Dos años de la victoria del PP
«La decisión más difícil fue pedir la ayuda para la recapitalización de los bancos»
Su decisión más difícil
La firma de la asistencia a España para la recapitalización del sector financiero. Difícil por la cuantía del préstamo (41.300 millones), por la negociación de las condiciones con el resto de socios europeos y por la percepción en la sociedad española. Acabamos de cerrar el programa y la conclusión es que España ha cumplido sus compromisos, que el préstamo se firmó a un plazo y a un coste muy ventajosos y que la operación era imprescindible para una recuperación económica con bases sólidas.
Lo mejor que ha hecho
Ser capaces de dejar atrás la recesión más larga de la etapa democrática en España. Ha sido clave en este sentido mejorar la percepción en los mercados financieros y recuperar la credibilidad perdida con reformas difíciles, pero necesarias. En paralelo, hemos conseguido ganancias de competitividad que están en la base de la pujanza de nuestro sector exterior y la atracción de inversiones foráneas. Esto nos ha permitido preservar empleos que de otra forma se habrían perdido o deslocalizado.
De lo que se arrepiente
No haber dedicado más tiempo a la I+D+i en esta primera etapa de Gobierno. Soy un convencido de la importancia de la investigación para nuestro desarrollo económico. Pero en el primer año tuvimos que centrarnos en salvarnos del abismo, en evitar el «rescate». Si no lo hubiéramos logrado, muchas políticas, entre ellas la I+D+i, se habrían colapsado por mucho tiempo. Ahora nos proponemos alcanzar un nivel adecuado de inversión, sobre la base de una revisión completa de lo que se gasta y cómo se gasta.
Sus retos
Una vez superada la recesión, salir de la crisis. Los ciudadanos deben percibir esa mejoría en su vida cotidiana, recuperar la confianza y, sobre todo, perder el miedo a quedarse sin empleo.
Un consejo del presidente
El presidente no suele dar consejos. Si acaso, de forma indirecta, su talante equilibrado y tranquilo, la profundidad con la que aborda los asuntos y la buena educación en las relaciones profesionales y humanas son un ejemplo para todos los que trabajamos con él.
Una anécdota
En un viaje de Nueva York a Washington y en pleno vuelo se nos cayó casi encima una de las puertas del «Falcon», el avión oficial. Después del tremendo susto, una de las personas de mi equipo comentó: «Cómo se nota que los de Hacienda no viajan». Algunos lloramos de risa y otros de miedo, pero llegamos sanos y salvos, a defender una vez más la austeridad como forma para salir de la crisis.
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