El desafío independentista
Puigdemont avisa: «La mayoría de los conflictos violentos son por negar la autodeterminación»
El ex president pide una negociación del derecho a decidir «sin líneas rojas» ni «condiciones previas»
El expresidente de la Generalitat Cataluña Carles Puigdemont ha instado hoy al Gobierno español a pasar de la "retórica"a los "actos"y a abrir un diálogo con Cataluña exento de "condiciones previas"y "líneas rojas"que aborde el derecho de autodeterminación.
Carles Puigdemont se reafirmó ayer en su ultimátum a Pedro Sánchez: tiene hasta septiembre para ofrecer una propuesta concreta sobre el derecho a la autodeterminación para Cataluña. El ex presidente de la Generalitat, que intervino ayer en el foro internacional Beyond Borders celebrado en Innerleithen (Escocia) –su primer viaje tras la euroorden–, se ratificó en sus palabras verbalizadas justo antes de las vacaciones estivales (28 de julio), cuando le alertó de que su periodo de gracia al frente de la presidencia del Gobierno tenía como fecha de caducidad el mes de septiembre.
Puigdemont, que mantendrá hoy mismo allí un encuentro con el actual president Quim Torra, exigió ayer a Sánchez que pase de los «hechos» a la «acción» y se enfrasque en una negociación «sin líneas rojas» ni «condiciones previas» que aborde el derecho a decidir. El ex president, además, avisó de que la «mayoría de conflictos mundiales» tras la Segunda Guerra Mundial vienen motivados por el derecho de autodeterminación.
«Los catalanes queremos decidir nuestro futuro y hay ganas de hacerlo de acuerdo con el Gobierno», afirmó. «Hay una oportunidad para ese diálogo y creo que el presidente Sánchez debe decidir si se queda en la retórica de los gestos y del cambio atmosférico, y que es bienvenido, o pasa a la acción», añadió Puigdemont.
Las advertencias de Puigdemont cobran especial relevancia después de que en el pasado Congreso del PDeCAT, celebrado a mediados de julio, tomara el control del partido, cuyo grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados es trascendental para la supervivencia del Gobierno de Sánchez. La prueba de fuego más inminente que tiene el ejecutivo socialista serán los presupuestos de 2019, algo para lo que requerirá de forma imprescindible de los votos del PDeCAT. En paralelo, el independentismo está urdiendo un «otoño caliente», que servirá para conmemorar los principales hitos del octubre pasado y arropar a los políticos procesados durante su juicio previsto para principios de noviembre, y puede contribuir a devolver la máxima tensión a las relaciones entre el Estado y la Generalitat.
Asimismo, Puigdemont también presentó en octubre pasado una demanda civil contra el juez Llarena, que ha sido citado a declarar el próximo 4 de septiembre ante los tribunales belgas. En este sentido, el Gobierno ha activado algunos mecanismos para defender al instructor del «procés», lo que ayer suscitó también las críticas de Puigdemont, que puso en cuestión la separación de poderes en España.
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