Partidos Políticos

Iglesias busca una «fórmula ingeniosa» para absorber a IU

El líder de Podemos desplaza a Errejón y encarga a Echenique lograr una alianza a nivel nacional y no confluencias puntuales

Pablo Iglesias, ayer durante su conferencia en la Universidad Complutense de Madrid
Pablo Iglesias, ayer durante su conferencia en la Universidad Complutense de Madridlarazon

El líder de Podemos desplaza a Errejón y encarga a Echenique lograr una alianza a nivel nacional y no confluencias puntuales

Todas las «familias» y corrientes internas de Podemos coinciden en la necesidad de ir de la mano con IU en las próximas elecciones generales y lograr así desbancar definitivamente al PSOE como fuerza de referencia en la izquierda. Las discrepancias están en el «cómo» se realizará esta confluencia, y es en este delicado asunto donde los dos principales líderes del partido –Pablo Iglesias e Íñigo Errejón– han vuelto a adelantar soluciones dispares y donde, una vez más, el criterio del secretario general se ha impuesto al de su número dos. Iglesias es partidario de una confluencia en sentido estricto a nivel nacional, una suerte de coalición electoral en la que IU pueda sentirse cómoda porque en todo momento se respete su identidad propia, tarea encomendada a Pablo Echenique. Errejón abogaba por una candidatura conjunta instrumental en las circunscripciones en las que IU es fuerte y en la que el escaño es especialmente «caro», es decir, en las provincias menos pobladas, donde se penaliza más a las candidaturas con menos votos. En cualquier caso, con el modelo «errejonista» las campañas electorales estarían diferenciadas y ambos partidos se mantendrían separados en el Congreso. Sea como fuere, una cosa está clara: el clima de diálogo entre Iglesias y Garzón de cara al 26-J será muy distinto al que reinó en las negociaciones previas al 20-D. Entonces, IU tenía once escaños y Podemos, ninguno. Ahora, Podemos tiene 65 e IU, dos. Además, las encuestas confirman una tendencia hacia el estancamiento en Podemos, mientras que la coalición comunista liderada por Garzón se ha visto fortalecida tras su descalabro en los comicios del 20-D.

Las negociaciones oficiales con Izquierda Unida no han comenzado pero se han realizado «contactos preliminares», tal y como confirmó Pablo Iglesias ayer en un encuentro con los medios de comunicación previo a la presentación en Madrid del libro «El populismo a debate», escrito por el filósofo marxista Carlos Fernández Liria. A pesar de que el líder de Podemos reconoció que hablaba continuamente con Alberto Garzón, Iglesias dejó claro que «es prematuro» hablar de pacto y que sólo cuando efectivamente se convoquen las elecciones para el 26 de junio empezarán a tener lugar los contactos oficiales. Éstas se centrarán –como ya se están centrando los contactos preliminares– en dar con «fórmulas ingeniosas» para hacer realidad una confluencia en las que ambas fuerzas políticas sumen.

Las «fórmulas ingeniosas» para lograr la cuadratura del círculo también tendrán que extenderse a otro punto: la necesidad de que las bases sean consultadas y den su visto bueno a la alianza a nivel nacional de los dos partidos. La aprobación de las bases del partido es una exigencia de los estatutos de Podemos y fue precisamente el principio invocado para la votación virtual en la que se le preguntó a los inscritos, el fin de semana pasado, su opinión tanto sobre el pacto PSOE – Ciudadanos como sobre el hipotético pacto «a la valenciana» entre los socialistas, los morados, Compromís e Izquierda Unida. Así sucedió en las pasadas elecciones generales, cuando las bases tuvieron que pronunciarse para que finalmente Podemos confluyera en Valencia, Cataluña y Galicia con Compromís, En Comú y A Nova, respectivamente.

A esta alianza en ciernes no le faltan ya enemigos. Por un lado, está el sector de los errejonistas dentro de Podemos, que ya han aceptado la premisa inicial de que haya una alianza general en toda España y a los que preocupan los «efectos colaterales» que podría tener «casarse» con IU, máxime si se tiene en cuenta que uno de los principales motivos de que Podemos apareciera en el panorama político español fue precisamente el agotamiento del proyecto de IU. Íñigo Errejón siempre ha expresado su miedo de que pudieran estar equivocadas las «cuentas de ábaco» de aquellos que suman los cinco millones de Podemos a los 900.000 votos de IU demasiado alegremente. Tampoco faltan los enemigos dentro de IU a una confluencia con Podemos. Gaspar Llamazares se ha manifestado en contra y Cayo Lara, coordinador general, también ha dejado claro que cualquier tipo de colaboración tiene que dejar intacta la identidad de IU.