entonces?
Cualquier solución tiene que venir de la mano del voto, porque esta legislatura se sostiene en una carambola impensable. De tal manera que hasta que no se abra un proceso de debate nacional, y vayamos a las urnas, seguramente no habrá una solución de fondo. ¿A qué me refiero? A que no es solo dar solución a los problemas de corrupción, que esos los tienen que resolver los tribunales, sino al caos y a la parálisis en la que está instalada la política nacional.
El presidente no da señales de que tenga dudas de que esto va a aguantar hasta 2027.
Depende de lo que cada uno entienda por aguantar, porque cada uno es de una pasta. Mi mayor aspiración vital es acabar mi vida política, que además está ya en una fase donde cada vez hay más luz que enfoca hacia el final, con capacidad de salir a la calle con normalidad, de cruzarme con todo tipo de gente sin problemas, y con la satisfacción de haber dejado las cosas mejor de lo que estaban.
¿Qué queda de ese partido de Rubalcaba o de González?
El partido es el mismo. Cambian los dirigentes.
Pero los dirigentes son determinantes. Este es el PSOE de la amnistía, por ejemplo.
No estoy de acuerdo. Los partidos tienen la ventaja de que mantienen las mismas coordenadas, mantienen su ideología, sus valores... La nave sigue siendo la misma. Por tanto, no confundamos la nave con la dirección de la nave.
Ábalos, hermano, Begoña o fiscal general, ¿con qué asocia estos nombres?
Mi impresión personal de la mujer del presidente del Gobierno, por lo poco que la conozco, es que no se mueve por intereses económicos. Por eso me produce tanta extrañeza todo lo que está pasando. Al hermano del presidente no le conozco, aunque me enteré sobre la marcha de que tributaba fuera de España, en Portugal, y poco más.
¿Y del fiscal general?
Sinceramente, creo que tendría mejor defensa sin estar al frente de la Fiscalía. No prejuzgo nada, y no sé cómo puede acabar la cosa, pero cuando uno está al frente de las instituciones tiene que velar también por la reputación de ellas. Los pleitos no son contra la Fiscalía, no son contra todo el cuerpo fiscal, sino contra una persona en concreto, y, como dije antes, hubiera podido defenderse mucho mejor con su dimisión.
¿Disputaría unas primarias a Pedro Sánchez?
Que señale los problemas no quiere decir que me vea como la solución. No estamos en nuestro mejor momento, pero somos muchos los que estamos empeñados en que siga existiendo un PSOE reconocible. No creo que tenga más razón que nadie, pero me planteo mis opiniones como un doble servicio a España y al PSOE. Y por eso no dejaré de trabajar para que los diez millones de personas que llegaron a votar al PSOE recuerden al PSOE al que votaron. Por todos los sitios por los que me muevo siempre me encuentro con gente que busca el retorno del PSOE.
¿Y por qué no se organizan si son tantos los que no comparten el rumbo que lleva el partido?
Pues no le sé decir. Yo soy yo, y mis circunstancias. No estoy en ninguna conspiración ni en ninguna maquinación orgánica. No gasto ni un minuto en hablar con ningún dirigente territorial, pero sí digo lo que pienso. Intervengo en los debates nacionales porque creo amenazados los intereses de mis ciudadanos de Castilla-La Mancha, que coinciden milimétricamente con los del conjunto de los españoles. Yo hablo con claridad porque considero que es lo que requiere la sociedad española en estos momentos, y creo que tengo la obligación de poner mi experiencia al servicio de este doble objetivo: España y mi propio partido.
"Soy claro porque creo que la sociedad necesita que ponga mi experiencia al servicio de un doble objetivo: España y mi partido"
¿Cuánto le sigue sumando Yolanda Díaz al PSOE como compañera de viaje?
La pregunta, quizás, es cuánto le suma a Sumar. Tengo la impresión de que en estos momentos Sumar está en un serio riesgo de desaparecer: no tengo nada claro que concurra a las elecciones, pero sí lo hará Podemos.
