Méritos e infamias
Ojo con Page
Los "superdomingos" los carga el diablo y meter a VOX en la ecuación puede convertirse en el mejor medio para activar al electorado socialista, como sucedió en las últimas elecciones generales cuando todos daban por perdedor a Sánchez
Parece que nadie se quiere acordar del fracaso de la campaña “Verano azul” con la que el PP pensaba arrebatarle el Gobierno al PSOE. Como un escualo, Pedro Sánchez se escapó de la red y volvió a dejar boquiabierta a la derecha española que aún busca el mar debajo de la arena de una playa falsa. Concentrados en movilizar a un electorado al que le quemaba la papeleta socialista de puro cansancio, algunos venían cantando, pensando que el 23J repetirían la victoria del 28M, hasta que VOX entró en la ecuación. ”Maldita sea, ¿otra vez?” Todo sucedió a la velocidad suficiente para que el tortazo ni se oliera. En esas estamos, y estaremos hasta 2027, pero como vivimos en una país de política ficción y periodismo “gossip” llega el turno del “superdomingo”. Supuestamente, un mecanismo tamizado de plebiscito para “obligar” a claudicar al presidente del Gobierno. Permitan que me rían un poco, hagan el favor. Primero porque sopesando las recientes encuestas, cruzando la realidad y el deseo, quién menos se beneficia de las mismas son los populares, que deberán hacer hueco en sus gobiernos a la gente de Santiago Abascal. La pieza en el puzzle electoral español que mejor moviliza al electorado de izquierdas. Sólo es necesario soltarle el collar al doberman, sacarlo a la calle un poco, para que al personal le entre la grima necesaria hasta sumar escaños. Jugar con el miedo, utilizar las torpes alianzas, surtió efecto en las calurosas elecciones de 2023, donde en el balcón de Génova todavía se preguntan por qué aplaudían. ¿Recuerdan? Emiliano García-Page, listo como pocos, sabe que si eso sucede los socialistas arrancan la maquinaria para repetir la estrategia que les mantiene hoy en la Moncloa. Los “superdomingos” los carga el diablo y algunos barones, el primero Juanma Moreno, no quieren ni escuchar que llaman a unos comicios regionales que sólo beneficiarán, supuestamente, a la ejecutiva central del PP, aunque las agrias consecuencias se las trague luego cada uno en su casa.