Cambio climático

Un investigador meteorológico explica: nieve temprana sin precedentes en décadas y un invierno severo a la vista

La primera nevada seria de la temporada ha asomado en Centroeuropa en pleno octubre y ha encendido las preguntas: ¿simple anécdota… o la antesala de un invierno más crudo?

Un investigador meteorológico explica: nieve temprana sin precedentes en décadas y un invierno severo a la vista
Un investigador meteorológico explica: nieve temprana sin precedentes en décadas y un invierno severo a la vistaUnsplash

En los Alpes y otras zonas de media y alta montaña de Alemania, Austria y Suiza se han registrado nevadas y desplomes térmicos a finales de octubre, con la cota bajando hacia los 1.000–1.500 metros, según los servicios meteorológicos regionales. No es inédito, pero sí poco habitual tan pronto y tan extendido: en el sur de Alemania, por ejemplo, los partes hablaban de carreteras resbaladizas por nieve y aguanieve en tramos de montaña el 27 y 28 de octubre.

Los modelos estacionales han venido señalando un patrón más invernal para Centroeuropa a medida que avanza el otoño. Aun así, los grandes centros de referencia recuerdan que el ruido atmosférico a corto plazo puede exagerar señales que luego se diluyen. Por ejemplo, el boletín de la NOAA de octubre mantiene ENSO neutral (ni El Niño ni La Niña) como escenario más probable durante gran parte del otoño e inicio del invierno boreal, lo que introduce cautela a la hora de “vender” un invierno extremo desde ya.

¿Qué ha pasado exactamente?

Un giro rápido del tiempo -entrada de aire frío polar y paso de frentes activos- ha dejado nieve temprana en cotas medias de Centroeuropa y un descenso acusado de temperaturas. En Alemania, los servicios regionales advertían de nieve en montañas bávaras y suabas, y de condiciones invernales puntuales en carreteras de altura. En Austria se activaron avisos por nieve en los Alpes del norte.

¿Puede ser la señal de un invierno duro?

Señales “precursoras” como una rápida expansión de la nieve en Eurasia en octubre pueden, en algunos años, favorecer un vórtice polar más perturbado y flujos fríos hacia Europa y Norteamérica. Pero son tendencias probabilísticas, no garantías. La literatura de seguimiento invernal insiste en que la atmósfera es sensible a múltiples piezas (hielo ártico, ondas planetarias, bloqueos, circulación atlántica), y ninguna por sí sola asegura un resultado.

Lo que sí podemos vigilar en las próximas semanas

  • Estado del vórtice polar estratosférico. Si se mantiene débil/perturbado, aumenta la probabilidad de irrupciones frías; si se refuerza, tiende a confinar el aire frío.
  • Persistencia del manto nivoso euroasiático. Un octubre con nieve temprana es un apunte; que noviembre consolide esa cobertura es otra cosa distinta.
  • Patrones de bloqueo (altas presiones en Escandinavia/Atlántico Norte). Son los que “abren la puerta” a entradas de NE/E sobre Europa. (Síntesis basada en guías estacionales citadas).

La nieve temprana de finales de octubre no basta para declarar “el invierno del siglo”, pero sí justifica elevar la atención: si noviembre consolida nieve en Eurasia y aparecen bloqueos en altas latitudes, la probabilidad de irrupciones frías repetidas sobre Europa aumentará. De momento, los grandes organismos mantienen la cautela (ENSO neutral), y la situación puede oscilar entre tandas de frío y treguas templadas.

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