En Castilla-La Mancha
Page ofrece que gobierne la lista más votada para retratar al PP
El presidente de Castilla-La Mancha recoge el guante de los populares para retener el poder en Toledo, Guadalajara y Talavera de la Reina
Horas decisivas. Las negociaciones para cristalizar el poder municipal se aceleran y entran en el tiempo de descuento para buscar alianzas. El plazo límite es el próximo sábado 17 de junio, fecha en que se constituyen los ayuntamientos. Si no hay una mayoría absoluta alternativa, gobernará la lista más votada. Una cláusula de desbloqueo que impide la repetición electoral y clarifica la gobernabilidad, pero que obliga a tejer ententes, en ocasiones, controvertidas. Con el PP dinamitando su estrategia de moderación en la Comunidad Valenciana, bajo el argumento que el PSOE no aceptó negociar un apoyo alternativo al de Vox, el presidente de Castilla-La Mancha ha aprovechado la oportunidad para recoger el guante de Alberto Núñez Feijóo de priorizar la lista más votada.
El líder del PP buscó durante la campaña electoral la complicidad de presidentes socialistas que se sabían ganadores en sus territorios el 28-M para tratar de presionar a Pedro Sánchez con un pacto global en toda España que le permitiera zafarse de los pactos con Santiago Abascal. Sin embargo, esta propuesta nunca se aceptó, porque a Sánchez le interesaba que Feijóo se retratase con Vox en comunidades y ayuntamientos para erosionar su imagen de moderación. Ahora, Emiliano García-Page recupera la oferta de que gobierne la lista más votada en su región. Una propuesta con un doble objetivo: si el PP acepta, permitirá a los socialistas retener el poder en tres grandes ciudades que, de otra forma, perderían; si no lo hace, quedará de manifiesto que su vocación de pactar con Vox no es la única alternativa, sino su principal opción para ganar gobiernos. Como era previsible, la dirección de Paco Núñez ya ha rechazado el planteamiento.
En el caso de Castilla-La Mancha, si gobernase la lista más votada el PSOE podría retener Toledo, Guadalajara y Talavera de la Reina, donde ganó. En Albacete, Ciudad Real y Puertollanolo haría el PP. Al margen de estas cábalas quedaría Cuenca, garantizada para los socialistas, que reeditarán su pacto con los regionalistas de Cuenca Nos Une (CNU) por segundo mandato consecutivo. Este reparto equilibrado en función de la primera fuerza se rompe si entra en juego la aritmética. La izquierda se quedó a un escaño de la mayoría absoluta en Toledo, Guadalajara y Talavera, por lo que el PP puede hacerse con las tres ciudades gracias al apoyo de Vox. Gobernarían en seis de las siete. Especialmente reseñable es el caso de Toledo, cuya alcaldesa Milagros Tolón, sabedora de que perderá el poder tras ocho años al frente de la capital, ya se ha integrado en las listas del 23-J como premio de consolación. Su inclusión por parte de Ferraz como cabeza de lista por Toledo generó un fuerte malestar en la federación castellanomanchega en vísperas del Comité Federal y obligó a la dirección federal a rectificar y mantener a Sergio Gutiérrez, la opción de Emiliano García-Page.
El presidente de Castilla-La Mancha lanzó el órdago de manera unilateral, consciente de las escasas posibilidades de éxito, sin informar a Ferraz. No obstante, en la dirección socialista no han visto con malos ojos la propuesta porque creen que contribuye a retratar al PP y evidenciar que sus pactos con Vox son deliberados. De hecho, desde Génova descartaron la oferta, señalando que para aceptarla debería hacerse extensiva a todo el territorio nacional (Comunidad Valenciana, Baleares y Aragón, entre otros territorios) y no solo a las ciudades en las que el PSOE tiene en riesgo perder el grueso de su poder municipal.
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