Política

Caso Pujol

Pujol cede e irá al Parlament el viernes pero sin preguntas

Adoptó la decisión en una reunión íntima entre su círculo familiar y su equipo de abogados. El ex presidente repite estos días que lo hace «para proteger a mis hijos y no dañar al partido». Pretende realizar una intervención institucional y negarse a responder preguntas

Pujol, ayer, a la salida de su domicilio en Barcelona.
Pujol, ayer, a la salida de su domicilio en Barcelona.larazon

Pretende hacer una declaración sin interpelaciones aunque su círculo asegura que «puede ser imprevisible si le provocan». Tomó la decisión en una reunión íntima con su familia y sus abogados, aunque su mujer se muestra en contra.

En medio de fuertes presiones familiares, judiciales y mediáticas, finalmente Jordi Pujol i Soley comparecerá esta semana en el Parlamento de Cataluña. Una decisión que, según fuentes de su entorno más cercano, se adoptó en una reunión íntima entre su círculo familiar y su equipo de abogados. Ha querido, además, adelantarse a la que la Comisión correspondiente de la Cámara Autonómica celebra hoy mismo, con una doble intención de alto contenido personal y político: «Proteger a mis hijos y no dañar al partido». Es la frase que el ex presidente de la Generalitat ha trasladado a todos cuantos han hablado con él en estos días, tras el escándalo de su confesión sobre el dinero opaco y las cuentas fuera de España. La comparecencia de Jordi Pujol será fijada para el próximo viernes día cinco, a primera hora de la tarde, según portavoces del Parlamento catalán. Un acto inédito, pues es la primera vez en la historia que un presidente de la Generalitat comparece por un caso de supuesta corrupción y delito fiscal. «Doloroso, pero necesario», admiten dirigentes de Convergencia, que ni siquiera han hablado con Pujol en estos días. Han sido miembros de su propio equipo de letrados quienes hicieron llegar a Artur Mas la decisión del ex mandatario, quien así se lo transmitió a la propia presidenta del Parlament, Núria de Guispert. «Al mal tiempo, dale prisa», opinan en el entorno pujolista, mientras su defensa jurídica trabaja a marchas forzadas.

La estrategia judicial, liderada por el prestigioso abogado Cristóbal Martell, se aborda con un claro objetivo: obtención ilícita de pruebas y prescripción del delito. Dos buenos argumentos ante los Juzgados de Andorra para paralizar las investigaciones del juez Pablo Ruz, la comisión rogatoria y las pesquisas de la Agencia Tributaria. En este sentido, expertos jurídicos encuadran la última regulación de dinero efectuada por la familia Pujol y recuerdan que el delito fiscal prescribe a los cinco años. En todo caso, añaden, el mazazo político es ahora enorme, por lo que Pujol habría decidido dar la cara ante el Parlamento, al menos para frenar el acoso de Esquerra Republicana y los partidos independentistas.

La inminente fecha de la Diada, el día once, y el calendario de la ley de consultas previo al nueve de noviembre aconsejaron el anticipo de la comparecencia. Algo a lo que su mujer, Marta Ferrusola, y sus hijos se negaban en rotundo, muy airados con las declaraciones de los actuales dirigentes de Convergencia. «Nos deben todo y ahora se olvidan», afirman en el entorno familiar de Pujol. Las mismas fuentes añaden que el propio emisario enviado por la cúpula del partido para convencer a Pujol a la residencia de Queralbs este verano, Francesc Sánchez y su esposa, trabajaron codo con codo con su hijo, Oriol Pujol Ferrusola. «Con amigos así, no se necesitan enemigos», en frase de alguien muy cercano a la familia.

Así las cosas, la expectación se centra en qué dirá y cómo lo hará el ex presidente de la Generalitat en su comparecencia parlamentaria. Con edad avanzada, ochenta y cuatro años, una lesión de oído y fuerte carácter, Jordi Pujol puede ser imprevisible si le provocan. A este respecto, algunos recuerdan cómo dirigentes de la CUP lanzaron un zapato al entonces vicepresidente del gobierno, Rodrigo Rato. «Sería tremendo un linchamiento», reconocen en la cúpula de CDC. La opinión más extendida es que Pujol puede realizar una comparecencia institucional y cortante. Es decir, exponer su versión y negarse a responder a las preguntas. «El principio de defensa es sagrado y nadie puede declarar contra sí mismo», advierten expertos jurídicos penalistas. Lo que no hará, en todo caso, es «hacer sangre» contra el partido que él fundó y a quienes tanto encumbró. Algo que sí anida en el fuero interno de su mujer, Marta Ferrusola, y sus hijos, muy enojados con las reacciones de quienes tanto tiempo trabajaron y medraron a su lado.

El escándalo Pujol entra en una fase de alto voltaje y todos los círculos políticos y económicos insisten en que el ex presidente ha decidido «inmolarse» para salvar a su familia y dañar lo menos posible a Convergencia, el partido y el tremendo engranaje de poder que él fundó y dirigió en Cataluña durante casi treinta años. Su figura política quedará minada para siempre en esta comparecencia histórica ante el Parlamento de Cataluña. Como dice un veterano convergente: «Ni honorable, ni justificable». Y el soberanismo, ya insalvable.

Descalzo por un esguince

El ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol abandonó ayer su domicilio de Barcelona descalzo del pie derecho, aunque cubierto con un calcetín, porque, según explicó a los periodistas que le esperaban a la puerta, ha sufrido un esguince.