Elecciones catalanas
ERC maniobra para frenar en la Mesa la investidura a distancia
Ganan margen para retomar con JxCat las negociaciones para formar gobierno
Ganan margen para retomar con JxCat las negociaciones para formar gobierno.
La pasada semana las negociaciones entre las fuerzas independentistas acabaron como el rosario de la aurora. Este fin de semana, los negociadores se han tomado un respiro. Ayer, se reanudaron los contactos, y no se prevé que el acuerdo llegue de forma inminente, como anunciaba el viernes en TV3, Elsa Artadi. «Aquí no se cierra nada sin un acuerdo integral. Hemos de tomarnos las negociaciones en serio, para construir un gobierno estable», apuntaron ayer fuentes cercanas a ERC que matizaban que «hemos de abandonar descubrimientos del tebeo y cerrar un acuerdo de todo».
Los republicanos están hartos de la presión a la que son sometidos por Junts per Catalunya, sobre todo, «a través de propuestas esotéricas que sólo pretenden situarnos como los malos en el imaginario independentista», aunque este enfado no es óbice para romper negociaciones «porque queremos anular el 155 y hacer un gobierno efectivo que dé respuestas», apuntan fuentes. Ante este escenario, ERC ha planteado una hoja de ruta a Junts per Catalunya para desbloquear la situación que se resumiría en cinco pasos.
Los republicanos, en primer lugar, estarían dispuestos a aceptar una propuesta de resolución que reivindicara el gobierno de Puigdemont y su papel de forma simbólica. Esta iniciativa fue negociada la pasada semana, aunque Junts per Catalunya finalmente no la registró. En este sentido, los republicanos estarían dispuestos a aceptar esta resolución, que no tendría efectos jurídicos, a cambio de que Puigdemont diera «un paso al lado y desbloqueara la investidura».
Para dar cobertura al protagonismo de Puigdemont, los republicanos estarían dispuestos a realizar un acto en Bruselas de reconocimiento formal al ex presidente, que los suyos prefieren denominar «investidura». Los republicanos, en este punto, harían de tripas corazón y cederían a la «parafernalia», porque el objetivo es «una investidura en toda regla en el Parlament».
Para alcanzar este tercer punto de la hoja de ruta, ERC exige que Junts per Catalunya convenza a Puigdemont para que deje paso y presente un candidato. El cuarto punto es la configuración de un plan de gobierno, cuya negociación «desde hace semanas está en punto muerto» y, sobre todo, «dejar visto para sentencia la estructura de gobierno», es decir, carteras y competencias para ambos partidos.
ERC consideraría desbloqueada la situación si Junts per Catalunya se aviene a cerrar esta hoja de ruta, aunque el acuerdo no será «inminente, ni mucho menos». De momento, la desconfianza sigue dominando las negociaciones. Ayer, el diputado de Junts per Catalunya, Francesc de Dalmases, se reunió a espaldas de ERC con los Comunes de Ada Colau en el Parlament, representados por Joan Josep Nuet. Conocedores del encuentro, ERC se reunió por su parte con los Comunes. Tras los dos encuentros, la portavoz de los morados, Elisenda Alamany, dijo en rueda de prensa que su formación apostaba por un «gobierno realista». Parece que tras estos encuentros, ERC se llevó el gato al agua.
En todo caso, ERC también continuó ayer con su estrategia contemporizadora para enfriar la opción de Puigdemont. Así, evitó incluir en el orden del día de la reunión de la Mesa del Parlament de hoy la modificación de la Ley de presidencia, registrada el viernes por JxCat, que pretende posibilitar la investidura a distancia. Con esta maniobra, los republicanos ganan una semana más, algo que ya han conseguido con el informe de los letrados. No obstante, este punto sí que se debatirá hoy en la reunión, aunque la última palabra siempre la tendrá Roger Torrent.
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