Homenaje de Estado

Moncloa boicotea el saludo de los Reyes a las víctimas de la dana

Monta un dispositivo para evitar el contacto con los familiares. Quiere fuera a los alcaldes y familias más conflictivos. «Esto no es un espectáculo», justifica el Ejecutivo

El presidente Carlos Mazón durante un acto en el Palau de la Generalitat
El presidente Carlos Mazón durante un acto en el Palau de la GeneralitatRober Solsona/ EP

El Gobierno lleva semanas preparando a conciencia el homenaje de Estado a las víctimas de la dana que se celebra hoy a las 18:00 en el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de Valencia. El acto coincide con el aniversario. Hoy hace justo un año que murieron 237 personas en el Levante durante una de las peores tragedias naturales que se recuerdan en España. Aquel 29 de octubre de 2024, el Estado tardó en reaccionar.

Y los ciudadanos lo tienen tatuado en la piel. Las administraciones se perdieron en un laberinto de incompetencia que activó la solidaridad de todo el país para achicar el lodo que lo arrasó todo. La indignación estalló en Paiporta cinco días después. Los Reyes, acompañados por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y por el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, quisieron abrazar a su pueblo.

Pero la rabia acumulada desató la violencia. Una lluvia de barro, gritos y palos se cebó con los tres representantes de este Estado que los ciudadanos sintieron tan lejos. Tan solo los Reyes y Mazón, sobre el que pesa la gran parte de la ira de los valencianos por su incomparecencia en el momento en el que se precipitó la crisis, aguantaron el cabreo. El equipo de seguridad del presidente Sánchez activó el protocolo y le sacó de allí rumbo al puesto de mando avanzado para librarle de los insultos.

Como ha contado este diario, aquel episodio dejó huella en el líder socialista. Desde entonces, su obsesión es la seguridad. En cada visita, en cada desplazamiento, incluso en las vacaciones, el presidente del Gobierno moviliza recursos ingentes para salvaguardar su integridad y la de los suyos. Por eso, según fuentes gubernamentales, el presidente evitará hoy, en todo el momento, el contacto con los familiares de las víctimas. Moncloa parte de la premisa de que el homenaje debe ser por y para ellas. Pero lo cierto es que las condiciones del operativo boicotean que las autoridades del Estado, incluidos los Reyes, puedan encontrarse con los familiares de las víctimas de forma íntima salvo que parta de ellas mismas. No es lo habitual porque los Reyes siempre han buscado el contacto directo con ellas en este tipo de situaciones.

«Como es un recinto cerrado, las personas que se acerquen están controladas. No esperan incidentes. Pero, desde luego, Moncloa ha hecho lo posible para que el tamiz haya sido fino. «Han intentado que los alcaldes revoltosos y las familias revoltosas no estén cerca, no hablen en la tribuna y, si es posible, no vayan», cuenta una fuente al tanto del operativo. En efecto, el aforo es de 800 personas. Y se espera que acudan alrededor del 70% de las familias invitadas. Cada una cuenta con tres invitaciones. Las tribunas de autoridades estarán separadas. Y habrá toma de palabra por el Rey.

El de hoy es, en definitiva, un acto solemne, presidido por los Reyes, acompañados por el presidente del Gobierno. Asistirán las principales autoridades del Estado: presidentes del Congreso y del Senado, del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo; vicepresidentas y ministros y ministras del Gobierno; el jefe de la oposición; presidentes de las CC AA; delegados del Gobierno de las tres comunidades autónomas afectadas por la dana; portavoces parlamentarios en el Congreso y en el Senado y de los parlamentos autonómicos de las tres comunidades; así como alcaldes y alcaldesas de los municipios afectados, además de representantes de los agentes sociales, entre otros.

El Estado quiere volcarse para intentar enmendar los fallos de hace un año. «El dispositivo de seguridad lo ha organizado la Policía Nacional, de acuerdo con las órdenes recibidas, y Casa Real sabe poco», explica otra fuente al tanto del operativo. Lo cierto es que Moncloa ha batallado con Casa Real más allá de la seguridad. Fuentes gubernamentales explican que ha habido mucha negociación sobre el acceso a la prensa. Los medios de comunicación acreditados podrán estar dentro.

Aunque el Ejecutivo no visualiza «una nube de periodistas encima de las víctimas». «A nosotros nos han pedido el máximo respeto y nos han pedido un acto lo menos politizado y político posible. Es decir, que no hubiera más políticos que víctimas. Y bajo esa premisa nos hemos tenido que mover. Las víctimas quieren un acto para ellas, no para que los políticos vayan a saludar», justifican fuentes oficiales del Ejecutivo.

Y lanzan un aviso a navegantes: «El respeto a las víctimas también pasa por no convertir aquello en un espectáculo. Si las víctimas quieren saludar a alguien... el principio fundamental es al que ellas quieran». La tensión es máxima porque mañana el presidente del Gobierno afronta una cita clave para su futuro político. Pedro Sánchez se juega buena parte de su credibilidad en el Senado, donde se sentará en la silla de comparecientes para explicar los casos de corrupción que afectan al PSOE y, en concreto, el origen del dinero en efectivo con el que la dirección socialista liquidó los gastos de representación en que incurrieron sus altos cargos durante años.

Entre ellos, los dos últimos secretarios de organización del partido –ambos investigados por formar parte, presuntamente, de una trama corrupta–. El presidente prepara la cita en la Cámara Alta como si de un debate electoral se tratara.