Ante el "bloqueo"
El objetivo de Sánchez: aislar al PP
Tras cerrar la puerta a cualquier posibilidad de acuerdo en Ceuta, los populares señalan que solo busca «marginar» al partido y empujarles a pactos con Vox
Desde Marruecos, donde pasa las vacaciones junto a su familia, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, dio un paso más en la estrategia de aislamiento al PP. En esta ocasión lo hizo, precisamente, con Ceuta, obligando a los socialistas de la ciudad autónoma a dar marcha atrás a una negociación con la que los populares buscaban dar «estabilidad» a la ciudad autónoma. Jesús Vivas perseguía un acuerdo de gobierno con el PSOE y el partido local Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía (MDyC). Pero el pasado jueves los socialistas rompían el pacto y, mediante un comunicado, rechazando cualquier fórmula de gobernabilidad que tuviera que ver con los de Feijóo. «Los socialistas ceutíes hemos demostrado sobradamente nuestra apuesta por el diálogo y nuestro compromiso con la estabilidad de Ceuta, pero ahora no es momento de pactos», zanjaban.
Feijóo responsabilizó ayer a Sánchez de «bloquear un acuerdo por la estabilidad» de la ciudad autónoma y sitúa al PP como un «partido de Estado» que apuesta por «fortalecer la cohesión social y proteger a los ciudadanos». Frente al «interés» del presidente en funciones «por mantenerse en el poder». «Si alguien fue leal al Gobierno cuando el asalto desde Marruecos en mayo de 2021 fui yo. Este es el pago que Ceuta recibe».
La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, recordó que los «socialistas de Ceuta querían pactar por el interés general, pero Sánchez solo busca su propio interés. Él está por encima de Ceuta». Y subraya que «Sánchez activa su “no es no” hasta desde Marruecos».
Famoso por el «no es no y qué parte del ‘‘no’’ no has entendido»,Sánchez busca reeditar un «cordón sanitario» contra el PP. Es decir; por un lado, demoniza y cierra la posibilidad de cualquier pacto –ya sea con el PSOE o con cualquiera de sus socios de investidura– y, por otro lado, le acorrala forzándole a tener una sola salida: pactar con Vox y así seguir agitando la tesis que ya les funcionó durante la campaña del 23J: la del «miedo a Vox», la vuelta al «túnel del tiempo del retroceso y el involucionismo», la del espantajo de la vuelta al fascismo y «el no pasarán».
Acuerdos "a cambio de nada"
Los populares recuerdan que el PP dio su apoyo al PSOE a cambio de nada en Barcelona para que no gobernasen los independentistas, algo que también repitió en el País Vasco –en municipios como Vitoria o incluso cuando el PP de Basagoiti invistió lehendakari a Patxi López–. «Sánchez demuestra, una vez más, que prefiere el enfrentamiento a la estabilidad y que su única pretensión es marginar al PP y a la mayoría de españoles que apuestan por esta opción política», subrayan los populares.
Este «modus operandi» de Sánchez recuerda al que ya acometieron los independentistas con el PSOE: el denominado «pacto del Tinell». Dicho acuerdo se firmó el 16 de noviembre de 2003, cuando los resultados de las elecciones catalanas causaron una situación de bloqueo, similar al de ahora, que no permitía a ningún partido gobernar en solitario. Entonces, CiU obtuvo 46 escaños, el PSC 42, 23 ERC y 9 ICV-EUiA, mientras que el Partido Popular de Cataluña, con Josep Piqué al frente, había tenido un ligera subida, pero se quedaba en 15 escaños.
Después de muchas negociaciones, finalmente el 14 de diciembre de 2003, Joan Saura (ICV-EUiA), Pasqual Maragall (PSC) y Josep-Lluís Carod-Rovira (ERC) rubricaban en el Salón del Tinell, en Barcelona, un acuerdo para un Gobierno tripartito catalanista y de izquierdas que pondría a Pasqual Maragall a la cabeza de la Generalitat. Fue, además, el primer tripartito catalán que, a su vez, establecía un «cordón sanitario» contra el PP, no solo para el gobierno en Cataluña, sino también extrapolable al resto de España. Y así quedó constancia en la rúbrica de dicho acuerdo: «Los partidos firmantes se comprometen a no establecer ningún acuerdo de gobernabilidad (acuerdo de investidura y acuerdo parlamentario estable) con el PP en el Govern de la Generalitat». Por ello el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha subrayado en varias ocasiones que «hoy está en vigor un Pacto del Tinell no escrito. Solo se llama al PP para aquellos temas de Estado en los que somos necesarios por imperativo legal».
Pactos sin respuesta
El líder del PP ha buscado «desenmascarar» en varias ocasiones a Pedro Sánchez desde que dirige el partido, dándole la posibilidad de evitar los acuerdos con Vox que «demoniza». De hecho, el que fuera expresidente de la Xunta –acostumbrado al diálogo con el resto de partidos en los años en que gobernó Galicia– ha ofrecido numerosos pactos de Estado al presidente del Gobierno, ahora en funciones, pero nunca ha obtenido respuesta o se ha encontrado con el portazo.
Durante la última campaña electoral, le ofreció a Sánchez en directo, durante el cara a cara en Atresmedia, un pacto con el que sorprendió al candidato socialista: el compromiso de dejar gobernar a la lista más votada y así evitar que el país se viera ante la encrucijada de estar condicionado por independentistas, EH Bildu e incluso Vox. Sánchez lo rechazó y, tras el 23J, y en una situación de bloqueo, el PSOE insiste en el «placaje» al PP mientras subasta el «sí» de la gobernabilidad entre las formaciones independentistas.
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