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«Proceso Abian»: recomponer Sortu y rescatar los votos de Podemos

Otegi, junto a su mujer y su hija, durante un paseo en su pueblo Elgoibar esta semana
Otegi, junto a su mujer y su hija, durante un paseo en su pueblo Elgoibar esta semanalarazon

Los abertzales reconocen en un informe interno que la legalización no les ha beneficiado

–¿Qué va a hacer Arnaldo Otegi al frente de Sortu?

–Sus misiones principales son las de aglutinar el partido, convertido en una auténtica jaula de grillos, con reconocidos (públicamente) peligros de escisión; y recuperar los votos que ha perdido la izquierda abertzale en favor de Podemos. Otegi ha aprovechado el tiempo en la cárcel y ha contribuido de forma directa a la redacción de las bases del «Proceso Abian», con el que se pretenden lograr, entre otros, los dos objetivos citados. Es decir, el secretario general del partido ya tiene el guión que va a seguir, y que parte, al estilo del más rancio marxismo, de una autocrítica sobre las razones que les han conducido a la actual situación. «No hemos conseguido la activación popular independentista que tantas veces hemos mencionado de cara construir el Bloque Popular Independentista. La alianza para el proceso soberanista no se puede limitar al ámbito de los partidos o las fuerzas políticas. El sindicalismo, por ejemplo, no ha desarrollado ninguna alianza de ese tipo», dice el documento-guión.

–¿La legalización de Sortu-Bildu, les beneficia o perjudica?

–En el documento-guión llegan a reconocer que la legalización no les ha beneficiado: «Paradójicamente, pasada la época más dura de la ilegalización, no hemos abordado ese debate cuando más posibilidades debía haber para ello, lo cual ha tenido consecuencias negativas. Salta a la vista. No hemos afrontado como es debido cuestiones como la verticalidad, las carencias en democracia interna o la transparencia de las decisiones, y al final eso perjudica también al proyecto político».

–¿Cuál es la situación actual del partido abertzale?

–El dirigente abertzale ha seguido de cerca, sobre todo a través de su inseparable comisario político, Rufino Etxeverría, todo lo que pasaba, por lo que nada le es ajeno de lo que ocurre en las organizaciones del entramado proetarra. Las consecuencias a las que ha llegado en la cárcel, plasmadas en el documento, son claras: falta de capacidad, consecuencia de las cosas mal hechas; un estilo-modelo de organización y práctica política no actualizado. «Hemos querido gestionar el nuevo tiempo con instrumentos viejos, y no ha funcionado». Aquí no citan a Podemos, pero está claro que es el «fantasma» que sobrevuela toda la autocrítica. La crítica se extiende a que no han sabido aprovechar los cambios que se han dado en el terreno de la comunicación política –redes sociales, mediatización de la política– y las dificultades de la izquierda abertzale para resituarse en ese nuevo contexto. «El campo de la comunicación es más amplio de lo que muchas veces se cree (mensaje, imagen, gestión de los medios propios, política con respecto a los medios de difusión...), y casi siempre es un factor muy importante que nos puede hacer avanzar o retroceder en la estrategia. Es una aplicación concreta de la línea política, siguiendo los criterios marcados por las estructuras políticas. Por esa razón, el criterio político es tan importante o más que los aspectos técnicos (conocimiento del periodismo, uso de los criterios de marketing...)».

–¿Cuál es su proyecto para lograr que la izquierda abertzale recobre el protagonismo perdido?

–En pocas palabras, «una Euskal Herria independiente, socialista, euskaldun y feminista». Para ello, pretenden articular lo que llaman el Proceso Independentista Transformador (PIT), que « es la actualización de lo que históricamente hemos denominado estrategia de construcción nacional». A lo que parecen haber renunciado los nuevos «batasunos», conocedores de la realidad de la juventud vasca que les ha abandonado en favor de Podemos, es al «stajanovismo» (trabajo permanente y extenuante) del pasado. «Debemos tener en cuenta que la ciudadanía no puede vivir en una situación de movilización permanente. Los procesos de movilización no son lineales; de manera similar a la dinámica de las olas, tienen momentos de activación y momentos de pausa. La paciencia estratégica es tan importante como la determinación».

–¿Por qué habló de seguir el proceso catalán al salir de prisión?

–Tal y como anunció al salir de la prisión de Logroño, Cataluña es un ejemplo a seguir. «El choque que ya se debería haber dado en Euskal Herria, y el que se ha dado en Catalunya, tenían que haber sido el camino para romper el cerrojo impuesto por el Estado español. Se podían haber alimentado mutuamente, pero el proceso debe tener su propio desarrollo en cada lugar. Cuando el proceso catalán estaba en pleno auge, aquí no fuimos capaces de avanzar; no nos vayamos a atascar ahora mirando a los problemas que acaban de tener allí».

–¿Trasladará al País Vasco el «éxito» logrado en Navarra?

– Otegi no pretende perder un sólo voto por despreciar a fuerzas no nacionalistas de izquierdas. «El desarrollo de los pasos dados en Nafarroa (Navarra) nos muestra cuál es el camino, aunque todavía estará lleno de obstáculos y problemas. La capacidad de diálogo es un ingrediente fundamental para construir las alianzas que se quieren construir, tejer las complicidades que se quieren tejer y hacer frente a los problemas que se quieren superar». .........