PSOE

Sánchez reaparece... de incógnito y en Mojácar

El líder del PSOE llevaba "desaparecido"desde las elecciones del pasado 26 de junio. El próximo sábado, 9 de julio, es el Comité Federal del PSOE

Pedro Sánchez junto a su mujer en un chinringuito en Mojácar.
Pedro Sánchez junto a su mujer en un chinringuito en Mojácar.larazon

Si ayer nos preguntábamos desde estas páginas ¿dónde está Pedro Sánchez?, hoy ya tenemos la respuesta. El líder del PSOE ha reaparecido de incógnito y en Mojácar, donde pasa unos días de descanso tras la dura resaca postelectoral.

Si ayer nos preguntábamos desde estas páginas ¿dónde está Pedro Sánchez?, hoy ya tenemos la respuesta. El líder del PSOE ha reaparecido de incógnito y en Mojácar, donde pasa unos días de descanso tras la dura resaca postelectoral, después de que su partido cosechara los peores resultados de la historia, y sólo cinco días antes del Comité Federal del PSOE que se celebra el próximo sábado, 9 de julio.

Se cumplen ocho días de las elecciones generales, los mismos que estábamos sin noticias del que las urnas designaron como líder del principal partido de la oposición. Ahora, un ciudadano ha sorprendido a Sánchez y a su esposa tratando de pasar desapercibidos camuflado con gorra y gafas de sol él y sombrero ella, tomando algo en un chiringuito de la localidad almeriense.

Desde que compareciera en la sede federal de Ferraz para valorar –sin admitir preguntas– el peor resultado histórico del partido, Sánchez se ha sumido en un exilio autoimpuesto que contrasta con la sobreexposición mediática que le caracteriza. La noche del 26 de junio –parapetado por su Ejecutiva, integrantes del PSM y la lista de Madrid– el secretario general se felicitó por haber conseguido esquivar el «sorpasso» y mantener a los socialistas como «partido hegemónico de la izquierda». Un mensaje sin triunfalismo, pero también sin un ápice de autocrítica, después de romper –por segunda vez en seis meses– el suelo electoral del PSOE.

Desde entonces el mutismo es total. El secretario general socialista se ha inhibido de sus funciones de portavoz público del partido y ha delegado en sus más fieles colaboradores la legitimidad para marcar el discurso oficial. No responde a preguntas de los periodistas desde el escueto «canutazo» –declaraciones a los medios– a la salida del colegio electoral después de votar.

Ni siquiera ha utilizado apenas sus cuentas en las redes sociales Twitter y Facebook para marcar la pauta del partido o el rumbo que va a tomar en las futuras negociaciones de Gobierno, más allá de condenar los atentados de Estambul y Bagdad de la pasada semana y un mensaje hoy criticando los datos del paro, pese a ser de los mejores de la serie histórica: "Temporalidad, precariedad y desigualdad. No hay razones para el optimismo".

Si el objetivo de Sánchez con su «retiro» público era evitar que la presión mediática se focalizase sobre el PSOE, no ha conseguido sino el efecto adverso, pues el vacío de su ausencia ha sido ocupado por un aluvión de declaraciones de barones territoriales marcando, a veces con orientación opuesta, el camino que debe seguir la dirección. Un camino que en todos los casos lleva a ocupar la oposición en una legislatura corta del PP.

Además, la estrategia de mantener un medido silencio, lejos de pasar desapercibido, ha puesto a Sánchez en el centro de la escena política por la ausencia de respuestas a los principales interrogantes que atenazan a su partido. En el seno de la formación hay quien no oculta su sorpresa por que Sánchez se haya «borrado del mapa» en una coyuntura en la que se deben asumir responsabilidades, después de haber cosechado de nuevo los peores resultados de su historia.

Desde el entorno de Sánchez se apunta a que el líder socialista está «descansando» después de una frenética campaña, lo que se confirma con esta imagen subida a Twitter. Una apreciación que molesta a algunos dirigentes que también se han esforzado al máximo en estas semanas y «no nos hemos tomado vacaciones». Los únicos movimientos que han trascendido en esta semana ha sido un viaje a Bruselas con sus homólogos europeos y una reunión –casi secreta– con el ex presidente Felipe González para pulsar el sentir del partido de cara a facilitar o no un Gobierno de Rajoy. El secretario general está «madurando», según fuentes de su equipo, las opciones que tiene el PSOE de cara a la gobernabilidad. El miedo a la hemeroteca, esto es, que un pronunciamiento público quede posteriormente desmentido por los hechos, es lo que imprime de tanta cautela y ocultismo los pasos de Sánchez.