
Opinión
Marlaska, en la casilla de salida
El ministro del Interior es un fijo en la quiniela de los relevos

Es lógico. Nadie en su caso aguantaría ahí ni un minuto más. Por eso Marlaska ofreció su cabeza a Sánchez en mayo, según publicamos hoy en estas páginas, solo que nuestro timonel rechazó su renuncia. Lo cual no quiere decir que esté asegurado su puesto en el Gobierno. Más bien al contrario. El ministro del Interior es un fijo en la quiniela de los relevos, esa que todo el mundo hace ya estos días dando por seguro que habrá cambios en otoño.
Sánchez no puede seguir así, y una crisis de Gobierno le puede servir para tener entretenida a la prensa una temporada, a modo de cortina de humo para tapar los escándalos que le agobian, si bien su efecto duraría poco. Por eso la remodelación se presenta obligada. Metido en ella, es casi imposible que no afecte al juez, hundido en lo personal por la escandalera de las balas israelitas. Aquello armó la mundial, y le dejó tocado. El único responsable era él, o al menos esa es la impresión que sacaron unos y otros, en particular los socios, que llevan años pidiendo el relevo del responsable de Interior.
Los continuos errores marlaskianos, entre ellos el caso de Torre Pacheco o el reciente episodio con Instituciones Penitenciarias por las visitas de Cerdán, no hacen más que reafirmar la apuesta por su salida. Ahora, incluso en lo de Huawei le implican, y eso que este es más un asunto de seguridad y defensa. De Zapatero, mayormente, aunque a Albares no le sea ajeno por vínculo conyugal. Dicen los voceros sociatas que hay mucha hipocresía en el PP, porque son decenas las administraciones azules que también han contratado con Huawei. Es verdad, pero es que el problema no está en proveerse de los servicios de la multinacional china.
Trump entiende que nadie en Occidente ha de tener trato con el régimen comunista o sus empresas, pero eso es imposible. La tecnología amarilla es puntera en el mundo y nadie puede hoy zafarse de ella. Pides placas solares y te colocan las de Huawei. Las posibilidades de que nos espíe esta compañía son las mismas de que lo haga Meta o Microsoft, y a los ciudadanos de a pie casi nos da igual que el espía sea gringo o de Beijing. Solo que, en el caso de los Estados y sus gobiernos, sí es cierto que deben respetar los acuerdos contraídos con sus aliados, y hoy son nuestros asociados los americanos, no los chinos.
Está pensando más en irse que en quedarse, y respirará cuando Sánchez le ponga en la casilla de salida
Aunque aquí el problema real está en el business. Las administraciones del PP han podido contratar a Huawei por razones tecnológicas, pero en el caso del PSOE hay claramente intereses económicos. Zapatero, Albares y José Blanco saben perfectamente de qué hablamos. También Marlaska, aunque debemos reconocer que al de Interior le viene ya todo esto largo. Está pensando más en irse que en quedarse, y respirará cuando Sánchez le ponga en la casilla de salida, para resolver así de paso la crisis con la UCO. Releva al ministro y con él a la cúpula entera de la Guardia Civil, llevándose por delante a la dirección de la Unidad que martiriza a su entorno con sus informes. Esa es la operación, y el exjuez estará encantado de salir ya del Gobierno, pues su estancia en el mismo le resulta cada día más insoportable, según las distintas fuentes.
Marlaska le ha dicho a Sánchez que se quiere ir y en La Moncloa cuentan con ello. Pero la operación relevo tiene que perfilarse al milímetro, para que el resultado sea redondo. En ello está estos días entretenido en La Mareta con Zapatero.
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