En el parque Wangjianglou, refugio de bambú y memoria en el corazón de Chengdu, la Reina ha presidido esta mañana un homenaje íntimo por el 150 aniversario de Antonio Machado. No ha habido mucha solemnidad, solo poemas y un diálogo literario entre orillas.
El consejero cultural de la embajada española de Pekín, Juan José Herrera de la Muela, ha abierto el acto acompañado por el escritor sichanés A Lai y por la directora del Instituto Cervantes en Pekín, Isabel Cervera.
La actriz Dong Fan ha puesto voz en chino a dos piezas de Xue Tao, “Peonías” y “Las Fiestas del Doble Nueve bajo la lluvia”; la réplica en español ha corrido a cargo del propio consejero. Luego ha sonado “A un olmo seco”, el dolor de Machado ante la pérdida de Leonor.
Tras las lecturas, la Reina, vestida con un traje achanelado color fresa, ha charlado un rato frente a una de las dos casas de té del parque con poetas y académicos locales, entre ellos el hispanista Zhao Zhenjiang, traductor de Machado al chino en 2007. Antiguo catedrático de la Universidad de Pekín, es una figura clave del hispanismo en el país. El marco ha hecho el resto: el museo de Xue Tao, su cenotafio, el bosque que presume de tener todas las especies que existen de bambú de China y, a poca distancia, la cabaña de Du Fu.
Xue Tao (768-831) fue una poeta de la dinastía Tang ligada para siempre a Chengdu. Hija de un funcionario menor, llegó a Sichuan tras huir de la guerra y allí se formó en el círculo literario local, protegido por el gobernador Wei Gao. Escribió poesía “shi” de gran precisión formal: imágenes limpias, ritmo contenido, emoción sin exceso. Su voz mezcla intimidad y observación social: estaciones, flores y lluvias conviven con la soledad, el deseo, la memoria de la corte y la vida fronteriza del suroeste.




