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Rajoy llamó a primera hora de la mañana para designar a Moreno

Juan Manuel Moreno Bonilla, en una imagen de 2010
Juan Manuel Moreno Bonilla, en una imagen de 2010larazon

Mariano Rajoy volvió ayer a pillar a contrapié a los suyos con la gestión del relevo en el PP de Andalucía. Quizás la clave la señalaba un alto cargo del partido: «Deberíamos estar ya acostumbrados a que la sorpresa sea que no nos llegue a sorprender». Después de frenar dos intentos de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y del actual presidente regional y alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, por promover al actual secretario general del PP andaluz y alcalde de Tomares (Sevilla), José Luis Sanz, Rajoy apuró los plazos hasta el máximo. Él embarcó ayer por la mañana para un viaje oficial a Turquía y hoy expira el plazo para que se presenten los candidatos para el congreso extraordinario para el 1 y 2 de marzo que ha convocado el PP andaluz para certificar el relevo de Zoido.

Aun así, Rajoy dejó que el partido se acostase sin conocer su decisión, en un hervidero de nervios por parte de los más directamente afectados. De hecho, a última hora de la noche del lunes, quienes debían estar al tanto de la decisión de Rajoy aseguraban que la desconocían, y desde el entorno de Sanz se filtraba que estaba listo para presentar a primera hora de la mañana los avales para oficializar su candidatura. Así se acostó el PP andaluz y se levantó con la sorpresa, casi a la hora del café, de que el elegido era Juan Manuel Moreno, malagueño de adopción (nacido en Barcelona) y secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad en el Ministerio de Ana Mato. Estaba en las «quinielas», pero no era la opción más previsible.

La sorpresa del partido es difícil que superase, en cualquier caso, a la del propio afectado, quien a primera hora de la mañana, antes de las diez, recibía una llamada del vicesecretario de Comunicación, Carlos Floriano, en la que le informaba de la decisión del presidente. Tan de sorpresa que tuvo que cambiar la agenda sobre la marcha y ponerse de inmediato en contacto con Zoido, presidentes provinciales y otros cargos del PP andaluz para aunar fuerzas alrededor de su candidatura. Hoy viaja a Sevilla, donde acabará instalándose si el congreso regional bendice su elección. De ser así, también dejará la Secretaría de Estado para dedicarse por completo al partido en Andalucía.

Sobre la mesa había un acuerdo tácito de todas las partes, sellado delante de Cospedal, para que una vez que se pronunciase Rajoy, las diferencias internas, que las hay, quedasen aparcadas y hubiese un cierre de filas sobre el elegido. Es decir, que nadie se moviese con una candidatura alternativa. Un acuerdo que choca con las impresiones que ayer se trasladaban desde el entorno de Sanz, desde donde se dejó caer que estaba dolido y que barajaba la posibilidad de seguir adelante con su candidatura. Tiene de plazo hasta hoy para presentarla.

El desenlace de este relevo deja varias heridas. Por un lado, una imagen de división en el seno del partido regional que perjudica sus intereses políticos y electorales en un contexto ya de por sí complicado. Son bastantes las voces que creen que las próximas elecciones autonómicas están perdidas y que ésta es una batalla a jugar ya a dos legislaturas. La otra reflexión es de carácter nacional y afecta a la secretaria general. La lectura interna es que Rajoy ha tomado una decisión que desautoriza su gestión de esta crisis. Que ella pierde y que, en consecuencia, gana Javier Arenas, el vicesecretario de Política Autonómica y Local, a quien en el PP sitúan como su álter ego dentro de la batalla de la número dos por imponerse en el control de la organización andaluza.

La cuestión ya no es tanto si Moreno es un hombre de Arenas o no. En el partido recuerdan su trayectoria en NN GG de Andalucía, su etapa en el equipo de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y como de ahí lo recibe en herencia Arenas en Génova. «Moreno es casi más del equipo de la vicepresidenta que de Javier Arenas», precisaba ayer por la tarde un veterano dirigente popular. Una interpretación que ha dado lugar a que haya quienes han concluido que la victoria no es sólo del político andaluz sino también de la vicepresidenta. El todavía secretario de Estado trabajó «codo con codo» con ella en la oposición, como también lo ha hecho con Arenas y con Mato. Pero también hay que resaltar que José Luis Sanz también ha sido un hombre muy cercano a Arenas en su etapa como presidente regional.

En cualquier caso, la clave de la lectura sobre ganadores y vencedores está en los distintos capítulos de este cambio en la dirección regional. Y en esa gestión, la impresión más generalizada es que «Cospedal ha medido mal sus fuerzas».