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Rajoy prepara una bajada del IVA de hasta dos puntos

Pretende anunciar la rebaja antes de las generales tras pactarla con Bruselas. Hacienda calcula pasar el tipo general del 21 por ciento al 20 o el 19 según los ingresos. El aumento de la recaudación en IRPF por la mejora del empleo permitiría la medida

Rajoy prepara una bajada del IVA de hasta dos puntos
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Meses después de aprobar la última reforma tributaria, y tras sufrir un importante revés en las elecciones autonómicas y locales, el Gobierno estudia una nueva fórmula fiscal que le permita realizar un «guiño» a los votantes antes de las generales. Después de los cambios realizados en el PP, la rebaja del IVA es una de las opciones que gana más apoyos dentro del Ejecutivo, un movimiento que se sumaría al efectuado en la reforma fiscal (IRPF y Sociedades) y cuyos efectos demoscópicos serían destacables. En términos prácticos, el principal factor que permitirá implementar la rebaja del IVA es la recuperación del empleo, que elevará los ingresos por renta hasta superar la pérdida de recaudación que provocarán los nuevos tipos del principal impuesto directo español. Con una previsión de hasta 400.000 nuevos puestos de trabajo para el presente ejercicio –un 15% de los cuales serían indefinidos–, el IRPF podría ingresar hasta 2.000 millones más.

Según ha podido saber LA RAZÓN de fuentes cercanas al Gobierno, el Ejecutivo quiere rebajar los tipos del IVA en una intensidad que se decidirá «en función del margen» que le permita la recuperación de los ingresos por otras partidas –IRPF y Sociedades, principalmente–. No obstante, el Ejecutivo de Mariano Rajoy no prevé reducir el tipo general por debajo del nivel al que lo dejó el PSOE –18%, frente al 21% actual–, según las mismas fuentes, por lo que el tipo se quedaría entre el 18 y el 20% y la rebaja sería, por tanto, de uno o dos puntos.

La posible reorganización de los bienes afectados por cada una de las tres categorías –superreducido (4%), reducido (10%) y general (21%)–, sumada a la rebaja de tipos, estimularía previsiblemente el consumo. De hecho, la fuerte subida del IVA de 2012 agudizó la recesión económica de nuestro país en favor del aumento de los ingresos tributarios.

Según admiten fuentes del PP, la política fiscal seguida por el Gobierno desde el inicio de la legislatura hasta la fecha –de corte más socialdemócrata y alejada del modelo liberal– es uno de los factores que, sumado a los casos de corrupción, provocaron la importante pérdida de respaldo popular el pasado 24 de mayo.

Lo que busca el Ejecutivo ahora es el efecto contrario al registrado en 2012 en términos económicos, además de un «guiño» a los futuros votantes ante unos comicios que arrojan la mayor dispersión de voto desde la Transición. De hecho, el Gobierno aceptaría cierta pérdida de recaudación por IVA –que realmente no sería tal si provoca un alza del consumo– si sus efectos fuesen positivos en términos demoscópicos.

Los ingresos por IVA son los que más crecen en los últimos meses, con un ritmo sostenido de incremento superior al 7% prácticamente desde septiembre. No obstante, la Agencia Tributaria (AEAT) recalca que, hasta abril, el aumento del 9,3% –5,8% en términos homogéneos– vino motivado por el «dinamismo de las pymes, cuyo ingresos crecieron un 11,4%». Este alza de la recaudación es superior a la del PIB –más del doble–, por lo que parte de la misma se justifica por la lucha contra el fraude en este impuesto.

Ritmo de récord

De prolongarse esta tendencia alcista en la recaudación, y según los cálculos de fuentes cercanas a la AEAT, los ingresos por IVA podrían rozar o incluso superar la barrera de los 60.000 millones en 2015. La recuperación del consumo se trasladaría así a los ingresos públicos, y el alza de las bases imponibles aumentaría los recursos de la Administración en casi 4.000 millones –56.174 millones en 2014–.

Eso sería este año, ya que la rebaja del IVA en 2015 la soportarán previsiblemente tanto el IRPF como Sociedades, dos tributos que se verán muy beneficiados por el aumento de la actividad. Tras cerca de un año sin nuevas subidas de impuestos, las últimas previsiones apuntan hacia incrementos superiores al 3% en el PIB del presente ejercicio una tendencia que ya arroja cifras positivas tanto en términos de empleo como de beneficios empresariales.

Pese a la rebaja del número de tramos de siete a cinco, el ligero descenso de las retenciones y la menor tributación de los autónomos, la recaudación total por IRPF sólo descendió un 0,9% entre enero y abril, mientras que arrojó un alza del 0,3% en términos homogéneos –descontado el efecto calendario y la distinta aplicación de devolución–. La AEAT, de hecho, apunta a la «mejora de la masa salarial» en las empresas y al crecimiento del 3,2% en las «rentas sujetas a retención» como las claves de este escenario. Ninguno de los dos factores entraba en las previsiones del Gobierno.

Las previsiones más optimistas ligadas a la creación de empleo que generaría un alza del PIB de hasta el 3,5%, señalan que el IRPF podría generar ingresos por valor de 74.500 millones de euros en el conjunto del ejercicio. Esto supone un aumento de casi 2.000 millones frente a los 72.662 millones del año pasado.

En el caso de Sociedades, a la espera de los datos del segundo trimestre –primer pago fraccionado–, el beneficio de las grandes empresas se disparó un 38% en el primer trimestre. Ello, unido a la supresión de algunas deducciones, previsiblemente elevará la recaudación.

El Gobierno pretende anunciar la nueva rebaja fiscal antes de las generales, pero este movimiento deberá contar con el beneplácito de Bruselas. La Comisión Europea nunca ha sido muy «flexible» en términos de política fiscal, aunque la relajación de los objetivos de déficit a otros países miembros abre una puerta al posible pacto. El ajuste, en cualquier caso, debe tener un impacto limitado en la senda de consolidación.

En este sentido, España pactó con la Comisión Europea que la senda de consolidación fiscal debería dejar el déficit público en el 4,2% del PIB este año y en el 2,8% en 2016. En términos brutos, el ajuste será de unos 16.000 millones de euros este año –1,5% del PIB– y de otros 15.000 millones –1,4%– el año que viene. Es decir, que en dos años la Administración deberá recortar su desequilibrio en unos 30.000 millones.

El impacto relativo de la reforma fiscal por la rebaja de IRPF y Sociedades será de 9.000 millones de euros durante los dos años –2015 y 2016–, según los cálculos del Gobierno enviados a Bruselas. Un nuevo recorte de los ingresos por IVA podría trastocar la senda marcada por la Comisión, que podría incluso oponerse a esta medida electoralista. A título orientativo, si la recaudación por IVA cayera un 10%, la Administración perdería unos 5.600 millones en ingresos públicos anuales que debería recuperar por otra vía. O bien a través de recortes de gasto público o de ingresos alternativos.