Elecciones generales
Mesquida vuelve para «remover conciencias» pero calla si irá a primarias
Más expectación y prensa que público y respuestas. Joan Mesquida, el ex director general de la Guardia Civil, reapareció ayer en la arena política, unos meses después de anunciar que como militante del PSOE quería aportar ideas y que tras él había un grupo importante de personas de todos los ámbitos. Pues ayer en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, delante de una pantalla gigante que presentaba la plataforma ciudadana a la que él pondrá su cara, no había nadie del mundo empresarial, ni de la política, ni de la economía, ni de la judicatura... «Hay personas muy relevantes, pero hemos decidido que hoy no estuvieran aquí para no mediatizar su presencia», dijo. Así, sin más compañía que una veintena de colaboradores anónimos, se mostró dispuesto no a impulsar una tercera vía, «sino a taponar las vías de agua de la política». Del PSOE nada dijo; de sus aspiraciones, menos y a la pregunta –hasta tres veces formulada– de si se presentará a las primarias que eligirán candidato a la Presidencia del Gobierno, largas cambiadas. Que si llegado el momento «ya se verá»; que si la plataforma (www.formapartedelasolucion.es) es «mucho más que un proyecto personal»; que si su objetivo es «remover conciencias»; que si su propósito es «canalizar la indignación hacia el sentido común y la solución»...
Tanto esfuerzo dedicó a convencer de que tras la iniciativa no hay un trampolín de salida para una posible candidatura como dudas suscitó al respecto. Y es que tan pronto decía que jamás descubrió la erótica del poder como que nunca había hecho planes que fueran más allá de una semana o que siempre estará a disposición de su partido. Vamos que cuando parecía cerrar un puerta, entreabría otra. Todo un tanto vago y confuso. Otro que se erige en adalid de la democracia interna de los partidos, la participación ciudadana, la limitación de mandatos de los cargos públicos, las elecciones primarias en todos los niveles y en todos los partidos, la erradicación de la corrupción en la política, la desaparición del Senado y, atención, un gran acuerdo nacional para un gobierno de concentración.
Cierto que durante toda la presentación no hizo una sóla mención al PSOE («no abordamos un problema del socialismo, sino del sistema», dijo), pero tampoco dio señal alguna de que fuera a impulsar otra formación, sino más bien lo contrario («mis convicciones están residenciadas desde hace 30 años en el mismo partido político»). Conclusón: Mesquida sigue siendo una incógnita para propios y extraños más allá de su noble intento para que los «ciudadanos recuperen la confianza en la política» y defienda un «cambio radical en las estructuras de los partidos».
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