Izquierda abertzale

La defensa de Alsasua: «Fue un episodio fortuito que se ha magnificado»

Las defensas de los acusados niegan que la «discusión» de Alsasua pueda considerarse terrorismo.

Los acusados en el «caso Alsasua», en una de las sesiones del juicio celebrado en la Audiencia Nacional
Los acusados en el «caso Alsasua», en una de las sesiones del juicio celebrado en la Audiencia Nacionallarazon

Las defensas de los acusados niegan que la «discusión» de Alsasua pueda considerarse terrorismo

Los abogados de cuatro de los ocho acusados de la agresión a dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua (Navarra) en octubre de 2016 han rechazado en sus informes finales que los hechos puedan considerarse delitos de terrorismo, por los que sus defendidos se enfrentan a penas de doce a 62 años y medio de prisión, y han negado que golpearan a los agentes.

La defensa de Jokin Unamuno -a quien la Fiscalía señala como uno de los que “impulsó” la agresión- y Ainara Urquijo ha calificado lo sucedido en el bar Koxka como “un episodio fortuito” y “aislado”, que desvinculó de la estrategia de ETA de expulsar a la Guardia Civil y del movimiento “Alde Hemendik” (fuera de aquí) y que limitó a “una discusión sobre si estos agentes deberían estar o no ahí por ser guardias civiles”.

La letrada Amaia Izco ha insistido en que los acusados “no pueden ser considerados en modo alguno responsables de delitos de terrorismo”. “¿De verdad se puede decir -interpeló al tribunal, presidido por la magistrada Concepción Espejel- que la finalidad de los hechos y las personas era subvertir el orden constitucional, destruir violentamente el estado democrático y sus instituciones? ¿Tenían capacidad para llevar a cabo ese fin?”.

Para la abogada, los hechos -que se produjeron, dijo, “en un ambiente festivo y a altas horas de la madrugada”- “se han magnificado “para tratar de hacerlos compatibles con la gravedad que exigen los delitos de terrorismo”. “Resulta claro que las lesiones son las que son: leves y no muchas, lo que en modo alguno puede adherirse a esa violencia salvaje y multitudinaria que relatan las víctimas”, subrayó.

Otro de los abogados de la defensa, Jaime Montero, ha cuestionado los reconocimientos fotográficos efectuados para identificar a su cliente, Ohian Arnanz, que se enfrenta a la petición de condena más alta, y ha insistido en que “en modo alguno participó en la agresión por la que está siendo juzgado”. “Es completamente ajeno al movimiento Ospa y a cualquier movimiento de la izquierda abertzale”, ha subrayado para desvincularlo de cualquier estrategia auspiciada por ETA. Asimismo, achacó las secuelas psicológicas de la novia del teniente a su situación personal en Alsasua, y no a la agresión. “Lo que le duele a María José es ser rechazada por el pueblo, pero a los acusados no se les puede hacer responsables de esas secuelas”.

Manuel Ollé, abogado de otro de los acusados, Julen Goicoechea, también se ha quejado de que “aquí se ha intentado vincular lo sucedido en el bar Koxka con la izquierda abertzale, con temas políticos”, antes de cuestionar los reconocimientos efectuados en el juicio por los agentes y sus parejas, que atribuyó a una “estrategia” para “crucificar” a los procesados. Su cliente, a quien el sargento señaló como uno de sus agresores, “no participó en ningún tipo de discusión”. “No pegó ni empujó a nadie. Ni sabía que eran guardias civiles. Se enteró al día siguiente”, ha añadido.

El resto de las defensas de los demás acusados expondrán en la sesión de mañana, cuando previsiblemente el juicio quedará visto para sentencia, sus informes finales.