Infraestructuras

Jim Farley, CEO de Ford, denuncia una crisis que afecta a la "economía esencial" de los trabajadores manuales

El meteórico avance de la inteligencia artificial en Estados Unidos se topa con un muro inesperado: la escasez de trabajadores manuales para construir su infraestructura y sobre lo que Farley pone el foco

Jim Farley, CEO de Ford
Jim Farley, CEO de FordYouTube

La economía del futuro, impulsada por la inteligencia artificial, se proyecta sobre cifras de auténtico vértigo. El mercado de la IA podría alcanzar un valor de 4,8 billones de dólares para 2033, mientras que la construcción de centros de datos necesarios para sostenerla requerirá una inversión global de 6,7 billones de aquí a 2030.

Sin embargo, este coloso tecnológico se apoya en unos cimientos inesperadamente frágiles: la escasez de profesionales cualificados para levantarlo. La paradoja es que la mayor revolución digital depende, en última instancia, de una dependencia de los oficios tradicionales.

De hecho, la voz de alarma ha llegado desde un sector aparentemente ajeno a la vanguardia digital. Ha sido Jim Farley, el consejero delegado de Ford, quien ha puesto el foco en la llamada "economía esencial", un motor que en Estados Unidos representa 12 billones de dólares de su producto interior bruto.

La raíz del problema no está solo en el sueldo

El ejecutivo advierte de la falta de empleados en el sector de la construcción a la vez que apunta a los puestos que pueden ser destruidos por la inteligencia artificial que sería desarrollada en esos centros de datos que deberían ser construidos, algo paradójico. Para Farley, el avance de la tecnología punta choca frontalmente con la realidad del mercado laboral, lanzando una advertencia de la industria automotriz que resuena en todo el sector tecnológico.

En este sentido, los números que se manejan en Estados Unidos son elocuentes y revelan la magnitud del desafío. El país norteamericano arrastra actualmente un déficit de medio millón de operarios de la construcción y 600.000 trabajadores de fábrica, datos que respaldan la afirmación de Farley, que apuntó en una reciente entrevista en Axios: "Creo que la intención está ahí, pero no hay nada que satisfaga la ambición". El futuro está en la inteligencia artificial, pero en el camino faltan elementos clave.

A esta carencia se suma la previsión de que se necesitarán 400.000 técnicos de automoción en los próximos tres años, una situación crítica que ya está poniendo en jaque el despliegue de infraestructuras vitales, tal y como han publicado en Fortune.

Por ello, la falta de personal cualificado se está convirtiendo en el cuello de botella de los centros de datos, las instalaciones físicas indispensables para que la inteligencia artificial funcione. El problema no es nuevo, pues ya en 2020 la mitad de los operadores de estos complejos admitían tener serias dificultades para encontrar candidatos.

Para el consejero delegado de Ford, esta crisis trasciende lo meramente económico para convertirse en un "problema de conciencia" y un "problema social" de primer orden. La solución, a su juicio, no pasa únicamente por una mejora salarial, sino que exige un profundo cambio de mentalidad.

Farley aboga por una apuesta decidida por la formación vocacional, el fomento de programas de aprendizaje y la aplicación de reformas regulatorias que devuelvan el prestigio y faciliten el acceso a unos oficios que se han revelado cruciales para el futuro.