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Los CDR presionan a los mossos: «Llenemos las autopistas de dignidad»

La trama del separatismo violento hará escraches en Madrid durante el juicio.

Simpatizantes independentistas ante el paso de un furgón de los Mossos d'Esquadra en Barcelona el pasado 21 de diciembre
Simpatizantes independentistas ante el paso de un furgón de los Mossos d'Esquadra en Barcelona el pasado 21 de diciembrelarazon

La trama del separatismo violento hará escraches en Madrid durante el juicio.

Los Comités de Defensa de la República (CDR), y su brazo más combativo, los llamados Grupos Autónomos de Acciones rápidas (GAAR), tienen preparado un plan de movilizaciones para el traslado de los presos del «proces» a Madrid, que tendrá lugar hoy, y durante la celebración del juicio en el Tribunal Supremo, con el objetivo de «visualizar» lo que consideran represión contra Cataluña por parte del resto de España. Aseguran que se van a limitar a «despedirles y acompañarles», pero es evidente su intención de provocar incidentes.

Según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas, van a participar cientos de individuos, repartidos en grupos, que iniciarán sus acciones en las prisiones en las que se encuentran dichos reclusos cuando los Mossos d’Esquadra vayan a recogerlos para concentrarlos en el centro de Brians II, donde serán entregados a la Guardia Civil para su conducción a Madrid.

Será el Área Penitenciaria de los Mossos la encargada de conectar a los nueve reclusos en el citado centro. En Puig de les Basses está Dolors Bassa; en Mas de Enric, Carmen Forcadell, y en Lledoners, Oriol Junqueras, Jordi Turull, Raül Romeva, Josep Rull, Joaquim Forn, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart.

Está previsto que se el viaje se haga directamente a Madrid sin paradas y serán utilizados vehículos oficiales de la Guardia Civil que se asignarán para que el traslado, tal y como ordenó el Tribunal Supremo, se realice en condiciones de seguridad, dignidad y ausencia de dilaciones indebidas. Los hombres ingresarán en Madrid V (Soto del Real) y las mujeres lo harán en Madrid I-Mujeres (Alcalá de Henares).

Por lo tanto, los CDR-GAAR ya tienen una serie de objetivos sobre los que van a intentar actuar. Las cuatro cárceles catalanas, incluida la de Brians II, por donde van a pasar los reclusos. Y con más dificultades, pero sin descartar ninguna hipótesis, el trayecto de los vehículos oficiales de la Guardia Civil por la A2, a no ser que se opte por otro medio de transporte. A este respecto, la Benemérita mantiene absoluto mutismo sobre la forma en que se va a producir la conducción, con el fin de preservar la seguridad, no solo de los presos sino también la de los agentes encargados de ello.

Se dispone de autobuses y furgones de gran y media capacidad e incluso de vehículos camuflados, con los que es más fácil pasar inadvertido ante la presencia de elementos violentos. También se cuenta con medios aéreos suficientes.

La red de CDR está compuesta por casi 400 grupos, con sedes en barrios, pueblos y ciudades, incluso fuera de Cataluña, como las comunidades valenciana y balear, Andalucía y el País Vasco. De ellos se nutren los GAAR. «Tienen gente suficiente para organizar alteraciones del orden público y eso es algo que debe ser tenido en cuenta», agregaron las mismas fuentes. Las juventudes de la CUP, Arran, son algunas de las formaciones que forman esta banda separatista.

Además de las «despedidas y acompañamientos», con banderitas y pancartas realizarán concentraciones en las cabeceras de comarca y una manifestación el sábado que pretenden masiva en Barcelona.

Por lo que respecta a lo que pueda ocurrir hoy, las citadas fuentes mostraron su confianza en la profesionalidad de los Mossos, pese a que es un cuerpo que ha sido golpeado por las manipulaciones ejercidas desde la Generalitat, en manos de políticos abiertamente secesionistas y que ya han mostrado su postura en contra de la celebración del juicio en el Tribunal Supremo.

Además, todo esto ocurre semanas después de que esos mismos políticos hayan depurado a mandos de la policía autonómica por el mero hecho de cumplir y hacer cumplir la ley. La situación es compleja para los agentes pero, insisten las fuentes, se confía en su profesionalidad ya que se trata de cumplir unas instrucciones emanadas del Supremo y cualquier inacción por su parte podría ser perseguida penalmente. Los cabecillas de los CDR-GAAR lo saben y por ello intentarán hoy poner las máximas dificultades para que los Mossos puedan desarrollar sin problemas su trabajo.

Los llamamientos que han realizado los violentos no dejan lugar a dudas: «Llenemos las calles y las autopistas de dignidad», y argumentan que si los presos del «procés» acuden al juicio irán pero no volverán.

Como en otras ocasiones, y con el fin de evitar la acción de las Fuerzas de Seguridad, las consignas y la fijación de los puntos donde se darán los «saltos», con el fin de hacer escraches en las cárceles y cortar carreteras y autopistas, se comunicarán, mediante unos códigos, en el último momento a través de las redes sociales. Encadenamientos en las puertas de las prisiones, bloqueos de los accesos, sentadas, lanzamiento de objetos contra los agentes... nada está descartado.

Lo que resulta impensable es la idea lanzada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) para organizar una especie de «procesión» que acompañe a los reclusos en su viaje hasta Madrid. No obstante, los expertos consideran que se debe mantener el máximo secreto sobre los detalles del traslado para evitar altercados.

Los CDR-GAAR no se van a limitar a las cárceles catalanas y al traslado hasta Madrid de los reclusos sino que pretenden protagonizar incidentes en la capital de España y alrededores durante la celebración del juicio y en los traslados desde las cárceles de Soto del Real y Alcalá Meco. Todo lo que se haga en Madrid tiene siempre una mayor repercusión mediática. Estos individuos saben que tienen que moverse, como ellos comentan, en «territorio enemigo» y que sus intervenciones han de ser rápidas, si tratan de no ser detenidos, o jugar con el factor sorpresa, si lo que pretenden es algún tipo de encadenamiento o escrache cerca del Tribunal Supremo.