El saqueo sindical

Rebelión en las federaciones de UGT-A, que piden un cambio

La Razón
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La fecha del 9 de enero es clave en el futuro de UGT-A. Ese día se celebrará un Comité extraordinario que decidirá torniquete y continuismo o renovación. Es decir, si sigue la actual Ejecutiva con algún cambio cosmético para encajar la dimisión del secretario general Francisco Fernández Sevilla tras el escándalo de las facturas o si se constituye una gestora que se encargue de articular un Congreso Extraordinario para dar cabida a la corriente crítica –cada vez, por cierto, más numerosa– que pide cambios.

En esta encrucijada es fundamental lo que voten los 120 miembros del Comité. La actual Ejecutiva tiene difícil sacar adelante su plan de evitar la gestora porque necesita un apoyo de dos tercios. Es decir, los votos de 80 delegados.

Las negociaciones están siendo agitadas. Los secretarios generales de las ocho federaciones se reunieron ayer por la mañana oficialmente con la Ejecutiva regional. Las conversaciones no se han cerrado. Está previsto otro encuentro a final de esta semana. Hay varias federaciones que abogan claramente por la renovación. Entre éstas se encuentran Comercio, Transportes (en proceso de fusión) y Enseñanza. Lo más significativo es que hay otras dos de gran peso que también viran hacia un cambio. Industria y Trabajadores Agrarios está divida (Fitag) y en Metal, Construcción y Afines (MCA) la corriente crítica está ganando cada vez más peso.

Hay una división clara entre las federaciones, pero no todas tienen la misma fuerza, de ahí que el recuento de apoyos sea muy ponderado. El peso de la actual Ejecutiva descansa en la federación más potente de todas, la FSP (Federación de Servicios Públicos). Los renovadores, por tanto, tiene que sumar más apoyos de estos sectores y de las direcciones provinciales, en las que ya cunde la división (el caso más claro es Cádiz tras la detención del ex secretario general en el caso de los ERE fraudulentos).

Una ex miembro de la Ejecutiva de UGT-A señala a LA RAZÓN que está «casi segura» de que al final va a ganar la opción de la gestora, debido al descontento que cunde en buena parte de la organización y a las vías de agua abiertas en la dirección del sindicato, al que visitó recientemente la Guardia Civil para llevarse toda su contabilidad.

Un veterano del sindicato parte también de este convencimiento, pero hace un análisis frío: «Si no hay una federación fuerte que tire para adelante, no hay consistencia crítica». Teniendo en cuenta el reparto de fuerzas actual, la federación llamada a ejercer de fuerza tractora es la de Metal (MCA), que unida a la mitad crítica de Industria (Fitag) y Educación (FETE), sí pueden echar un pulso a la potente Federación de Servicios Públicos (FSP).

Aún así, todo dependerá de si el voto de los delegados se corresponde con el posicionamiento de la federación, o hay algún tipo de interferencia que lo impida. Y puede haberla porque la actual Ejecutiva va a quemar las naves antes de verse desbancada. Una de las reclamaciones de la corriente crítica es precisamente que las bases del sindicato estén presentes en el Comité para contrarrestar el peso del aparato.

El juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla, del que es titular la magistrada Mercedes Alaya, está instruyendo la causa de las facturas falsas de UGT. El registro de la sede del sindicato ha marcado el punto de arranque de unas diligencias que se prevé que se desarrollen en profundidad a lo largo de 2014. De momento, reina el secreto de sumario. Aunque LA RAZÓN ha informado de numerosos escándalos. Se repite un mismo patrón: cargar a subvenciones de la Junta gastos de todo tipo.