La amenaza yihadista
La célula yihadista hispano marroquí iba a asesinar a altas personalidades de Melilla
La célula yihadista, desarticulada el pasado 6 de septiembre en una operación conjunta de los servicios de información de las Policías española y marroquí, pretendía atentar contra “personalidades” de la Ciudad Autónoma de Melilla. Previamente, tenían previsto robar armas a miembros de las Fuerzas de Seguridad y unidades militares, a los que darían muerte, según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas. Medios marroquíes han tratado ya el asunto.
El hecho de que algunos de los miembros del grupo, uno de los cuales vivía en Melilla, y el resto en la zona de Nador, tuvieran como objetivo los agentes que vigilan el edificio de la Presidencia de la Ciudad Autónoma, en la Plaza de España, hace sospechar que entre las personalidades que pretendían atacar estuvieran las máximas autoridades de la localidad.
Las pesquisas que se han realizado en Marruecos y que serán compartidas con la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía española, ponen de manifiesto que se trataba de una célula extremadamente peligrosa.
Los datos que se han logrado obtener hasta el momento indican que los miembros de la célula se reunían habitualmente en un café, con acceso a internet con el fin de planificar los primeros atentados, que consistían básicamente en el asesinato de policías y militares para arrebatarles las armas.
Para causar la mayor desestabilización posible, pretendían que sus acciones criminales, aunque de origen yihadista, pudieran enmarcarse en el ambiente de protestas sociales que existe en estos momentos en
el Rif marroquí.
En el caso de Melilla, los objetivos eran , además de las citadas personalidades, agentes de las Fuerzas de Seguridad, militares, judíos, “cruzados” (cristianos) y extranjeros de los paises que forman parte de la Coalición Internacional que lucha contra el Estado Islámico.
Tenían conocimientos para fabricar explosivos caseros aunque su pretensión era hacerse con armas de fuego para cometer asesinatos. Tay y como publicó este periódico, los integrantes de la célula, además de prepararse físicamente para cometer las acciones criminales con la mayor efectividad, ensayaban la decapitación de personas. Tras contemplar vídeos en los que se recogían, con todo detalle, este tipo de crímenes, simulaban las decapitaciones: mientras uno hacía de víctima, otro era el ejecutor.
Entre el material que se les ha incautado, figura una grabación de fidelidad al Estado Islámico y al “califa” Abu Bar al-Baghdadi que fue realizada en una playa de la zona de Nador.
Los miembros de la célula aprovechaban sus viajes a Melilla para cumplir con la oración del viernes en dos mezquitas significadas por salafismo. Allí, mantenían reuniones con el fin de ultimar sus planes y tratar de captar nuevos adeptos para el Estado Islámico.
En todo momento, habían tratado de viajar a Siria, cuando esto era posible, para incorporarsde a las filas del Estado Islámico con el fin de conseguir experiencia de combate y retornar después a Marruecos y España. De hecho, uno de ellos fue detenido en Turquía en junio del año pasado, cuando iba camino de la zona de combate.
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