Cataluña
Inés Arrimadas: «Puigdemont y Junqueras viven en Matrix»
La jefa de la oposición en el Parlament cree que si en el independentismo hay un líder con «dos dedos de frente, debe actuar» y que se debe «reformar España» para mantenerla unida.
La jefa de la oposición en el Parlament cree que si en el independentismo hay un líder con «dos dedos de frente, debe actuar» y que se debe «reformar España» para mantenerla unida.
Desde la vuelta de –las cortas– vacaciones, la líder de la oposición catalana ha descansado poco. Más bien nada. Nos atiende por teléfono en el AVE después de un sinfín de reuniones en Barcelona camino de Madrid. Con Carles Puigdemont, el presidente catalán, no existe ningún contacto. Apenas lo tiene y en las últimas horas ni uno. Está convencida de que los constitucionalistas pueden ganar en unas elecciones y pone en ello todo su empeño. Su asueto es escaso y aprovechará las pocas horas que tiene en su visita a Madrid para ir a visitar un museo antes de participar en un debate de televisión.
–Voy a ser ingenioso. ¿Y ahora que pasará?
–Ríe. Puigdemont no se va a bajar del burro. Va a aprovechar esta oportunidad para acentuar su desafío. Han dado un golpe a la democracia y no van a parar ahora. Estoy convencida que responderá como siempre, con una respuesta trampa. Su objetivo es que el gobierno de España sea el culpable de que no exista diálogo. Me remito a las declaraciones que hacen en estas últimas horas en los medios catalanes. Que el resultado del 1-0 es claro, que no van a renunciar a la independencia... Además, ¿de qué se va a dialogar? Sólo quieren dialogar de la independencia, sobre cómo repartimos los activos y los pasivos.
Hay que esperar hasta este lunes pero no tengo esperanza de que Puigdemont dé marcha atrás. Su respuesta será torticera, ya verá, para que se interprete que ellos son los buenos y España los malos.
–¿Hasta dónde podría dar margen el Gobierno para que Puigdemont se libere de la presión de ERC y de la CUP?
–Puigdemont no quiere liberarse de esta presión. Conozco bien al presidente y le digo que no es el moderado que ahora algunos quieren ver. No va a renunciar a la independencia.
–¿Ha hablado con el presidente catalán en las últimas horas?
–No. No es normal que no haya diálogo entre gobierno y oposición, pero nada de lo que pasa en Cataluña es normal.
–Usted defiende la aplicación del 155 pero ¿el 155 va a solucionar la situación? ¿No teme enfrentamiento como dice la CUP?
–Nosotros no pedimos el 155. Pedimos que se convoquen elecciones en Cataluña y sólo hay dos maneras de hacerlo. O las convoca Puigdemont o las convoca el Gobierno de España a través del artículo 155. La aplicación de este artículo por sí sólo no va a resolver el problema. Es necesario que se convoquen elecciones para cambiar al gobierno. Estamos en una situación envenenada. Se habla de diálogo, pero nadie concreta sobre qué dialogar. Se habla del 155, pero tampoco se sabe cómo se va a aplicar.
–¿Entonces?
–Nosotros estamos convencidos que la única solución pasa por las urnas.
–La veo muy convencida de qué es posible ganar a los independentistas
–Estamos en un buen momento. El independentismo está tocado. Frustración en la gente, abandono internacional, fuga de empresas, líos internos. Se están dando cuenta de que las cosas no son tan fáciles.
–Pero está muy movilizado...
–Hay muchas encuestas que dicen que hay opciones reales de cambio de mayorías. Pero, sobre todo, en Cataluña un cambio. Por ejemplo, la movilización de la mayoría silenciada. Este es un elemento muy importante. Esta mayoría se ha movilizado y está poniendo frente al independentismo diciéndole claramente que la opción separatista está haciendo mucho daño a la sociedad catalana. Por primera vez, el no separatismo se ha movilizado y dentro del mundo independentista, los más moderados empiezan a ver a dónde nos llevan los actuales dirigentes, que conlleva una cierta desmovilización de una parte del electorado independentista.
Ahora hay que ser inteligentes y actuar de manera inteligente, utilizando quirúrgicamente el 155 para convocar elecciones, parar el golpe a la democracia y tener un nuevo gobierno.
–¿Qué siente cuando Oriol Junqueras, vicepresidente económico, dice que no pasa nada ante la fuga de empresas de Cataluña?
–Vive en Matrix desde hace mucho tiempo. El problema es que está en el gobierno. En un momento como éste es incapaz de decir que las cosas no van bien, que las empresas se van porque saldríamos de la Unión Europea, que no tienen apoyos internacionales. Viven en Matrix creyéndose sus propias mentiras y cuentan con el apoyo de los medios de comunicación a su servicio para que esas mentiras puedan calar en la sociedad. Además, como él cobra del gobierno, y los que están a su alrededor también, le da igual que se vayan las empresas.
–¿Qué opina de la posición de la CUP?
–Alguien se puede extrañar de la posición de la CUP. Algunos ahora se dan cuenta de quiénes son. Los medios de comunicación ya decían que Puigdemont iba a declarar una independencia condicionada o en diferido. Al final la suspendió, pero todo forma parte de una artimaña dialéctica. No hay que creerse las estrategias de los independentistas. Ciudadanos hace once años que no se las cree.
–¿Tiene relación con Marta Pascal, la coordinadora del PDeCAT? ¿Es la alternativa para que el independentismo entre en una nueva fase?