Las encuestas dicen que, en el tema migratorio, el votante de centroizquierda se siente más identificado con posiciones de la derecha que de los partidos de izquierdas.
Este es un debate pendiente. No olvidemos que la extrema derecha europea, especialmente la de Le Pen, no surgió en los barrios ricos de París, sino en los más humildes de Marsella. La preocupación por las corrientes migratorias es muy transversal y no debemos engañarnos. El otro día estuve en Portugal y me comentaban que la derrota del Partido Socialista se explica en parte en que, en un país de diez millones y medio de habitantes, la mayoría de los portugueses cree que el último millón y medio que ha entrado es por culpa del Partido Socialista. En España no ha habido política migratoria nunca, ni con el PP ni con el PSOE. Hay parches, pero no una estrategia migratoria porque tampoco la tiene Europa. Fíjese, hoy gobierna en Italia un partido que hizo bandera de la migración, y los datos objetivos dicen que por cada migrante que entra en España, a Italia llegan cinco. Este es un problema que hay que afrontar con una visión global, y debemos tener muy claro que las necesidades humanitarias están por encima de todo lo demás: el 90% de la migración tiene como razón de ser la injusticia, y precisamente para eso estamos los partidos de izquierdas, para combatir la injusticia, sea en los países de origen o cuando estas personas ya han llegado a nuestro territorio.
¿A usted no le importa acoger en su comunidad a más menores no acompañados?
Yo acogeré a los que me corresponda dentro de un reparto proporcionado y ajustado a los recursos disponibles, y de los que nos tiene que dotar el Gobierno.
¿Ha merecido la pena el crédito que se ha gastado España a nivel diplomático para conseguir que se hable catalán en Europa?
Esta es una obsesión de Puigdemont. Si no fuera porque Puigdemont chantajea al Gobierno, probablemente nadie lo habría planteado. Por cierto, conviene recordar que el catalán ya se habla en el Comité de las Regiones. En la última reunión, Salvador Illa se expresó en catalán, lo que demuestra que estamos ante otra polémica falsa a la que se deja arrastrar el Gobierno español bajo el chantaje de Puigdemont. Además, este debate sería muy diferente si el independentismo no utilizara el idioma como un arma arrojadiza e identitaria. Por eso quieren tener las competencias en fronteras migratorias: saben que el 80% de los migrantes habla español y no va a aprender catalán. Y que la mayoría de los jóvenes en Cataluña antepone el castellano por la simple razón de que lo hablan 600 millones de personas en todo el mundo. El español, por cierto, no se resiente porque se hable catalán, vasco o gallego; al contrario, está en el mejor momento de su historia. Y un último apunte, se puede estar de acuerdo o no con que el Gobierno español presione para que se asuman en Europa las lenguas cooficiales, pero lo que no es aceptable es que para contentar a Puigdemont se acepte en Europa que seamos los españoles los que paguemos la fiesta. Vivimos en el reino de la confusión interesada: por ejemplo, las lenguas que tenemos en España son una riqueza para todos, pero no somos un país plurilingüístico porque, si eso fuera así, en Castilla-La Mancha tendría derecho a escolarizar a sus hijos en gallego cualquier gallego que viniera aquí a trabajar. Esta obligación de cooficialidad solo se produce en los territorios históricos, como dice la Constitución, y además es puro sentido común.
¿Cómo explica el silencio de Puigdemont? Parece que está muy manso últimamente.
Ahora mismo, el Gobierno sigue teniendo la sartén por el mango y la amnistía se ha convertido en la trampa de Puigdemont. No puede romper con el Gobierno porque está esperando a que se la den, y no tengo ninguna duda de que, cuando lo consiga, se desentenderá por completo del Gobierno. Así que ya veremos si se cumple ese plazo de que en junio habrá una resolución final del Constitucional.
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