El desafío independentista
Junqueras prepara la «vía PNV» para el 22-D
Si gana en las urnas, planea establecer «hilo directo» con el presidente del Gobierno para pedirle un nuevo modelo de financiación a cambio de congelar la DUI. «El dinero antes que la independencia», advierten republicanos y socialistas, en un pacto fiscal similar al que ya tiene el País Vasco
Si gana en las urnas, planea establecer «hilo directo» con el presidente del Gobierno para pedirle un nuevo modelo de financiación a cambio de congelar la DUI. «El dinero antes que la independencia», advierten republicanos y socialistas, en un pacto fiscal similar al que ya tiene el País Vasco.
La hoja de ruta única dentro del bloque soberanista está cada día más lejos. Así lo reconocen dirigentes de Esquerra Republicana y el PDeCAT a escasas horas de empezar la campaña del 21-D, tras destacar que la fisura entre Oriol Junqueras y Carles Puigdemont es ya irreversible. Las reuniones entre la número dos de ERC, Marta Rovira, y la coordinadora general convergente, Marta Pascal, para elaborar un programa común de mínimos no han dado todavía su fruto, la crisis entre los separatistas es latente y el escenario postelectoral muy complicado. ¿Y qué pasa el 22 de diciembre?, es la gran pregunta. Según fuentes de ERC, Oriol Junqueras apuesta por la vía bilateral de negociación directa con Mariano Rajoy, mientras Puigdemont, mucho más radical, quiere la ruptura total con Madrid y la declaración unilateral de independencia. Si gana en las urnas, Junqueras desea «hilo directo» con el presidente del Gobierno, según reconocen en su entorno.
En línea con sus manifestaciones ante el Tribunal Supremo, muy medidas entre acatar el 155 y la Constitución por imperativo legal, aunque sin responder a la Fiscalía, el líder de ERC no descarta un gobierno de cariz secesionista, pero apuesta por la llamada «vía PNV». Es decir, lo que algunos llaman «una independencia filosófica» frente a la prioridad de la agenda social. Si Oriol Junqueras logra sentarse en La Generalitat pedirá importantes compensaciones económicas a Rajoy, algo que coloca al Partido Popular en una difícil situación con profundo enfado del resto de las autonomías, incluidas las suyas. «Junqueras quiere un boca a boca con Madrid», dicen gráficamente en su entorno como prueba de que aspira a una negociación directa con el presidente del gobierno. En función de lo que suceda el 21-D, al día siguiente el republicano planea una carta a Mariano Rajoy en la que detallará sus reivindicaciones pactadas y dialogadas.
«El juego está entre Iceta y Junqueras». Es la conclusión de dirigentes políticos y empresariales catalanes sobre quién de los dos será el próximo presidente de La Generalitat, a tenor de los acuerdos postelectorales y con el casi imposible escenario de que Inés Arrimadas lograra una mayoría absoluta. Las declaraciones del candidato del PSC, Miquel Iceta, avaladas por el PSOE de Pedro Sánchez, de que Cataluña recaude todos los impuestos y encima obtenga la condonación de su deuda, van en la línea de lo exigido también por Oriol Junqueras. «El dinero antes que la independencia», advierten republicanos y socialistas. Es decir, un pacto fiscal similar al orquestado en el País Vasco, que trae de cabeza al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, afanado estos días en arrancar al PNV su compromiso de apoyar los Presupuestos del Estado y alargar la Legislatura hasta 2019.
Una vez cerrado este acuerdo y pasado el 21-D, el PP y el PSOE crearían una mesa de negociación para reformar la financiación autonómica a la que, ya con otro inquilino en La Generalitat, invitarán a sumarse a los nacionalistas. Ello pasa por que el próximo presidente no sea Carles Puigdemont, anclado en su unilateralidad, reclamación de la independencia y la república catalana. Fuentes del PP reconocen que la negociación con el fugitivo de Bruselas es imposible y recuerdan cómo el PDECaT tampoco acude la mesa territorial en el Congreso. Su actual funcionamiento «es papel mojado», según diputados populares y socialistas. Un esfuerzo baldío que, no obstante, puede cambiar tras el 21-D en función de los resultados. Cualquier reforma de la Constitución y financiación autonómica solo podrá abordarse con un gobierno de amplio respaldo parlamentario y gran consenso político, algo hoy por hoy muy lejano.
En las filas de ERC, desde la sombra, juega ahora un importante papel Joan Puigcercós, quien fuera presidente y portavoz del partido en el Congreso. Apartado hace dos años de la primera fila, recluido en la dirección de la Escuela de Nuevas Tecnologías adscrita a la Universidad de Barcelona, fue siempre un independentista de ideología socialdemócrata. Según fuentes republicanas, Puigcercós trabaja con mucha discreción en «maquillar» el separatismo de Esquerra captando a alcaldes y dirigentes locales, frente a la figura radical de la número dos, Marta Rovira. Pese a los elogios de Junqueras desde la cárcel, muchos piensan que ha sido «un regalo envenenado» al afirmar que ella fue la verdadera artífice del referéndum ilegal del uno de octubre, lo que la coloca en puertas de una imputación que puede dejarla fuera de juego.
Dónde la crisis está cantada es en el PDECaT, claramente marginado por Puigdemont a la hora de elaborar su lista. El ex presidente llevará el peso de la campaña desde Bélgica, con un discurso radical independentista y con la baza guardada de su detención si regresa a España como golpe de efecto ante el 21-D. Las tensiones entre la cúpula del partido y el equipo de Puigdemont son enormes, como se puso de relieve en la visita de Marta Pascal a Bruselas y su negativa a costear la estancia de los ex consellers en el país belga. Con muchos líos internos, la cúpula convergente y el propio ex presidente de la Generalitat, Artur Mas aspiran íntimamente a la derrota de su sucesor, ante la única posibilidad de quitárselo de encima. Los recelos sobre Puigdemont son grandes y la cúpula del partido cruza los dedos ante sus intervenciones en los quince días de campaña, que tiene intención de realizar a través de vídeos y conexiones tecnológicas.
En ERC han molestado mucho las declaraciones de la jefa de campaña, Elsa Atardi, asegurando que Puigdemont es el único presidente legítimo de La Generalitat. Una mujer polémica que ha tenido varios enfrentamientos con Artur Mas, pero se ganó la confianza de Puigdemont como «fontanera» de La Generalitat desde su puestos de directora general de coordinación de la Presidencia. Atardi se dio de baja en el PDECaT antes de integrarse como mujer fuerte en el equipo electoral de Puigdemont, lo que enfadó a Mas y la dirección del partido. Además va en la lista, lidera la campaña y decide el modo en que los dirigentes de la antigua Convergencia puedan participar en algunos actos aunque no sean candidatos. Un escenario inaudito para Artur Mas, Marta Pascal, Neus Munté o David Bonvehí, a las órdenes de una mujer ya fuera del partido.
Así las cosas, en lo que todos coinciden es en que el 22 de Diciembre se abre una nueva fase, tal como han admitido los encarcelados ante el magistrado Llarena, pendientes de su resolución mañana lunes. La baraja, sin olvidar el papel bisagra que puedan tener los Comunes de Ada Colau, puede jugarse entre Oriol Junqueras y Miquel Iceta con la mirada puesta en Madrid. Un nuevo escenario de equilibrios que define bien un dirigente del PP: «Lo que le das a uno hay que quitárselo a otro».
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