Política exterior

Jesús Gracia: : «Fue un error perseguir el 0,7 %, lo importante es a quién se ayude»

Secretario de Estado de Cooperación y para Iberoamérica

Cristina Bejarano
Cristina Bejaranolarazon

Acaba el año Jesús Aldaz Gracia con el nuevo Plan Director para la Cooperación recién aprobado en Consejo de Ministros. Será la partitura que dicte la música de la cooperación española los próximos cuatro años. Menos países (la mitad) y muchísimo menos dinero. Pero este diplomático que ha toreado en plazas tan difíciles como Argentina y Cuba cree que, aun así, se puede ser eficaz. Y ayudar, que es lo que importa.

–¿Qué hay de nuevo en este Plan Director que acaban de aprobar?

–Contiene las líneas básicas de lo que va a ser la ayuda oficial al desarrollo entre 2013 y 2016. Vamos a ajustar el plan a la realidad, la de España como donante y la del mundo en desarrollo, que también ha cambiado mucho. Está más basado en resultados que en el esfuerzo del donante. También queremos rendir cuentas, que los ciudadanos sepan qué se ha hecho con su dinero.

–¿Qué criterios han seguido para reducir de 50 a 23 los receptores?

–No podíamos tener tantas prioridades, por mucho que estiremos los fondos. No se puede ser eficaz en tantos países. Se ha hecho en función de la situación de pobreza de los países y dentro de los mismos y en función de nuestra capacidad de influir. Puede haber uno con niveles de renta muy bajos pero en el que nosotros no tengamos un gran acceso y otros de renta media, como Perú o Marruecos, en los que aún hay grandes bolsas de pobreza y donde se nos escucha.

–¿Por qué no vamos a estar ni en Irak ni en Afganistán?

– Irak ha cambiado enormemente. La razón para justificar nuestra presencia era la reconstrucción; ahora se ha estabilizado y cuenta con enormes recursos gracias al petróleo. En Afganistán nuestra presencia venía muy marcada por las tropas, aunque mantendremos ciertos programas.

–¿Cómo conjugan la ayuda al desarrollo y a la democracia en Cuba o Guinea Ecuatorial?

–Hay que trabajar precisamente en ese sentido, aunque como país externo, como país extranjero, es muy difícil que puedas influir en el sistema político. Además, no es aconsejable porque la reacción es la contraria.

–¿Qué se estaba haciendo mal con el anterior Gobierno?

–No debemos hacer la cooperación como algo independiente al resto de políticas del Gobierno y esto se perdió en la etapa anterior. Era una política muy basada en el gasto, en objetivos cuantitativos, lo que hizo que hubiera un aumento rápido en los fondos pero no una asimilación de gastos orientados a resultados.

–¿En qué sentido?

–El Gobierno anterior decía que nuestra política de ayuda al desarrollo era independiente de nuestra presencia en los organismos multilaterales. Tampoco era correcto. La realidad es que se seguía una ortodoxia, la del 0,7 por ciento. Es un error, hay que pensar más a quién se dirige. Con todas las cantidades de dinero que se han dado podía haber aumentado nuestra presencia en dichos organismos.

– ¿Nos ha rentado poco?

– Claro, seguramente porque esa política no tenía como objetivo el tener influencia y claro, si ésa es tu declaración, es difícil que lo consigas.

–Parece que el papel de las ONG disminuirá notablemente.

–El caso español es muy especial. En España, al calor de la enorme cantidad de recursos que ha habido para la ayuda al desarrollo, han aparecido muchas más de las que hay en cualquier país del mundo. Centenares que recibían dinero de las administraciones públicas. Las ONG tenían todas una ventanilla abierta.