Kabul
La Guardia Civil regresa a España tras cuatro años entrenando a la Policía afgana
Más de 200 agentes han participado en esta misión. En Afganistán sólo quedan 8 efectivos para tareas de seguridad
Más de 200 agentes han participado en esta misión. Ahora, en Afganistán sólo quedan ocho efectivos para tareas de seguridad.
En marzo de 2010, 24 guardias civiles aterrizaban en la provincia afgana de Badghis con una misión clara: adiestrar a la débil Policía de Afganistán. Empezaron en la ciudad de Qala i Naw, conformando lo que en un primer momento se denominó POMLT (Equipo Operativo Policial de Mentorización y Coordinación, por sus siglas en inglés), cuya labor era la de impulsar una reforma en la organización y las capacidades de este Cuerpo y supervisar la realización de servicios de la Policía afgana en una de las zonas más pobres y poco desarrolladas del país en la que, además, existía y existe una importante amenaza por parte de la insurgencia. Con el tiempo, estos equipos de instructores pasaron a denominarse PAT (Equipos de Asesoramiento Policial).
Visto el éxito cosechado, en octubre de 2011 se decide ampliar sus funciones al regimiento de la Policía de fronteras del Aeropuerto Internacional de Herat, donde enseñaban a los agentes afganos aspectos tan básicos como, por ejemplo, a no pedir el pasaporte a un ciudadano apuntándole con el arma o a cómo cachear a un viajero. Un trabajo para el que han necesitado, sobre todo, mucha paciencia y en el que han tenido que empaparse de la cultura, las costumbres y la legislación del país para adaptar sus enseñanzas. Y aquí, en el aeródromo de un país en el que no es fácil ser mujer, la Guardia Civil se propuso otro reto: formar a mujeres policías. Para ello, contaban con la ayuda de agentes españolas como la sargento Estefanía García, que durante su despliegue en Herat el pasado verano aseguraba que los afganos "las aceptan con normalidad".
El ahora teniente coronel (antes comandante) Clemente Castejón (jefe de uno de los PAT de Qala i naw), el teniente Antón (jefe de uno de los equipos de instructores de Herat), el cabo primero José Ángel Manchado, el sargento Iluminado Vaquero, la sargento García... Son algunos de los más de 200 guardias civiles que a lo largo de estos cuatro años han pasado por el teatro de operaciones afgano. El momento más trágico de esta misión llegaba el 25 de agosto de 2010, cuando un policía afgano al que entrenaban en el antiguo acuartelamiento de Qala i Naw acabó con la vida de dos de sus compañeros, el alférez Bravo y el capitán Galera.
Los últimos 11 instructores, que trabajaban en el aeropuerto de Herat, llegaron la pasada semana a España tras seis meses de duro trabajo, siendo todos ellos condecorados por las Fuerzas Armadas estadounidenses por su labor desarrollada. Por este motivo, el Director General de la Guardia Civil recibió esta mañana al comandante Jorge Rodríguez Iglesias, oficial destacado en Kabul, encargado de la mentorización de responsables de enseñanza en la Policía Nacional afgana y en representación del último contingente desplegado.
En la actualidad, el Instituto Armado continúa presente en el país afgano con 8 efectivos. Uno de ellos se encuentra destacado en el Cuartel General de la Misión de formación de la OTAN, mientras que otros 7, que forman una unidad de Policía Militar, apoyan a las Fuerzas Armadas dando seguridad a la Base de Herat.
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