–Si hay alguien que plantea esta alternativa, o bien no ha sido valiente y llega tarde, o no tiene la fuerza suficiente para imponerse. No me refiero a Marta Pascal, hablo en general. Si hay alguien que tiene dos dedos de frente debe actuar. Ojalá vuelva la sensatez, pero tengo, le insisto, pocas esperanzas de que vuelvan al marco democrático.
–Si hay elecciones será necesario un gobierno de concentración. ¿Lo ve posible?
–Creo firmemente que hay unas opciones reales de un gobierno alternativo al nacionalismo y de carácter transversal.
Ahí todos deberemos ser generosos y colaborar porque es necesario volver todos a la democracia. Como líder de Ciudadanos, que es el partido principal de la oposición y, según las encuestas, el primer partido constitucionalista, me comprometo a iniciar los contactos y los trabajos para hacer un gobierno alternativo y transversal para iniciar una nueva etapa al frente de la Generalitat.
–¿Con socialistas y populares?
–No solamente sumar partidos, también personas. Expertos, no profesionales de la política. Hemos de contar con los partidos, pero también con profesionales. Considero que un nuevo gobierno debe incorporar a independientes para dar soluciones extraordinarias o una situación que es extraordinaria.
–¿Ya está pensado en alguien?
–No, no, en absoluto. El problema de Cataluña no sólo lo podrán solucionar los partidos. También debe participar en la solución la sociedad. En política no sólo deben participar los políticos. Debemos estar abiertos a contar con más gente. Yo le aseguro que si los ciudadanos me dan su apoyo en las urnas voy a hablar con el resto de partidos y abrir la mano a personas independientes que puedan aportar sus conocimientos a un gobierno transversal y alternativo.
–Aunque las relaciones del PSOE y Ciudadanos no pasan por su mejor momento, ¿ustedes participarán en la comisión de la reforma constitucional?
–Ciudadanos es el partido reformista de España y llevamos años pidiendo reformas, mientras que el bipartidismo de PP y PSOE no ha cambiado nada. Celebramos que se hayan dado cuenta que reformar España es la única solución para mantenerla unida. No habrá una España unida si no la reformamos. El inmovilismo es historia. Eso sí, la reforma de la Constitución no debe tener como objetivo contentar a Junqueras y Puigdemont. Hay que reformarla para mejorar la administración pública, las competencias, eliminar aforamientos y privilegios, sistema de financiación autonómica y ley electoral, aclarar el modelo territorial, reforma del Senado, en definitiva, hacerla más moderna. Siempre con consenso y con el pacto de 47 millones de españoles. En conclusión, reforma de la Constitución sí, pero no sólo para contentar a los independentistas, que nunca se darán por satisfechos.
–Siguiendo su argumento, esta reforma debería ser refrendada, también, por la mayoría de los catalanes. ¿Qué se debe cambiar de la Constitución para que esta mayoría quiera permanecer en España y ganar al independentismo?
–Hemos de construir un país más moderno y atractivo para todos los ciudadanos, también para los catalanes. Si lo hacemos así, la gente preferirá quedarse. Se debe mejorar la financiación, impulsar el corredor Mediterráneo para superar la imagen radial de España, reformar el Senado para convertirlo en una verdadera cámara territorial, invertir en infraestructuras. Se pueden hacer muchas cosas y hablar de cómo hacerlas.
–¿Si Puigdemont se aviene a negociar con el Estado?
–Ya me gustaría creer que esto va pasar, pero en el hipotético caso de que Puigdemont reconociera que se ha equivocado, que esto es una locura y que convoca elecciones, se podría hablar. Pero dejemos de ser ingenuos, esto no va a ocurrir. El presidente catalán sólo quiere pactar un referéndum de independencia. Sólo hay que escuchar lo que dicen en los medios de comunicación catalanes. Los partidos constitucionalistas no debemos caer en esta trampa y ser conscientes de que no quieren dialogar de nada. Es solamente su coartada. Hay que hablar mucho y negociar mucho, con un nuevo gobierno de Cataluña.
–En estos días ha recibido muchas críticas sobre su discurso en el Parlament. Dicen que se equivocó.
–Lo cierto es que he recibido muchas felicitaciones. Si los independentistas me critican no me sorprende. Como tampoco me sorprendió Puigdemont porque su intención era poner al Gobierno de España contra las cuerdas. Nosotros los conocemos porque vivimos allí, no como Pedro Sánchez.
No me equivoqué porque el independentismo está diciendo en estos días que el Parlament declaró la independencia y que ésta debe ser la respuesta a Rajoy. No podemos seguir más tiempo así, viendo cómo se divide la sociedad catalana, cómo se marchan las empresas. La mejor salida es convocar elecciones en Cataluña y formar un nuevo gobierno.
–¿Ve usted a Rajoy con hoja de ruta a partir del lunes?
–La verdad es que no lo sé. Lo que sí sé es que si Ciudadanos gobernara en España las cosas serían diferentes. No hubiéramos confiado, por ejemplo, en el conseller de Interior o la consellera de Educación el 1 de octubre. En un momento como éste, a pesar de todo, hay que estar al lado de las fuerzas democráticas y del Ejecutivo. No es un apoyo a Rajoy, es un apoyo a la democracia. Estamos llegando tarde y mal, y sin explicar bien un relato de España. Aun así, hay que cerrar filas con el Estado de Derecho.
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