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Rajoy deja paso a Sánchez confiando en que no pueda formar gobierno
Mantiene su candidatura y también la oferta de una gran coalición con PSOE y Ciudadanos.
Mantiene su candidatura y también la oferta de una gran coalición con PSOE y Ciudadanos.
El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ratificó ayer ante el Rey Felipe VI su decisión de no someterse a la investidura por falta de apoyos para sacar adelante su proyecto de gran coalición con los socialistas y con el partido de Albert Rivera. El guión previsto sí se cumplió esta vez y Rajoy ratificó ante Su Majestad que su situación seguía siendo la misma que cuando, tras la primera ronda de contactos con los grupos por parte de Zarzuela, declinó entonces acudir al Congreso para solicitar su confianza después de ver la puesta en escena por parte de Podemos, que alimentó la idea de que tenían en marcha un Gobierno de coalición con el PSOE. Una reunión de 45 minutos con el Rey y Rajoy compareció en La Moncloa para confirmar que a Felipe VI le había explicado que su posición sigue siendo la misma: la apuesta por un Gobierno apoyado por PSOE y Ciudadanos y presidido por el PP, «que es el que tuvo más apoyos, un millón setecientos mil votos más que la segunda fuerza política».
El líder popular no renuncia a este proyecto de Gobierno ni retira la candidatura de su partido ni la suya propia. Ayer formalizó el paso atrás, pero lo escenificó, precisamente, con el subrayado de que no lo da. Su argumento es que cree que hoy no puede formar el Gobierno en el que cree, pero se echa a un lado convencido de que sigue teniendo posibilidades de ser investido como jefe del Ejecutivo porque fracase la única opción alternativa que hay a la suya, la del Gobierno del PSOE con el apoyo activo de Podemos y «con el de los independentistas, mediante voto a favor o abstención», remarcó. Rajoy explicó que el Rey no le había vuelto a ofrecer formar Gobierno porque sigue sin tener los apoyos necesarios. «Hoy no me ha ofrecido formar gobierno y me parece lo razonable», precisó. En una coyuntura dominada hasta ahora por el bloqueo político, y en la que la sombra de las elecciones sigue existiendo, los partidos buscan quitarse la imagen de responsables de la parálisis. En lo que toca al PP, descargan esa responsabilidad en el PSOE. «Le he dicho al Rey que todavía no tengo mayoría para formar un gobierno porque el PSOE se niega al diálogo», explicó el presidente en funciones. En su despacho con el Rey, Rajoy defendió que el resultado de las urnas manda «un mensaje nítido, claro y entendible», el de que dialoguemos y formemos un gobierno con los apoyos suficientes para afrontar los retos a los que se enfrenta España. Y eso, a su juicio, sólo es posible con un Gobierno del PP y apoyado por Sánchez y Rivera, porque estos tres partidos defienden lo mismo en los «grandes temas»: la unidad de España, la soberanía nacional, la lucha contra el terrorismo, la defensa del euro y en la política internacional. «Y en los menores seguro que también podríamos llegar a acuerdos en el futuro. Esta coalición podría hacer las grandes reformas que necesita España y, al mismo tiempo, mandaría un mensaje de estabilidad, seguridad y certidumbre. Los grandes objetivos son el crecimiento económico y el empleo; mantener los grandes pilares de Estado del Bienestar; defender la unidad española, y luchar contra el terrorismo. Esta propuesta es la más sensata y razonable, tendría el apoyo de más de 250 diputados y mandaría un buen mensaje dentro y fuera de España», sostuvo Rajoy. En una jornada que abrió un nuevo tiempo en la negociación postelectoral, con un camino lleno de obstáculos para que el PSOE lleve a buen término su intención de gobernar con sus 90 escaños, Rajoy puso mucho hincapié en explicar que su renuncia a la investidura no es definitiva. Él va a seguir empeñado en la conformación del Gobierno de coalición, pero advierte, ante la negociación que ahora se abre, de que no hay ninguna posibilidad de que renuncie a su candidatura o de que su partido se abstenga para facilitar un Gobierno del PSOE avalado por Rivera.
La dirección popular pasa ahora a la retaguardia y deja el campo libre al PSOE para que demuestre si es capaz de encajar las piezas. El protagonismo lo tiene el líder socialista, y así lo asumen en Génova. Quieren abrir la negociación con Ciudadanos, y acudirán también a hablar con Sánchez si éste rectifica el «no» que ha mantenido hasta ahora. La cúpula del PP lo fía todo a que Sánchez no pueda sumar los apoyos que necesita y que llegue entonces la oportunidad de Rajoy, o elecciones de nuevo.
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