Los aspirantes a suceder a Rubalcaba agitan el republicanismo del PSOE

Madina intenta relanzar su candidatura con guiños a un cambio de sistema político en las redes y Pedro Sánchez cuestiona la inviolabilidad del Rey

10 de noviembre de 2013. El PSOE cerraba su Conferencia Política. Fue el día que Rubalcaba dijo: «El PSOE ha vuelto». Unas pocas horas antes, el diputado Nacho López Amor salía a la palestra para dar cuenta de los debates sobre la Monarquía. Había sido un duro debate en la comisión. La resolución aprobada –con 24 votos en contra y 15 abstenciones– decía que el socialismo español reivindica su «tradición cultural y política republicana», pero que «no ve motivos para abandonar el consenso alcanzado en la Transición con respecto al respaldo a la Monarquía». La enmienda republicana fue presentada por las Juventudes Socialistas y por Odón Elorza en representación de Foro Ético.

9 de junio de 2014. Las redes sociales van agitadas con la posición de Eduardo Madina sobre la r epública. En un tuit, retuiteado por César Calderón, responsable de las redes sociales que dan apoyo al candidato –in péctore– a la Secretaría General, Eduardo Madina dice: «Formo parte de un partido republicano, yo soy republicano». No consta que hace seis meses, en la Conferencia Política del PSOE, el miembro de la ejecutiva federal Eduardo Madina hiciera aportación alguna al debate sobre la configuración del modelo de Estado.

A sólo 24 horas de la votación de la ley orgánica que dará cuerpo legal a la abdicación del Rey Don Juan Carlos, en el PSOE se mezclan las churras con las merinas. La República ha salido a la palestra y ha envenenado la –ya compleja y difícil– renovación del liderazgo en el socialismo español. También otro candidato, Pedro Sánchez Castejón, se ha mostrado partidario de la modernización de la Monarquía eliminando, por ejemplo, la inviolabilidad del Rey –siempre y cuando se incluyera en una reforma constitucional– y de la libertad de voto en la sesión plenaria de mañana miércoles.

Sin embargo, Sánchez se ha mantenido alejado de las veleidades republicanistas expuestas por Madina a la vez que ha marcado un perfil propio. Algunos dirigentes consideran que «Pedro Sánchez se está posicionando de forma firme para un futuro en el nuevo PSOE. No hay que olvidar que es diputado y alguien tiene que dirigir el grupo. Susana no es diputada».

Muchos interpretan la reacción republicana de Eduardo Madina «como un último intento por revitalizar su candidatura». En los sectores próximos a Madina se le presenta como un Robin Hood que lucha contra la vieja guardia del partido, contra los ex presidentes Felipe González o Zapatero, contra la campaña de difamación del que fuera número dos del PSOE, José Blanco, contra los cantos de sirena de Carme Chacón y contra el aparato del partido que no gana elecciones. Y para demostrar que está dispuesto a llegar hasta el final se apunta este apoyo a la República y que tiene intención de presentar su dimisión de la ejecutiva federal. «Si lo que dice Madina es cierto, deberá votar en contra de la Ley Orgánica. No se atreverá so pena que lo tenga pactado con Rubalcaba». Así se expresa un partidario de Susana Díaz, que sigue manteniendo un discreto silencio. Todos aseguran que lo romperá después de la votación de mañana en el Congreso porque el viernes empezará la recogida de avales. El amago de dimisión de la ejecutiva por parte de Madina ha sido recibido con estupefacción. «¿Dimite de qué?», se pregunta un diputado andaluz, «de una ejecutiva dimitida», remata con ironía.

Pero, sobre todo, en diferentes sectores socialistas ha sentado muy mal el victimismo de Madina envuelto en la bandera republicana. Algunos recuerdan su entusiasmo al recordar «sus relaciones íntimas con el Príncipe Felipe» facilitadas por Inmaculada Aguilar, su jefa de gabinete, y amiga íntima de la futura Reina Letizia, a la que conoció cuando trabajaba en CNN+. Otros recuerdan que, desde hace unos años, el Príncipe ha mantenido regularmente conversaciones con dirigentes socialistas para discutir sobre todo tipo de temas y para pulsar el republicanismo de las bases socialistas. O sea, «no era el único pero lo explicaba como si lo fuera», recuerda un dirigente territorial que añade que «sorprende muchísimo que se presente como adalid de todo. Adalid de la democracia, adalid de la República y adalid de una nueva cultura política», concluye.

La tensión que mantiene Madina está agriando el debate sucesorio en el PSOE. «Necesita mantenerse al sol, y más después de decir que no pactará con Susana Díaz ni antes o después de la consulta a los militantes».

También en la jornada de ayer, un grupo de militantes socialistas encabezados por Alberto Sotillos –hijo de Eduardo Sotillos, portavoz del primer Gobierno de Felipe González– integrados en la corriente, todavía non nata, Socialismo Democrático, en la que se han integrado los grupos Bases en Red y Nuevo Socialismo 3.0., pidió al secretario general del Grupo Socialista, Eduardo Madina casualmente, que el PSOE vote en contra de la abdicación del Rey. La carta va firmada por 150 militantes del PSOE. La militancia socialista la componen 200.000 personas. Para intentar poner algo de orden en las filas socialistas, el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, defenderá hoy ante el Grupo Socialista del Congreso el apoyo decidido por la dirección del partido al proyecto de ley que regula la abdicación de Don Juan Carlos I y posibilita la proclamación de Felipe VI como nuevo Rey de España. Rubalcaba, que no suele asistir a estas reuniones internas para preparar las sesiones plenarias (habitualmente presididas por la portavoz Soraya Rodríguez o incluso el propio Madina), ha decidido, sin embargo, estar presente en la cita de este martes en la Carrera de San Jerónimo.

EL «ADN» del PSOE

En Twitter queda clara la postura del candidato in péctore socialista. Bajo el epígrafe #Todos ConMadina, entre otros mensajes, El del día 2 era rotundo. «El ADN de la República está en el PSOE», reza otro.