Primer día en España: una hora en el patio y reencuentro familiar

Quizás la noche del sábado haya sido la mejor que ha pasado en prisión desde que fue condenado. Porque Ángel Carromero, a quien le pueden quedar apenas 10 días para acceder al tercer grado penitenciario, ha sido trasladado de una de las cárceles más precarias y temidas de toda Cuba a una moderna prisión en Segovia. De momento, ayer pasó su primera noche en el centro penitenciario de Perogordo como un recluso más, con sus normas y sus horarios.

Continúa a la espera de la calificaión de su grado, en el módulo de ingreso de la cárcel, solo en una celda en la que pasará varios días. Y, de momento, sigue el mismo protocolo que el resto de reclusos en su misma situación. Ayer, entre las 8:30 y las 9:00 horas desayunó y después, según los horarios, tuvo la oportunidad de salir una hora al patio a pasear. Más tarde, sobre las 13:00 horas llegó la hora de la comida, la misma que los demás, racionada, como se denomina y, seguramente, más apetecible que la que degustaba en la prisión de «100 y Aldabó», famosa por su mala calidad y de la que pocos presos se fían.

De momento, ayer, a lo largo de la mañana volvió a recibir la visita de su madre, Isabel Barrios, a quien en esta ocasión acompañaba su hermana y su abogado, José María Viñals, con quienes mantuvo un corto encuentro en la víspera de Fin de Año.

Más tarde, entre las 19:30 y las 20:00 horas es cuando sirvieron la cena, que hoy y mañana será diferente al resto de días, ya que como establece el reglamento penitenciario, «en las festividades de Navidad, Año Nuevo y Nuestra Señora de la Merced se justificará racionado doble». Eso sí, de momento se desconoce cuál será el menú especial con motivo de estas fiestas. El año pasado, en una gran mayoría de cárceles españolas los reclusos pudieron degustar langostinos, cordero, embutidos y otros platos típicos de estas celebraciones, además de los tradicionales turrones y dulces navideños. Sin embargo, la situación económica podría hacer que estos menús sufran variaciones. De media, desde el pasado 1 de septiembre los menús de las prisiones cuestan, por interno y día, entre 3,65 y 4,15 euros, dependiendo de la capacidad real que tenga la cárcel.

Cambio radical

Pero no ha sido la comida lo único que ha cambiado, a mejor, de su vida penitenciaria, pues las condiciones higiénicas y de salubridad de una y otra cárcel son totalmente diferentes. La prisión cubana es conocida por sus diminutas celdas con unas ventanas casi inexistentes, su humedad, su mal olor y la falta de limpieza en la mayoría de zonas, algo que no ocurre en el centro segoviano. Su vida ha dado un giro radical en apenas 24 horas gracias a la tranquilidad que le ha dado pisar suelo español y poder cumplir aquí el resto de su condena.

Ayer, nada más aterrizar, tanto él como su propia familia volvieron a reiterar su inocencia y todos confían en que, como parece ocurrirá, los trámites de la Junta de Tratamiento se aceleren y se reúna con carácter extraordinario para valorar la concesión del tercer grado penitenciario, lo que le permitiría acudir sólo a pernoctar al centro enitenciario de lunes a jueves.