San Sebastián

Munilla afirma que los que excluyen a las víctimas no tienen autoridad moral

El obispo de San Sebastían, José Ignacio Munilla
El obispo de San Sebastían, José Ignacio Munillalarazon

MADRID - El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha aprovechado la homilía de la Misa Mayor de la Fiesta de San Sebastián celebrada en la Basílica de Santa María ayer jueves para recordar que aquellos foros dedicados a trabajar por la paz que excluyen a las víctimas del terrorismo o que «simplemente son incapaces de recabar su apoyo» carecen de autoridad moral.

Refiriéndose al hecho de que la capital guipuzcoana ha sido elegida como sede para celebración de diversas conferencias por la paz, el prelado vasco ha compartido su esperanza de que «el término paz no sea devaluado ni manipulado» ya que, según informó Europa Press, todo diálogo sobre la paz sólo tiene sentido cuando «se inicie y se concluya con una condena explícita al terrorismo, así como a todo tipo de violencia». El obispo de San Sebastián también hizo incapié durante su prédica a que la existencia de tipos diversos de violencia «no debe ser utilizada como una maniobra de distracción, que le libere a cada uno de su obligación moral de arrepentimiento y de petición de perdón hacia las víctimas que él ha generado, o de las que ha sido cómplice».

Munilla advirtió asi mismo del peligro de admitir una idolatría política que vendría a significar «sustituir la aspiración a la vida eterna» por la «adscripción orgullosa a un pueblo, a una raza, a una utopía política, etc». Este error tomaría la forma de una confrontación con «los otros», de manera que «la fraternidad universal es anulada en la práctica en favor de una autoestima forjada en clara contraposición a los oponentes». Según el obispo, esto equivale «sustituir el amor a la patria celestial, a la cual estamos llamados todos, por una especie de adoración por lo terreno, particular y caduco». Munilla también señaló que el cristianismo no supone una «evasión de la vida presente», porque «ser cristiano no se identifica con desentenderse de la vida pública. Durante la homilía, el prelado recordó a las personas fallecidas este año, así como a los que lloran su ausencia, sin olvidarse de «los enfermos, los encarcelados y los marginados».