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La izquierda compite por el legado del Papa Francisco
De Iglesias a Junqueras, pasando por Otegi, el PSOE y sus socios homenajean al Papa por su visión reformista a pesar de los asuntos que les separan: aborto, homosexualidad y eutanasia
Un discurso totalmente impostado. La izquierda, que siempre ha combatido a la Iglesia, ayer lloró la muerte del Papa Francisco, e incluso, compitió por enarbolar su figura, pese a confesarse completamente atea y haber redoblado su ofensiva contra la Santa Sede en múltiples ocasiones.
Desde Pablo Iglesias a Oriol Junqueras y pasando por Arnaldo Otegi, todo el espectro de la izquierda elogió el legado del Sumo Pontífice en la defensa de los derechos humanos y la justicia social. Una pugna con el PSOE, que también se lanzó a homenajear su figura. Ello es una contradicción en sí misma, puesto que la izquierda y la Iglesia chocan en asuntos troncales relacionados con la moral sexual, la homosexualidad, el feminismo y los derechos civiles. De hecho, la Iglesia, con el Papa Francisco a la cabeza, sigue posicionándose en contra del aborto. Llegó a definirlo como un «homicidio» y un «acto criminal».
Las contradicciones
Por contra, la izquierda defiende el aborto legal y gratuito como un derecho básico de las mujeres. El Vaticano ha condenado tajantemente la eutanasia, mientras que en España PSOE y Unidas Podemos despenalizaron la muerte asistida en determinadas circunstancias. No son los únicos aspectos que separan a la izquierda de la Santa Sede, pues la institución religiosa sigue sin aceptar el matrimonio igualitario ni la adopción por parte de parejas del mismo sexo. El Papa Francisco, sí se ha mostrado más aperturista en este sentido, e incluso ha prohibido las terapias de conversión. Sin embargo, cerró la puerta a que la Iglesia acepte seminaristas homosexuales. En el caso de las uniones de parejas del mismo sexo, el Papa ha permitido su bendición, pero sin equipararlas al matrimonio. Otra antítesis entre la izquierda y la religión supone la apuesta de los primeros por una separación tajante entre Iglesia y Estado.
Durante sus doce años de papado, Francisco o su ambiente más próximo, ha recibido, al menos, a ocho ministros del Gobierno de Pedro Sánchez. Entre ellos, a la exvicepresidenta Carmen Calvo o la exportavoz del Gobierno, Isabel Celaá. Dos ministros repitieron visita: el titular de Presidencia, Félix Bolaños y la vicepresidenta Yolanda Díaz. En este sentido, la ministra de Trabajo llegó a «esconder» a Moncloa su primera visita al Pontífice hasta 48 horas antes de que se produjera. Para diluir el impacto que suponía la imagen de una vicepresidenta comunista en el Vaticano, Moncloa anunció casi a la vez que Celaá sería la embajadora de España ante la Santa Sede. Así, Díaz alabó a Francisco como un gran «embajador del trabajo decente, de la paz y de la justicia social». «Me enseñó que la esperanza nunca defrauda. Le haremos caso, no aflojaremos», escribió, a modo de homenaje.
Para diferenciarse de los católicos, la izquierda ha querido destacar su visión reformista frente a las posiciones más conservadoras de sus antecesores, como Benedicto XVI o el Papa Juan Pablo II. Así lo hizo el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, formación que más ha cargado contra la Iglesia. «Muchos ateos hemos visto en este jefe de la Iglesia a un líder comprometido con la Justicia Social». Defendió que su papado se situaba en las «antípodas» de Benedicto XVI. «Estuvo más cerca de las posiciones pacifistas que de las posturas de los países occidentales», aseguró, para después destacar que «desafió» a Estados Unidos e Israel al reconocer al Estado Palestino. Iglesias nunca consiguió, ni como vicepresidente, agendar una audiencia con el Papa.
Por su parte, la secretaria general, Ione Belarra recurrió incluso a unos versículos de la Biblia del Evangelio según San Mateo. «Estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis. ¿Cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos? De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis», citó. Atrás quedan las peticiones de Podemos para que el Gobierno avance hacia la aconfesionalidad del Estado y la laicidad, así como para que suprimiese la asignación tributaria a la Iglesia.
En el lado socialista señalaron su «valor del diálogo y de la paz». El ministro Félix Bolaños se deshizo en elogios y el secretario de Organización, Santos Cerdán, le calificó como un hombre «de diálogo y de mirada transformadora, cercano a su tiempo».
La lucha del Papa contra los casos de abuso sexual a menores por parte de sacerdotes es una bandera que la izquierda le ha aplaudido. Así, lo destacaba el líder de ERC, Oriol Junqueras, que se refirió a él como «el jefe de la Iglesia que ha luchado contra los abusos, que ha hecho realidad el Evangelio, y que ha construido una Iglesia al servicio de la Justicia y la Paz». El líder de Bildu, Arnaldo Otegi, valoró su figura porque «favoreció la paz, se opuso a guerras y a genocidios y puso en el centro a pobres y vulnerables».
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