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Sánchez se postula como alternativa «en diferido»

Inicia hoy con el PP una ronda de consultas para explorar la viabilidad de su candidatura. Quiere formar Gobierno, pero sólo se presentará si tiene los apoyos.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchezlarazon

Inicia hoy con el PP una ronda de consultas para explorar la viabilidad de su candidatura. Quiere formar Gobierno, pero sólo se presentará si tiene los apoyos.

«Ha llegado el momento de que todos hagamos política grande». Con esta frase el líder del PSOE, Pedro Sánchez, anunciaba ayer su intención de tomar la iniciativa para articular una mayoría alternativa a Mariano Rajoy. El secretario general socialista desvelaba así la primera etapa de una estrategia que espera le lleve a La Moncloa o le libere de la responsabilidad de unos terceros comicios. Un plan muy ventajoso para su figura, pues se erigirá en los próximos días como árbitro entre los partidos políticos para sondear «hasta dónde están dispuestos a llegar» para evitar una nueva cita con las urnas. Sánchez lo hará con toda la notoriedad que le otorga este proceso y sin asumir, a priori, ningún riesgo, ya que –tal como adelantó este diario– no se presentará a la investidura a menos que logre los apoyos necesarios. Una suerte de postulación en diferido y con todas las garantías. Sánchez quiere formar Gobierno y está decidido a conseguirlo, reconocen desde su entorno.

El líder socialista abrirá hoy con el PP una ronda de contactos, un diálogo «sin exclusiones» con los partidos de mayor a menor representación –exceptuando a Bildu–, para buscar una solución colegiada al desgobierno. A pesar de tomar la iniciativa, Sánchez quiso dejar claro que no se está postulando formalmente, porque sólo se presentará a la investidura si tiene asegurados los apoyos suficientes. «Será un diálogo sincero, iremos abiertos a escuchar soluciones, pero sin falsas expectativas ni con un proyecto abocado al fracaso», destacó.

El primer contacto con los líderes será en formato telefónico, para concretar la disponibilidad de los partidos para las reuniones posteriores. Éstas tendrán un carácter público o discreto, dependiendo de las preferencias de los interlocutores, para evitar que se repita la excesiva exposición de febrero, que «no funcionó». Tal como hiciera estos días, el líder socialista pidió a Podemos y Ciudadanos que superen sus vetos y dialoguen, porque «las tres fuerzas que estamos llamadas a gobernar tenemos que hablar». Sánchez no tuvo por más que reconocer la «enorme dificultad del escenario político» que no parece distar en gran medida del que frustró su investidura en marzo. Por ello, trasladó la «responsabilidad a todos los partidos» y preguntó a las fuerzas emergentes «si vinieron a cambiar la política o a bloquearla». El líder del PSOE puso como ejemplo el diálogo que pretenden emprender con el PP. Aunque sean su «alternativa» y no piensen apoyar a Rajoy «ni antes ni después del 25-S», a los socialistas les interesa conocer «los pasos» que van a dar en las próximas semanas para recuperar el apoyo de C’s.

La idea de Sánchez es que los partidos expongan sus propuestas para desbloquear la situación, aunque él no fue capaz de precisar cuál será la que traslade el PSOE a sus interlocutores. «La propuesta será cambio», comentó, un tanto impreciso. Aunque reconoció que irá «sin líneas rojas», los vetos que impuso el Comité Federal en diciembre siguen vigentes, por ello, aunque hablará con los soberanistas, no «negociará» su apoyo. Si logran los apoyos para la investidura, se convocará un Comité Federal para debatir los pasos a dar.