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Margallo defiende que Gibraltar es una «prioridad nacional»

Apela al diálogo, pero avisa de que «no es el momento» para negociar la soberanía

José Manuel García-Margallo, durante su intervención.
José Manuel García-Margallo, durante su intervención.larazon

El ministro de Exteriores ha dicho hoy sobre el contencioso abierto con el Reino Unido por Gibraltar que "no es este el momento de hablar de soberanía", un tema que llegado el momento requerirá "conversaciones a nivel de confidencialidad".

«Gibraltar es, ha sido y será una prioridad nacional», afirmo el Ministro de Asuntos Exteriores José Manuel García Margallo, durante su comparecencia a petición propia ante la Comisión de Exteriores del Congreso. Después de una minuciosa exposición de los antecedentes históricos del conflicto, el jefe de la diplomacia española informó a los diferentes grupos parlamentarios sobre las líneas maestras que han guiado la acción del Gobierno en Gibraltar con especial hincapié en el «respeto a la legalidad» y «la actitud siempre abierta al diálogo» con el Reino Unido, una nación de «socios, aliados y amigos» con la que «debe prevalecer la amistad». Una actitud dialogante que no está reñida, recordó García-Margallo, con la firme defensa de los intereses de España en referencia al Peñón, donde reina «un modelo económico basado en la desregulación y la opacidad que perjudica a nuestro país», dijo.

Uno de los puntos que centraron la intervención de García-Margallo fue la posibilidad de establecer negociaciones sobre la soberanía del Peñón más allá de las que se establezcan en ámbitos creados «ad hoc» para resolver problemas puntuales de jurisdicción o conflictos derivados de la explotación pesquera de las aguas en litigio. El ministro afirmó que «ahora no es el momento» para negociar cuestiones de soberanía y que en ningún caso este tipo de encuentros tendrán lugar «con luz y taquígrafos». Margallo repitió los argumentos del Gobierno en oposición al Foro Tripartito –«un error importante»– que propició concesiones a Gibraltar que costará mucho recuperar. «Ofende a la dignidad nacional que Gibraltar tenga en una negociación el mismo estatus que Reino Unido o España», dijo al respecto.

En su réplica al portavoz de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) en el Congreso Joan Tardá, García-Margallo ha respondido con contundencia los argumentos con los que el republicano trató de equiparar la situación de la colonia británica con la que se vive en Cataluña actualmente. El titular de Exteriores recordó al catalán que Naciones Unidas sólo avala la celebración de referendos de autodeterminación en pueblos coloniales, ocupados militarmente o a los que se les niegan los derechos civiles, y ninguna de estas circunstancias puede aplicarse a Cataluña. «Las resoluciones de la ONU no dicen lo que usted dice, dicen lo que digo yo», afirmó Margallo sin ambages después de calificar de «divagación shakesperiana» la declaración de Tardà de que «no es español sino que lo estoy». «Yo no soy nacionalista, soy un patriota». zanjó el ministro. En referencia a la posición de firmeza que el Ejecutivo español ha mantenido desde que se desató la crisis a finales de julio, García-Margallo afirmó que «mirar para otro lado» no era una opción y, citando recordando una célebre cita de un general alemán, recordó que «la paz siempre es alcanzable: basta con rendirse. Y yo no me voy a rendir».

Otro órdago de Picardo: un relleno de 8500 m2

Un nuevo relleno en un área de 8.500 metros cuadrados –aproximadamente un campo de fútbol– en la zona norte del puerto de Gibraltar, a apenas 50 metros del lugar donde se hundieron los 70 bloques que dispararon la tensión entre Madrid y Londres. Esta es la enésima provocación del Gobierno de Fabian Picardo, con la que proyecta la construcción de una central eléctrica capaz de funcionar con gas y fueloil en una zona muy cercana a la playa de La Línea. El alcalde de Algeciras y diputado nacional por Cádiz, José Ignacio Landeluce, aprovechó su intervención en la Comisión de Exteriores del Congreso para denunciar lo que el mismo calificó de una muestra más de las «ansias soberanistas de Gibraltar» que no responden sino a una «actitud chulesca y avasalladora»